jueves, 30 de junio de 2016

Gentes

Andando entre la gente, mucha gente, con la iluminación nocturna, lucecitas que ayudan a dar una sensación de irrealidad, quizá pensadas para provocar el consumo, ese impulso condicionado de anuncios, rebajas, gastos...
Cuántos somos. Cuánta gente que no conocemos nos vamos encontrando en esas calles iluminadas. Cada uno con su mundo, historia, pensamientos; sin conocernos pero rozándonos, escuchando retazos de sus conversaciones, compartiendo durante un segundo sus preocupaciones, alegrías, inquietudes.
Quizá entre ellos estén los que en un futuro serán amigos, compañeros, vecinos. Los que ahora miramos y no reconocemos podrían convertirse en gente con la que quedar algún día. No se sabe. No nos hemos encontrado en un ámbito propicio para el trato, solo unos instantes, unos segundos donde hemos intercambiando el mismo lugar, las mismas luces, el mismo tiem
po.

lunes, 27 de junio de 2016

Contradicciones

Los problemas, verlos, saber qué hacer, solucionarlos en suma, es de lo más fácil que hay: quién no entiende que un borracho terminaría con su problema simplemente dejando de beber. Es obvio.
Pero ahí está lo duro; en dejar de beber, en dejar de ver a esa persona, o en no comer tanto, en hacer más ejercicio, o en cambiar de empleo, casa, pareja, hábito, ciudad..., lo que es tan sencillo de ver y comprender, es lo más complicado de hacer.
Ni el borracho deja de beber simplemente, ni se cambian hábitos ni se dejan personas. Sabiéndolo, se sigue jugando, bebiendo, robando, impostando, sufriendo con él o con ella, muriéndonos poco a poco atrapados en nuestros propias trampas tan fáciles de ver, tan imposibles de abandonar.
Y así vamos viviendo, muriendo, actuando contra nosotros mismos, desajustando lo que se arreglaría con no mirar atrás, evitándolo, comportándonos de modo opuesto. Pero nos aferramos a los recuerdos, al instante de placer dudoso que nos ata, al yo erróneo. No sabemos liberarnos de nuestra propia condena; la que nos encarcela en lo más profundo de nosotros: la incapacidad de dejar atrás lo que nos impide ir hacia adelante.
Somos la contradicción del propio deseo.

jueves, 23 de junio de 2016

Otra reseña de El día a día

 “El día a día”. 
Es tu mejor novela. Es muy buena. Estupenda en su estructura, en su fluir narrativo in crescendo, en el calado, minuciosidad y verdad con que se detallan los procesos internos de los personajes, en su habilidosa mezcla de drama realista, con novela de aventuras a lo Dickens, Stevenson o Twain e incluso cuento de fantasmas… Y en la estupenda costura -que está muy trabajada, pero resulta casi invisible- con la que consigues que todo este ramillete de historias, mundos y personajes quede al final atado y forme un universo sólido y vivo. Sólido y emocionante. Porque al final, emociona… y mucho... 

https://www.amazon.es/s/ref=sr_nr_seeall_1?rh=k%3Aeva+monzon%2Ci%3Astripbooks&keywords=eva+monzon&ie=UTF8&qid=1463234951

lunes, 20 de junio de 2016

Cenizas

¿Qué siente el fénix cuando arde?
Me pregunto si sabe que renacerá, o si por el contrario, se abandona, casi agradecido a las llamas porque ya hacía tiempo que estaba débil, apagado, apático, triste al comprobar sus plumas mustias, opacas. El final.
No sé si cada vez que ese incendio renovador le reduce a cenizas le duele, o lo espera con el ansia de la renovación.
Qué animal más extraordinario, renacer de sus cenizas, resurgir de su propia decadencia, levantar el vuelo aún más fuerte que antes de morir abrasado por un fuego que no quema, renueva.
Pero... ¿y si no lo sabe? Qué espantoso tiene que ser sentirse arder, no entender ni de donde salió el fuego, ni por qué le envuelve. Impotente protagonista de un proceso ancestral que le reducirá a un polvillo gris. A nada. Pero no para él.
Cómo será cuando cada una de esas partículas se busquen de nuevo, para unirse, recuperando la energía, la forma, la belleza imperfecta de la vida.
Desde lo inerte surgirá con más fuerza, más libre, porque ha vencido a la muerte.
Bella metáfora, bonito consuelo. O terrible maldición: depende de saber si el fuego te consumirá o te liberará.

jueves, 16 de junio de 2016

Anverso y Reverso

Todo tiene reverso. Nada es lo que parece, siempre hay, como mínimo, dos caras. Lo que parece y lo que es; lo habitual y lo que desconcierta; lo que te quieres creer y lo que no quieres ni imaginar.
Es posible que seamos nosotros mismos los que les demos distintos significados, depende de cómo miramos, vemos. Si un día contempláramos los objetos más cotidianos que tenemos desde otro ángulo, nos costaría reconocerlos; la silla desde atrás, el reloj boca abajo, la cama apoyada al otro lado de la pared.
Lo normal dejaría de serlo.

Con las situaciones es más complejo ya que hay tantas versiones como testigos. Cada uno aporta no sólo lo que vio, sino cómo lo vio, mezclándose con los ingredientes de sus personalidades y tendencias. No hay testigo fiable. Una de las maneras que hay para ver si se miente, o si se recuerda bien lo visto, es pedir a la persona que narre los hechos en otro orden, que empiece desde el final hasta el principio. Resulta, suelen equivocarse en los puntos donde la imaginación o la mentira intencionada fue la guía.
No hay verdades absolutas, porque todo es verdad y nada lo es

lunes, 13 de junio de 2016

Cadenas encadenadas

Tener metas es necesario. Y duro. 
Necesario porque conseguirlas guía las horas, el esfuerzo, ilumina lo oscuro que sería dejar pasar las horas, los días, los años viendo cómo desaparecen sin más logros ni acumulaciones, sin haber materializado ningún deseo.
Y duro porque alcanzar la meta es un reto muchas veces agotador; dependiendo de lo ambiciosa que sea puede desesperar hasta llegar, incluso, a perder el sentido, por andarse entre frustraciones y fracasos.
Hay que entender que desear algo, intentar conseguirlo, está en regatear los acontecimientos, es el arte de procurar que encaje lo que queremos con lo que sucede. 
Uno quiere que las cosas ocurran como las ha ideado, pero las situaciones se dan independientemente de nuestros sueños. Solo suceden.
Aún así, mejor tener un porqué, siendo conscientes de que no es un fracaso cada vez que un intento no sale como se pensó. 
Lo realmente importante es seguir enfocando, superando, moldeando lo que se quiere.
Cualquier meta es un reto que lleva a otros retos.

jueves, 9 de junio de 2016

Cárcel

Los años pasan, se escurren; lo vivido nunca es lo que se deseó; se mira atrás con cierto recelo, añorando lo que se hubiese realizado mientras se barajan esos "si hubiera..", atascados en esa certeza de equivocación, aliviada al intuir que no todo se hizo mal.
El tiempo tiene eso, que no regresa, que amordaza cualquier nuevo intento de vivir lo mismo. Nos deja el recuerdo de lo que creemos que se hizo, porque ni siquiera es lo que fue.
El tiempo, esa cárcel que nos atrapa desde que aprehendemos que nos gobierna, y del que hay que procurar un modo de escapar: solo encontré la imaginación.

lunes, 6 de junio de 2016

Reseña de El día a día de Reyes García- Doncel, Gracias

EVA MONZÓN JEREZ
EDITORIAL  SARGANTANA
Tras la guerra civil española la sociedad se convirtió en un estado policial regida por comportamientos radicales. Este marco elegido es el propicio para explorar los mecanismos que las personas utilizan cuando se ven enfrentadas a cambios extremos en sus vidas. Dos hermanos viven protegidos por su familia, y por las historias que se cuentan antes de dormir, pero cuando esa seguridad desaparece cada uno debe afrontar en solitario un destino diferente y hostil. Deben adaptarse, deben luchar contra sus recuerdos, y a la vez conservarlos para no perder su identidad. Aunque ambos dejan de ser ellos, a veces con el dilema de si vivir sin dignidad o morir con la cabeza alta. Una solución es perder la memoria, otra hacerse invisible.
Andrés, el hijo, es llevado a un orfanato, donde además de perder a su familia perderá las historias que su hermana le contaba, las que le ayudaban a soportar sus miedos y a entender el mundo. Allí entre recuerdos que se van difuminando, lucha por conservar las caras de los seres queridos, de la otra vida, “… se apresuró a grabar sus facciones, pero el olor se le escapó, y con él, la madre”,  que al acabo se pierden en una niebla imposible de romper y la realidad se impone: “…como se mueven en el tiempo, es imposible enfocarlas”, explica el niño con lúcida ingenuidad. La soledad se vuelve definitiva cuando pierde los recuerdos. En el orfanato comienza su vocación de escritor: él creará sus propias historias, y termina aceptando ese mundo nuevo. Para Andrés sobrevivir significa evitar el rechazo de una familia de acogida. En esa angustia de los huérfanos esperando que los acepten, la autora nos llega a mostrar toda la orfandad afectiva de la humanidad.
Isabel, la hermana, es recluida en una cárcel de mujeres. Consigue sobrevivir desoyendo y ocultando los ideales que habían llevado a su padre a la desgracia. No solo se traiciona a sí misma, sino a la dignidad de su familia. La autora nos plantea de nuevo la dualidad: para salvarte tienes que convertirte en otra persona y convencerte de que tú no eres esa cobarde que traiciona, esa que engaña a los que te tienden la mano. Una adolescente sola, muerta de miedo, en un mundo cerrado y policiaco, ¿podría haber evitado convertirse en lo que fue? :“…pero sabía que no solo era víctima; fue verdugo; las circunstancias nos determinan, sobre todo, en como las hemos afrontado”. Isabel consigue escapar de la cárcel y reinventa su vida “…su memoria la abandonó, creándole lagunas de esas vivencias de las que renegó”, y hunde cada vez más hondo a la niña que fue, a pesar de los recuerdos. Preciosa la escena donde un lazo guardado en una caja le devuelve toda su infancia.
Eva Monzón ha publicado las novelas “Tiempo muerto”, “Entreactos” y “Errantes”, así como varios guiones cinematográficos, obras de teatro y biografías. En esta obra utiliza una técnica fragmentada, muy dinámica, en la que se van dando piezas sueltas, diferentes tanto en el punto de vista como en el tiempo: Andrés, Isabel, la madre, el padre, la abuela, los padres adoptivos…, en sucesivas escenas que el lector va uniendo hasta formar la historia completa. Este desorden organizado es un recurso muy eficaz para plasmar tanto las diferentes realidades de los personajes, como el sin rumbo de sus vidas.
Ambos hermanos logran sobrevivir utilizando todos los recursos disponibles en un ejemplo de resiliencia, como se dicen cuando al cabo de tantos años, siempre asustados, se encuentran: “Yo seguí contándome cuentos” “Yo no, yo dejé de hacerlo”. Primero se pierde la familia, también las historias, luego los recuerdos… Entonces es cuando solo queda lo cotidiano. Frente al horror que nos rodea, lo trivial es lo único que nos sostiene. El título, que puede parecer simple, implica la estrategia para sobrevivir: el día a día.

https://universointroito.wordpress.com/2016/06/05/el-dia-a-dia/#comments



jueves, 2 de junio de 2016

Entrevista

EVA MONZÓN. ESCRITORA

Autora de la novela ‘El día a día’

"Somos lo que hacemos”

Así de rotundas y brillantes son las frases de Eva Monzón. Disecciona las palabras para hacernos sentir y reflexionar. Por eso sus novelas son siempre viajes al corazón. La última que acaba de publicar ‘El día a día’ ya va por la segunda edición y la ha editado Sargantana. En ella nos cuenta lo frágil que es la línea temporal de cualquier vida y partiendo de esa idea modifica el destino aparente de una familia. Sus personajes tienen que luchar contra sus recuerdos, a la vez, que deben conservarlos para no perder su identidad.


Sabes, tengo curiosidad porque tú me digas quien es Eva Monzón.

Esa es una pregunta compleja, de la que creo que cualquiera mejor que yo, te la podrá contestar; nadie es buen conocedor de uno mismo, ni de los demás si nos ponemos a ello, claro, pero quizá, al no vernos desde fuera, aún nos equivoquemos más con cómo somos, supongo que soy una mezcla de mil cosas, quizá soy lo que las une.


—De ti aprendí que escribir es también borrar, borrar, borrar…y corregir.

Sí, escribir es no tener miedo a borrar, corregir con criterio, enfrentarse al texto hasta que diga, al menos, la tercera parte de lo que se quiso poner en él. Y eso es lo que garantiza una cierta calidad, lo perfecto sería que los pensamientos no necesitaran de palabras para comprenderse; al escribir desvirtuamos bastante lo imaginado, pero aún no sabemos escribir sin ellas, así que hay que usarlas lo mejor posible.


—Y te he escuchado decir que escribir es un infierno que no una tortura pero cuéntame también que tiene de gratificante este oficio.

Cierto, es un infierno en cualquier disciplina artística, ese enfrentarse cada día a lo hecho, a lo que se quiso hacer, a lo que se quiere lograr, pero también es gratificante cuando algo de lo que se deseó plasmar, sale, surge, cobra vida sin ti; eso es lo mejor.


—Pues hablemos ya de tu última obra, de tu último libro. Segunda edición de El día a día…Enhorabuena. ¿Por qué ese título?

Gracias, Yolanda, sí, ahí va la segunda edición. Con respecto al título, que a simple vista puede parecer algo soso, en realidad, condensa la vida, que qué es si no que esas horas únicas de las que disponemos, ese día a día, y lo que hacemos con, y en ellos.


La adopción es un mundo de sentimientos y tú, a través de tus personajes, has querido adentrarte en él.

En realidad, más que en el mundo de las adopciones, he querido entrar en el universo de los desarraigos, tratar de mostrar cómo, sin humanidad, ninguna institución sirve, que los abusos hacia las personas más vulnerables, institucionalizados, con carta blanca, crean los horrores de los que, al tiempo, se avergonzará la humanidad, pero que mientras suceden, transcurren con una normalidad aterradora.


—No hay vida sin mutaciones y sí hay muchos destinos cambiados…

Sí, cada vida es el ajuste necesario que se ha de hacer para sobrevivir, para encontrar un sentido al sinsentido de estar vivos. Todo cambia, todo es un continuo elegir, a veces por imposiciones ajenas, sociales, culturales, otras por voluntad propia, pero a cada minuto se está eligiendo una acción que repercutirá en la siguiente y en los otros. No hay escape, es lo que es. Somos lo que hacemos.


—Y cuando alguien dice: yo tengo una vida estable...

Es algo de lo que se arrepentirá haber dicho al tiempo, seguro, cuando se le desbarate todo. La estabilidad es un equilibrio precario muy frágil, pero sé que pensar que se tiene, es reconfortante, evita sobrecargarse, sería como plantearse cada noche si el sol saldrá mañana, se supone que sí, pero no se conoce a ciencia cierta, aunque dudar de esa premisa diariamente no es aconsejable.


— ¿Por qué has utilizado la técnica narrativa fragmentada en esta novela?

Cada idea, cada novela, necesita una estructura sólida donde colocarla para que los personajes vivan lo mejor posible, en esta, que esas vidas estén fragmentadas para que el lector los recoja y vaya montándolas, es la perfecta; implica al lector y le hace sentir, de verdad, el porqué de sus elecciones.


—Mencionemos a tus lectores. ¿Qué te han comentado de ‘El día a día’?

Esta es otra pregunta que no puedo contestar yo, sino ellos; nunca soy lectora de mis novelas una vez publicadas. Ya no me pertenecen.


—Como lectora te diré que una de las frases me he apuntado de tu último libro es: “La mayor traición contra la vida es la vida misma”.

Eso creo, creo que la Vida está viva y que nos vive, nosotros hemos de aprender a ser en esa corriente vital y ser más fuerte que ella.


Eva, escribirías igual si no hubieras nacido en la familia que has nacido y no fueras psicóloga.

Sin duda, hago y he hecho muchas cosas distintas, lo único que se mantiene en el tiempo, invariable, desde los tres años, es mi pasión por las historias, las almas, la vida; escribir en una palabra.


—Después de leer ‘Errantes’ (Sargantana, en su segunda edición) me he preguntó alguna vez que habrá sido de alguno de tus personajes…

Ah, yo también me lo he preguntado a veces.



Por Yolanda Ibarra