viernes, 31 de octubre de 2014

Inquietud

Detrás de una puerta hay otra que abres y que da a un pasillo largo y eterno que comienzas a recorrer, las piernas se cansan pero la mente insiste y no las deja flaquear, las distrae pensando en cualquier cosa, y cuando menos te lo esperas, cuando ya iban solas, llegas al final de ese interminable corredor donde quizá hayan transcurrido años, siglos mientras lo recorrías. Te encuentras con que hay otra puerta. La intentas abrir pero no cede. Estás un rato maniobrando el pomo y hasta la golpeas con el cuerpo, pruebas con los insultos, pero no hay caso: no se abre. Miras a tu alrededor pero solo están las paredes que crean el pasillo por donde viniste. Se te pasa por la mente regresar. Los pies aún duelen, la mente rechaza la idea. Te sientas, después de haber intentado de nuevo abrir la puerta que impide que avances. Puede que hasta caigas en un duermevela que te sumerja en la sensación lejana de que habías abierto una puerta que conducía a otra y que esta daba a un pasillo kilométrico que terminaba a su vez en una puerta cerrada donde te acurrucabas a soñar.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Oráculos

Cuánto se dice sobre el Destino, el Azar, qué de movimientos ha creado: Oráculos, Religiones, Supersticiones.
Desde que los humanos sabemos que vamos a morir, queremos dejar algo detrás y asegurarnos que hay algo más adelante. 
Tenemos consciencia de nuestros actos y sabemos que dependemos de ellos y de algo más; sin saber qué mas, intuimos, o queremos intuir, que no solo contamos con nosotros, si así fuera, la responsabilidad abismal que tendríamos sería insoportable; si solo nuestras acciones fueran el motor del futuro, del presente, de la vida, nos quedaríamos paralizados antes semejante carga; insoportable para un simple humano, para eso se crearon los Dioses, el Azar, el Destino y lo demás, porque si tuviéramos que caminar por el presente atentos a cada minuto, sin saber en cuál se decide nuestro futuro, no seríamos capaces de ser.

lunes, 27 de octubre de 2014

Somos

Somos muchos los que intentamos dejar algo detrás de nosotros, una huella que perdure, un intento de que lo que llevamos dentro sirva para otros, que lo que pensamos se materialice en ideas móviles, compartidas, como si así, trocitos nuestros se esparecieran y completaran junto con otros, un trazo mayor; una manera de sentirnos útiles.
Lo que somos, es lo que hacemos, lo que pensamos podría convertirse en actos, por lo tanto en nosotros, y si pudiéramos lanzarnos al viento llegando a los cuatro puntos cardinales, sería como si cumpliéramos un poco con la necesidad que tenemos todos de trascender, de sentir que nuestra vida no es completamente irrelevante ni vacía.
Si somos porque hacemos, mejor hacer algo con lo que somos.

viernes, 24 de octubre de 2014

Caleidoscopio

Ver, desde todos los ángulos posibles un mismo hecho, nos aporta más que aceptarlo sin crítica, ni investigación, sin dudar de lo que vemos. O de lo que nos han contando. O de lo que recordamos.
Ese modo caleidoscópico de entender las cosas nos las acerca, comprendemos mejor lo que pasa, lo que nos ocurre, lo que es.
Para lograrlo se necesita tiempo, opinión, ganas, imaginación, humilidad y algo de originalidad. No muchos quieren perderse en sus mentes; más cómodo y fácil, aceptar lo que ven, escuchan o recuerdan y aferrarse a una sola cara, hasta el punto, en ocasiones, de enfrentarse vehementemente contra cualquier aotra faceta de esa misma realidad.
Si nos adentráramos en ella, en la realidad, si pasáramos a través de ese espejo, nos sorprendería comprobar que nada es lo que parece y que todo es posible.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Algo

Una palabra, una imagen, un sonido. Una búsqueda, un color, un sentimiento. Somos lo que somos por lo que hacemos, por lo que soñamos que hacemos y sentimos y vemos y entendemos. Pero qué somos. Todo, y a la vez, nada. Esa imagen que nos emociona, esa palabra que nos llega, ese sueño que perseguimos, ese presente anclado en un pasado y que mira, a través de la niebla, a un futuro que no es más que ese cúmulo de imágenes, palabras, melodías, ilusiones y acciones.
No hay que mirar atrás ni adelante, estamos atrapados en el minuto infinito del ahora. Pero sin anclaje, sin rumbo, ese minuto también pierde sentido, deja de ser eterno para ser sólo una medida de tiempo efímero, sin sentido, sin contenido. Buscar, encontrar, parar, seguir, ha de tener una razón de ser, un todo que lo contenga, que le dé luz.
A veces ese sentido se escapa y sólo se tiene el minuto lleno de segundos amenazantes porque huyen sin más, escapándose, despojándose del Tiempo que avanza, lento, implacable.
Hay que aferrarse a algo, a lo que sea, sobre todo cuando menos asideros se tienen. Un sonido, una imagen, una palabra.

lunes, 20 de octubre de 2014

Vivamos

¿Vivimos la vida? o ¿es la vida quien nos vive? No sabría contestar.Si se mira hacia atrás se ven elecciones hechas por uno, si todo ha ido bien, claro, pero las opciones no las pusimos, se nos impusieron. Se escoge de lo que te van dando.Te acota desde el mismo momento de nacer, te otorga un sexo, unos padres, una localización geográfica, histórica, económica y social de serie. Unos rasgos, un organismo, unos genes no pedidos.A partir de ahí, tú mueves, pero con las cartas trucadas, sin elección, supuestamente.Cierto que mientras vas viviendo y eligiendo -lo mismo es-, te dicen y ves, que anda qué suerte que pasara aquello o lo otro, porque así ahora tienes esto y lo de más allá..., pero es azaroso, todo, y lógico también; una puerta dará a un lugar que no habría llevado la contigua, pero es que, al no saber adónde habríamos ido, no podemos alegrarnos de no haberla cruzado.Aún así, da igual que vivamos o nos vivan, está bien apurar toda la responsabilidad que tengamos en vivir para vivir.

viernes, 17 de octubre de 2014

Mirar o ver

Miramos, pero pocas veces vemos porque estamos demasiado pendientes de entenderlo. Nuestra manera de acercarnos a las cosas es experimentándolas, de bebés tocándolo todo y ya desde niños mirando, observando, atentos y curiosos a lo que nos rodea. 
Pero esa mirada tiene defectos; es nuestra, por lo tanto la interpretamos a nuestro modo, nos perdemos los matices, los colores, lo que no encaja con lo que creemos: está sesgada. 
Pero no tenemos otro modo de aprender, la curiosidad solo se sacia atendiendo a lo que tenemos delante. Lo que podemos hacer es educarla, mirar siempre sin prejuicios, mirar más allá de lo que vemos, mirar lo de siempre como si fuera nuevo. 
Con la mirada también aprendemos a conocer, a conocernos;  los ojos chocan contra los ojos de aquellos con quienes nos encontramos por primera vez, y desde ese escrutinio, cada partícula de luz recogida, nos sacude, mientras lo interpretamos; la mirada mutua se convierte en información, y aunque sesgada, esa primera vez suele ser bastante certera; aún no tenemos más datos y la intuición, esa manera de aprehender el mundo, nos asiste. Luego ya si volvemos a encontrarnos con esas pupilas, rellenamos con vivencias los huecos y domesticamos esa primera impresión. Ahí la mirada no estará sola. Ya no será la única que nos muestre lo que vemos, lo que queremos ver o lo que nos negamos a mirar de nuevo.
Vemos mejor que miramos aunque a veces, prefiramos cegarnos y nuestra mirada se oculte entre lo que en realidad no queremos ver.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Destellos

Creo que en toda infancia hay una atracción irresistible hacia todo lo que brilla. Como pequeñas urracas, los niños se lanzan a por cualquier trocito de luz; cristalitos, piedras pulidas, trozos de lágrimas de cristal, cuentas, abalorios, papelitos de plata o de colores..., caleidoscopios de objetos inservibles para los adultos, maravillosos tesoros para los niños.
A mí aún me siguen llamando la atención, me gusta lo que brilla, me acerco a mirar cuando veo algo que desde el suelo chispea, refulge llamándome.
Entiendo que los aborígenes se admiraran ante la bisutería traída adrede para lograr lo que lograron; expolios y trueques desventajosos para ellos, pero imposible resistirse.
Y cuanto menos valor tengan esas gotas del luz, más bonitas son. Porque lo hermoso que tienen es eso; luz y no valor material, son sueños escondidos, deseos encerrados que nos llaman, que se encienden.
Quién puede resistirse a una ilusión que llama brillando

lunes, 13 de octubre de 2014

Sombras

Sombras.
Las hay que nos protegen al escondernos de quienes no queremos que nos encuentren; tenebrosas porque nos asustan, al ocultarnos tras ellas realidades; amigas cuando nos cuentan fantasías; terribles si nos paralizan con su negra impenetrabilidad; amables al dejarnos jugar con ellas.
Siempre me han llamado la atención.
Enredarme en mi propia sombra al andar mientras muestra mi figura deformada según la luz que incide. Coger un objeto, someterlo a un foco y contemplar los reflejos negros en la pared.
Las sombras chinescas, qué preciosidad, qué manejo de la otra cara de la luz. Quién no ha proyectado con sus manos, más o menos torpes, figuras de animales sobre la pared. Quizá el antecesor más viejo del cine.
Peter Pan la va perdiendo porque quiere ser independiente de su forma, hacer su voluntad, escuchar los relatos que el niño no podía.
¿Cómo seríamos sin sombra, sin esa estela negra que nos sigue a todas partes confirmándonos que somos corpóreos?
Puede que menos seguros, más inquietos, puede que hasta tuviéramos que enfrentarnos a otra dimensión, una sin relieve, sin luz ni sombras.
Pero como suele suceder con las cosas que nos acompañan siempre, no les hacemos ni caso hasta que dejan de estar ahí. Puede que si un día no hubiese sombras, la luz tan blanca nos cegara. Puede.

viernes, 10 de octubre de 2014

Ensayos

Un día se acabará todo.
No lo pensamos, lo sabemos.
Mientras vivimos, nos encontramos con pequeños ensayos de la muerte; gente que se nos va, amigos que perdemos, relaciones que se extinguen, trabajos que terminan, libros que se cierran, ideas que no logran materializarse, sueños que al despertar se rompen. Cientos de ejemplos que nos presentan, cada uno a su modo, lo que será aquello que no sabemos cómo será.
Desde el principio se ve el final, y ese final, nos pone en perspectiva, nos ayuda a querer empezar.
Lo más difícil es que tendemos a querer repetir las situaciones en las que hemos sido felices, y cuando acaban, echamos de menos revivirlas y a veces, no buscamos lo nuevo sino lo que se parezca a lo perdido.
Puede que la muerte sea eso, una búsqueda de la vida. O puede que sea la clave para entender el porqué de haber respirado. O simplemente sea la nada.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Islas

Qué poca cosita somos, y lo mal que llevamos asumirlo.
La necesidad de reafirmarnos a toda costa, que nos acepten, nos llamen, nos premien, nos quieran, nos mimen, es general; varía el grado pero no el hecho.
Al revés es menos común, es decir, aceptar, llamar, premiar, querer, mimar..., eso es otro asunto. Lo dosificamos más, hay excusas para no hacerlo. No las hay para que no nos las hagan.
Somos pequeñas islas flotando en un mar de islas flotantes. Y queremos que nos visiten en exclusiva. El acercamiento humano es torpe, a veces tierno, muchas veces egoísta, las menos desinteresado, las más, gritos de soledad compartida.

lunes, 6 de octubre de 2014

Laberintos

Ha habido siempre espacios expresamente creados para la confusión, se entra en ellos con dominio de la situación y dependiendo de lo bien creados que estén, se sale aturdido.
La casa de los espejos, los laberintos, la casa del horror, montañas rusas, por nombrar algunos.
Buscamos emociones, retos que nos lleven al límite de nuestras posibilidades, que nos acerquen al modo de vida ancestral donde o cazábamos o nos cazaban, cuando tener refugio para pasar la noche era incierto, de lucha, de vivir al día.
En la vida sedentaria donde lo más relevante y peligroso es si has cogido el metro a tiempo, esa energía atávica, no está cubierta ni satisfecha. Cada uno busca cómo liberarla, ya sea desgañitándose en los campos de fútbol, como desfogándose hasta las tantas en discotecas, bebiendo hasta el límite de la inconsciencia...
Y si además añadimos la falta de sentido que impera últimamente, los proyectos vitales nulos, la independencia tardía, la absoluta falta de ganas de conseguir un objetivo, nos quedamos con la necesidad de descargar adrenalina al máximo; no hay nada, vacío, sólo el cuerpo.
Las grandes aventuras se enlatan, se venden entradas para gritar agarrados a un asiento, ya sea en 3D o en una montaña rusa, nos enfrentan a espejos que nos impiden encontrar la salida reflejándose unos a otros, o a paredes que al girar no nos conducen a la salida.
Nos condecen un simulacro de esa vida que ya no vivimos, pero domesticada, fácil, mero juego. No se necesita de Ariadna para salir de los laberintos porque tampoco hay un minotauro en ellos.

jueves, 2 de octubre de 2014

Engaños

Más de una vez los sentidos nos engañan.
No conozco a quien no haya creído ver o escuchar, figuras o voces que luego han resultado no estar.
Los más temerarios y fantasiosos disparan la imaginación y ven en eso fantasmas, avisos o augurios. Los más científicos y racionales, buscan teorías sobre la captación del cerebro de impulsos más allá de los conseguidos a través de los sentidos. Los imaginativos, idean historias, completan cuentos de miedo, algunos memorables. Y muchos más, lo comparten con los amigos cuando las conversaciones se vuelven más esotéricas.
Desde el déjà vu, hasta las figuras fantasmales, desde los sueños recurrentes hasta los avisos o premoniciones, el ser humano no quiere estar solo, no quiere creer en la soledad terrenal de las criaturas.
Los oráculos, los dioses, el mundo de los espíritus, los extraterrestres, los santos. Cualquier presencia, con o sin explicación, que nos dé la sensación de que todo tiene sentido, de que algo superior a nosotros tiene la clave. Un clavo ardiendo al que aferrarnos desde un sinsentido absurdo diario y unas vivencias inconexas a las que no podemos ni controlar ni dominar.
No nos gusta estar solos en este universo.
Es una soledad devastadora, inútil y espantosa.