martes, 29 de diciembre de 2020

Años

Es un año que empieza, como empieza uno a cada segundo, pero este cierra calendarios y propone novedades.
Que lo sean de verdad, buenas, malas, terribles y mágicas, como es cada día.
Buen año nuevo, buen día nuevo.

martes, 22 de diciembre de 2020

Esa cárcel

Los años pasan, se escurren; lo vivido nunca es lo que se deseó; se mira atrás con cierto recelo, añorando lo que se hubiese realizado mientras se barajan esos "si hubiera..", atascados en esa certeza de equivocación, aliviada al intuir que no todo se hizo mal.
El tiempo tiene eso, que no regresa, que amordaza cualquier nuevo intento de vivir lo mismo. Nos deja el recuerdo de lo que creemos que se hizo, porque ni siquiera es lo que fue.
El tiempo, esa cárcel que nos atrapa desde que aprehendemos que nos gobierna, y del que hay que procurar un modo de escapar: solo encontré la imaginación.

martes, 15 de diciembre de 2020

Resurgir o no

 ¿Qué siente el fénix cuando arde?
Me pregunto si sabe que renacerá, o si, por el contrario, se abandona, casi agradecido, a las llamas porque ya hacía tiempo que estaba débil, apagado, apático, triste, al comprobar sus plumas mustias, opacas, cerca del final.
No sé si cada vez que ese fuego interno lo reduce a cenizas le duele, o lo espera con el ansia de la renovación.
Qué animal más extraordinario, renacer de sus cenizas, resurgir de su propia decadencia, levantar el vuelo aún más fuerte que antes de morir abrasado por una llama que no quema, renueva.
Pero... ¿y si no lo sabe? Qué espantoso tiene que ser sentirse arder, no entender ni de dónde salió el fuego, ni por qué lo envuelve. Impotente protagonista de un proceso ancestral que lo reducirá a un polvillo gris. A nada. Pero no para él.
Cómo será cuando cada una de esas cenizas se busquen para unirse, recuperando la energía, la forma, la belleza imperfecta de la vida.
Desde lo inerte surgirá con más fuerza, más libre, porque ha vencido a la muerte. Otra vez.
Bella metáfora, bonito consuelo. O terrible maldición: depende de saber si el fuego te consume o te libera.

lunes, 7 de diciembre de 2020

Huecos

Escuché de un pintor una frase genial. 
Estaba explicando cómo dibujar; "¿ves ese árbol?, sus ramas, hojas..., si lo quisieras pintar tendrías que fijarte en ellas, esbozarlas. Eso es lo que nos enseñaron desde chicos: pinta lo que ves. Pues bien, se ha de ir más allá: se ha de pintar lo que no se ve, sobre todo, lo que no se ve: el hueco que dejan las ramas, el cielo que permite ver la distancia entre las hojas. Se ha de aprender a ver lo que el objeto elegido libera, y a su vez, tapa".
Cierto. Se ha de aprender a vivir con lo que se tiene y con lo que se tuvo, con lo que se recuerda y con lo que se ha olvidado; la vida está hecha de tonos, de presencias y ausencias, de recuerdos y realidades inmediatas, de sueños y de logros. Pintar los días es saber ver lo que tienen y lo que, justo por tenerlo, no tienen.
Las ausencias, el hueco de las presencias, también forman parte de la realidad, quizá son lo más real que hay.

martes, 1 de diciembre de 2020

Somos

Intentamos dejar algo detrás de nosotros, una huella que perdure, un intento de que sirva, que lo que pensamos se materialice en ideas móviles, compartidas, como si así, trocitos nuestros se esparcieran y completaran, junto a otros, un trazo mayor.
Lo que somos es lo que hacemos, lo que pensamos podría convertirse en actos, por lo tanto, en nosotros.
Si pudiéramos lanzarnos al viento llegando a los cuatro puntos cardinales, sería como si cumpliéramos un poco con la necesidad que tenemos de trascender, de sentir que nuestra vida no es completamente irrelevante ni vacía. 
Si somos porque hacemos, mejor hacer algo con lo que somos.

martes, 24 de noviembre de 2020

Shhh

 Para, escucha con atención..., ¿oyes algo? es tu respiración, y si estás más atento, oirás el latido de tu corazón y si esperas un poco, te escucharás, no dejas de hablarte, de decirte cosas, todas paralelas y simultáneas a tus pensamientos, acciones, movimientos y hasta ideas. Si sigues atento notarás tu cuerpo, los pies en el suelo, las piernas, los brazos moviendo el ratón, los ojos que leen y reciben la luz de la pantalla, quizá te estés moviendo en la silla, ya un poco cansado de estar sentado, pensando mientras lees en lo que tienes qué hacer a continuación.
Shhhh, escucha..., son los ruidos que te rodean, los que hace tu casa, o la oficina, ese ciber café quizá, y huele..., son aromas domésticos, que te reconfortan y te dan seguridad... tus sentidos viven, te muestran el entorno, tu cerebro los descodifica a la vez que enciende tus pensamientos, recuerdos, ideas, planes, y acciona con eficacia todos los órganos de ti mismo que tú no eres consciente de usar o mover, tu pecho se mueve al respirar, tus células se regeneran, tu pelo crece, tus uñas también, estás gastando energía, oxígeno, estás ocupando un lugar en el universo único, sientes, sueñas, lees, piensas, opinas, vives....shhh, atento... escucha la vida.

martes, 17 de noviembre de 2020

Soñar

Vivimos en sueños una vida
más vívida que la vivida,
más real en su irrealidad,
más coherente en su confusión.
Nos indican lo imposible
mostrando lo posible.
Sentimos y vemos y somos,
nos reconocemos siendo otros.
Recordamos lo soñado
sin acordarnos de lo que soñamos.
Vivimos una vida en sueños.

martes, 10 de noviembre de 2020

Días que parecen vacíos

Son días que pasan sin dejar recuerdos, o es lo que parece. 
Al tener que cambiar los modos de relacionarse, de trabajar, de luchar, de ser. 
Al tener que vivir más hacia dentro que hacia fuera, parece que no se generen experiencias: la base de los recuerdos.
Sí las hay, solo que tardaremos mucho más en recordar lo que hacemos por este no poder hacer. 
Todo este tiempo que parece muerto, gris, sin nada memorable, no lo es, pero todavía no lo sabemos.
Vivir para uno, hacía adentro, desde imposiciones que van más allá de las imposiciones normales, por ser todo tan anormal, es un modo de vivir distinto.
Muchos saben cómo, aunque muchos más no. Es más intenso, y eso angustia algo, si no se ha convivido con uno mismo demasiado.
Cuando todo se normalice surgirán los recuerdos y recordaremos que sí vivimos, que sí fuimos, que sí pasaron cosas. 
Estamos a prueba. Mejor superarla. 

martes, 3 de noviembre de 2020

A otra cosa

En un mundo sobre informado pocos se informan. 
Se picotea, se dejan llevar, se asombran de lo que asombra a muchos,  se hacen cruces de lo que todos dicen que es para hacerse cruces.
Pocos van más allá de donde van todos.
Noticias repetidas cada vez de un modo, sacadas de contexto, con instrucciones para comprenderlas, que varían dependiendo de quién las instruya.
Ahora todo es histórico o imprescindible o condenable o de aplauso. 
Y casi todo dura menos de un día: lo histórico no marca historia, lo imprescindible pasa al olvido, lo condenable puede ser de aplauso, y lo vitoreado, condenado. 
Todo cambia. Nada permanece. Se cumple perfectamente la ley del Devenir, aunque algo distorsionada.
El trabajo de encontrar los propios argumentos no es noticia.
Ni el esfuerzo que no busque aplausos urgentes, de los que no tienen eco, porque lo alabado no dura, deja de ser nada más ser.
El excedente de información no informa, y el trabajo de informarse no vale la pena, ¿para qué?, en seguida se pasa a otra cosa.


martes, 27 de octubre de 2020

Querer

Querer vivir
y no poder.
No poder
por estar vivo.

Querer llegar
y no poder.
No poder
por estar en camino.

Querer parar
y no poder.
No poder
para seguir vivo.

martes, 20 de octubre de 2020

Presente

El presente es justo lo que no solemos vivir; estamos más pendiente de lo que haremos, o hicimos. Ponemos los sueños en los minutos más allá y la nostalgia en los de más atrás.
Las palabras son las que lo unen todo, las que nos dictan lo que es, lo que fue, lo que será, o al menos, lo que se quiere que sea.
Y nosotros en medio, en ese presente que es lo que nos hace vivir y al que no hacemos caso, siempre en otra parte, lejos de lo que pasa.
Solo reconocemos lo que vivimos cuando ya se vivió, cuando son recuerdos que vale la pena recordar.
Mientras, vamos viviendo lo único vivible, lo único que no vemos hasta que pasa, lo que, aunque nos dé pie a soñar, ni vemos.
Es lo que tiene el presente, que no suele estar presente hasta que no pasó.

martes, 13 de octubre de 2020

Lo real

Superamos la realidad
refugiándonos de ella
tras lo irreal,
los sueños
las ilusiones
la esperanza.
La realidad por sí misma
no basta
o simplemente, sobra.
Se supera lo real
desde la realidad imaginada.

martes, 6 de octubre de 2020

Días

Unos días donde la rutina ha cambiado, donde los paseos han sido otros, luces, gentes, estímulos distintos. 
Un caos ordenado, un orden caótico que ha modificado rutas, al estar donde no debería haber estado, se han entrecruzado momentos que no habrían sido posibles sin esos kilómetros de tinta, de caminos, de ideas.
No solo se empieza un año cuando se empieza; los años los comenzamos cada día, cada hora, cada segundo. 
Este lo cerraría con folios blancos manchados de palabras, a espera de un año que entrará sin grandes esperanzas pero con pequeñas ilusiones.
Son días retales; los restos que quedan de lo que se esperó, esperando que el nuevo tejido tengo un diseño más luminoso.

martes, 29 de septiembre de 2020

Vuelta

Un artista llega a la cima de su creación cuando domina la esencia: un pintor, un cuadro en blanco; un escritor, una frase que contenga universos; un músico, un acorde que condense la música de las esferas. Cuando lo que creas roza la Nada que vislumbra el Todo. 
Quizá el recorrido valga la pena, porque no se vuelve al mismo punto, se ha dado la vuelta al propio universo, y si se parte sin nada para regresar con nada, no se puede negar lo mucho que se vio de todo.

Puede ser que la búsqueda de uno mismo, de la vida, a través de la disciplina elegida, nos lleve de la ilusión de crear, a la certeza de haber creado. 

martes, 22 de septiembre de 2020

Tiempo sin tiempo

Los años pasan, se escurren.
Lo vivido nunca es lo que se deseó. Se mira atrás con recelo, añorando lo que se hubiese realizado y no se hizo, atascados en la certeza de haber errado.
El tiempo tiene eso, que no regresa, que amordaza cualquier nuevo intento de vivir lo mismo. 
Nos deja el recuerdo de lo que creemos que se hizo, porque ni siquiera es lo que fue.
El tiempo, esa cárcel que nos atrapa desde que aprendemos que nos gobierna, y del que hay que procurar un modo de escapar: solo encontré la imaginación.

martes, 15 de septiembre de 2020

Paz

Esa paz cuando tocamos lo intangible,
cuando escuchamos lo inaudible:
el canto del viento,
el murmullo de las hojas,
el baile del agua,
el moverse del mundo,
el girar de las estrellas,
el silencio de los astros,
el fondo del tiempo.
Esa paz cuando lo intangible nos toca.

martes, 8 de septiembre de 2020

Somos

Es curioso, cuando al entrar en casa, nos sentimos seguros; como cuando de niños se jugaba al escondite, pero al tocar mare estabas a salvo: nadie podía hacerte nada.
De adultos también necesitamos de un refugio incondicional, y como de chicos, no cuestionable, porque a ver, ¿por qué detrás de ese árbol estás libre y más allá, no? Era el lugar arbitrariamente elegido para ser zona segura. Como una frontera, y no otra, cuando hay guerra, ese gran juego.
Tampoco nos cuestionamos porque una vez en esa casa, en ese país, estamos más seguros que tras el árbol: seguimos siendo los mismos minúsculos seres habitando un planeta mínimo en equilibrio precario en un universo inmenso, desconocido, infinito.
Somos nada sobre nada en la Nada.

martes, 1 de septiembre de 2020

Te vas sin irte

De un espacio a otro no hay tanto.
En el traslado te llevas contigo, solo cambia el escenario. 

Eres más tú fuera de tu propio ámbito, un tú que no conoces, que te pone a prueba, que ha de crear nuevas rutinas.
A ti no te dejas, solo abandonas, por un tiempo, al que vive cómodo.
Ir de un lugar a otro, llegar, situarte en él, soñar con el siguiente, lejos de todo, menos de ti mismo, es irse sin irte.

martes, 25 de agosto de 2020

Relato por entregas. Última parte. El museo

-¿Otro plano?
-Sí. ¿Qué ves?
-Una casa con una puerta...
-No -dijo con suavidad-. ¿Qué ves?
-Un cuadro.
-¡Exacto! Después de todo, sólo es un cuadro que alguien pintó y que alguien mira. Está colgado en una pared de un museo que lo contiene y que para acceder al mismo se tiene que traspasar una puerta -ese es el otro plano, el plano que se acerca a lo real.
Las infinitas posibilidades de cada ejemplo sugerido por mi amigo eran impensables... el autor tuvo que tener sus circunstancias que le llevaran a pintar ese -y no otro- cuadro... los que lo mirábamos, pensarnos, conocernos... -lo más difícil que hay-. Luego el museo, su sitio en el pueblo, las gentes que en él viven...
-¿Sólo se acerca a lo real? -Aún me atreví a preguntar.
-Sí, los planos se van cerrando, acercándose en sus límites finitos a lo infinito. Pero no hay un plano real. Hay un punto, sólo un punto en el centro del infinito que genera todos los planos... y aún así, algo más habrá.
-¿Y en qué plano estás?
-¿Lo quieres saber, de verdad?
-Sí, claro.
-Con lo que te revele no podrás volver a ser el que ahora eres.
-No me importa. Mi ser ahora, es querer saber.
Me miró y lentamente empezó el final.
-Esto no es un cuadro, no estamos en un museo.
Esto es un relato, tan sólo somos la mezcla arbitraria de letras unidas por una idea que alguien materializa.
No estamos hablando. Nos están leyendo.
-¿Son esos ojos que nos leen, el centro del punto? ¿Son ellos el infinito?
Mi amigo se echó a reír.

martes, 18 de agosto de 2020

Relato por entregas III: El museo

-No te preocupes. A mí me costó media vida.
Mirándome con una intensidad casi hiriente, me empezó a explicar cómo ver el cuadro.
-En ese cuadro se puede ver lo infinito, ya que en él se repite lo finito una y otra vez.
Ante mi estupor le oí preguntarme qué veía primero.
-Una puerta cerrada.
-Esa puerta está hecha de madera. ¿No?
-Sí, de madera, parece.
-Pues piensa que para hacerla se necesitarían árboles. Piensa en un árbol. La semilla, la tierra, el agua, el tiempo que necesitó para crecer y ser cortado y dar otras semillas... piensa en los animales que vivieron en él y gracias a él..., en el hombre que lo taló, con su nacer, sus circunstancias, que a su vez te llevarán a otro comienzo. Todo siempre encadenado, y a su vez, ramificado.
Sus palabras las veía en imágenes descomponibles. El árbol en ramas, hojas, sabia... la tierra, sus distintas capas, con sus distintos elementos, y en sus diferentes edades... el agua microscópica... el principio del entrecruzamiento de genes...
-¡Pero esto es una enormidad! -exclamé abrumado.
-Esto es sólo la puerta, amigo mío. Sólo la puerta me costó diez años -paró unos segundos y luego me formuló otra pregunta. ¿Para qué sirven las puertas?
-Para entrar.
-¡Eso es! Aún queda pasar adentro, imaginar lo que hay, las gentes que ahí viven, lo que piensan, lo que están haciendo... y nunca repites, porque aunque hayan otros árboles, sus semillas serán siempre diferentes, sus crecimientos distintos, sus climas irrepetibles... y con los hombres, mucho más evidente.
-¿Y ya lo has visto todo?
-No. Pero ya he logrado llegar a otro plano.

martes, 11 de agosto de 2020

Relato por entregas II: El museo

 El cuadro, impresionista, representaba una casa de campo situada en lo que parecía ser una arboleda. Estaba todo cerrado excepto una ventana entre abierta, del piso superior. Parecía ser la hora de la siesta por la quietud y el juego de sombras que hacía el sol con los diferentes objetos.

-Sí que lo es -tardó mucho en contestar y lo hizo con la entonación lejana del que acaba de situarse en donde realmente está.

-Disculpe si le he molestado.

Me sonrió abiertamente y girándose para verme mejor me aseguró, tanto con sus serenos ojos como con sus palabras, que no lo había hecho en absoluto.
Había logrado romper el hielo, iba a preguntarle cualquier otra cosa, cuando uno de los tres visitantes que había reclamó mi atención. Quería que le indicase dónde estaban los servicios.
Cuando regresé, el hombre de la mirada serena estaba tan ensimismado que no me atreví a volverlo a la realidad otra vez.
A la hora de cerrar, sin embargo, mi amigo se me acercó y me deseó buena tarde. A partir de ese día nos empezamos a hablar compartiendo así algo más que el espacio.
Llegó un día en el que al salir, -ya que sólo nos hablábamos cuando él no miraba al cuadro-, le pregunté por qué sólo estaba interesado en ese precisamente.
-Porque sólo tengo una vida, y no me da para más.


Me pasé toda la noche -que no se acababa nunca-, intentando descifrar su contestación. Finalmente llegó la hora de abrir el museo.
Cuando le saludé, no sé qué ansía me notó en mi voz, que mirándome desde sus profundos ojos oscuros me invitó a sentarme con él en el banco. Me quería aclarar la pregunta que no llegué a formularle.
-Lo que te voy a contar no es nuevo, en absoluto. Todos los grandes pensadores, Aristóteles, Copérnico, Nietzsche, Einstein..., nos lo han indicado una y otra vez a lo largo del tiempo. Otros nos lo han hecho llegar por medio de las palabras: Shakespeare, Calderón, Unamuno, Borges... -me nombró muchos más pero yo sólo retuve unos pocos de los que ya había oído antes.
-¿Qué ves en ese cuadro? -me preguntó. Y yo se lo describí.
-¿Sólo ves eso? -estuve intentando ver algo más. Intenté describirlo más por lo menudo, pero me interrumpió suavemente.
-Después del cuadro. ¿Qué ves después del cuadro?
Le miré desvalido.

martes, 4 de agosto de 2020

Relato por entregas, 1 parte: El museo

Mi amigo estaba allí, sentado como siempre, enfrente de ese cuadro.
Bueno, el término amigo no es el exacto. Con un amigo se comparte un tiempo que se va llenando de experiencias comunes. Yo lo único que compartía con él era el espacio. Mi trabajo es el de guardia de seguridad.
La empresa para la que trabajo nos va dando y quitando destinos ya que, en esta ocupación mía de vigilar, es muy peligroso acostumbrarse demasiado a lo que se vigila.
Se puede llegar a bajar la guardia con mucha facilidad cuando te acostumbras a ver una y otra vez durante horas y horas lo mismo..., claro que sin ese tedio profesional no me habría acercado nunca a..., pero eso viene más tarde.
Al principio no hay peligro de descuidarse. Todo es estimulante. Los recorridos aún no son rutinarios. Cualquier cambio es fácil de detectar, cualquier ruido te pone alerta. El peligro viene con la costumbre y el aburrimiento considerable que trae consigo.
Mi trabajo esa temporada estaba en un museo. No era uno demasiado importante. La gente que venía a visitarlo era más bien poca, así que no me fue difícil fijarme en uno de ellos que repetía día tras día la visita. Mi amigo.
Podría no ser rara su frecuencia de ser, digamos, un estudiante de arte, un pintor, un profesor, incluso. Pero nunca salía de la única sala en la que entraba, y ya en esa sala no se levantaba del único asiento que había, y desde ese asiento no dejaba de mirar siempre al mismo cuadro. Eso sí era raro.
Sus visitas diarias empezaron a ser un peligro para mí. Lo notaba, notaba que estaba más pendiente de él que del museo. Se me iba el santo al cielo intentando adivinar qué haría para estar tanto tiempo ahí quieto, mirando siempre lo mismo, sin desear estar en otro lado, como me pasaba a mí.
Fue un jueves cuando intenté una conversación casual, a modo de acercamiento.
-Bonito cuadro.

miércoles, 29 de julio de 2020

Tejido

Unos días donde la rutina ha cambiado, donde los paseos han sido otros, luces, gentes, estímulos distintos, donde buenos amigos han compartido su tiempo, sus risas, sus palabras, sus juegos y días conmigo. Un caos ordenado, un orden caótico que ha modificado rutas, al estar donde no debería haber estado, se han entrecruzado momentos que no habrían sido posibles sin esos kilómetros de tinta, de caminos, de ideas.
Empieza una nueva etapa, pero no para el calendario, los años los comenzamos cada día, cada hora, cada segundo. Este lo cierro con folios blancos, cuartillas manchadas, una nueva pluma, varios libros esperando, muchos ya viajados. Un año que entrará sin grandes esperanzas pero con pequeñas ilusiones.
Son días retales; los restos que quedan de lo que se esperó, esperando que el nuevo tejido tengo un diseño más luminoso.

martes, 28 de julio de 2020

De nada

Rodearse de nada,
del silencio del viento
entre las hojas,
del murmullo de insectos,
del correr del agua.
De nada.
Rodearse de otros pensamientos,
de ideas silenciadas
entre el tiempo,
del susurro de los sueños,
del andar del universo.
De nada.

martes, 21 de julio de 2020

Ver

Es curioso que se diga que un artista llega a la cima de su creación cuando alcanza, por ejemplo: un pintor, un cuadro en blanco; un escritor, una frase mínima con la quintaesencia del todo; un músico, tres notas condensadas en ellas la música de las esferas.., es decir cuando lo que creas roza la Nada: la esencia del todo dicho con nada.
Puede ser, sí, a lo mejor la búsqueda de uno mismo, de la vida a través de la disciplina elegida, del porqué de las cosas, nos lleve de la ilusión de crear, a crear investigando y desplegando todas las etapas, para acabar donde se empezó: en nada. `
Quizá el recorrido valga la pena, porque ciertamente, no se vuelve al mismo punto, se ha dado la vuelta al mundo, al propio universo, y si se parte sin nada para regresar con nada, no se puede negar lo mucho que se vio de todo.

martes, 14 de julio de 2020

Mejor hacer

Intentamos dejar algo detrás de nosotros, una permanencia tras nuestra permanencia, como si hubiese valido la pena vivir y, de paso, nos burláramos de la mortalidad.
Hacemos, y haciendo, somos.
Si algo de lo hecho perdura, sirve, nos trasciende, es como si hubiéramos vivido de verdad, sin ser un ser totalmente irrelevante hecho de días vacíos.
Si somos porque hacemos, mejor hacer algo con lo que somos.

martes, 7 de julio de 2020

Es y no es

El tiempo pasa,
nos atraviesa y sigue.
Solo lo importante queda.
Nosotros nos borraremos, 
lo que hicimos, puede que no,
puede que dure un tiempo más allá
del que nos atravesó. 
Tiempo es lo único que tenemos
y dejamos de tener.

martes, 30 de junio de 2020

Sin ellos

Los sueños, sueños son
y son lo que soñamos
para, al despertar,
no despertar demasiado,
para no romperlos del todo
para que esos sueños
sean sueños despiertos,
para que los días
no se oscurezcan
sin ellos.

martes, 23 de junio de 2020

Noche

Es tarde, muy tarde, la noche llena completamente el espacio silencioso, te dejas ir, pensamiento, ideas; palabras dichas en silencio.
La noche, zona mágica, oscura, tenebrosa, peligrosa, frontera del día. Dicen que si estás muy enfermo y logras llegar hasta el alba, sigues un día más. La noche, qué extraña parte del día. Ayuda a asimilar la visto en la luz, a reordenar secuencias, idear planes, sosegar impulsos, encender, torcer. La noche, usada como metáfora tanto de lo siniestro y equívoco, como de lo sereno y tranquilo.
Se la puede llenar de uno mismo, de gente, de ilusiones, de decepciones, de amor, de odio. Tiene normas propias, otro ritmo, otra pausa, otra capacidad para crear, más lúcida y a la vez menos válida. Las anotaciones tomadas a oscuras, en duermevela, se desvanecen con la luz del sol, quedando chicas, tontas, decepcionantes, sólo sirven en las sombras de donde salieron.
Una música sigue lejana, nota tras nota, engarzadas en la armonía que las contiene y de la que se sirven para ser. Noche, silencio, música que lo rompe, ideas que con la luz perderán su magia. Esperemos que no del todo. Al menos, la noche nos las trae. 
Que la luz no rasgue por completo lo que nos trajo la oscuridad.

martes, 16 de junio de 2020

Curso intensivo en agosto. Fuentetaja.

Es un curso que voy a dar en agosto en Fuentetaja, será en directo a través de zoom, conque asistir es cómodo, desde casa. 
Quien quiera crear personajes siniestros está invitado.
https://fuentetajaliteraria.com/talleres/taller/personajes-oscuros-eva-monzon-directo-agosto


¿Qué es un héroe sin un antagonista digno? Nadie. 
Los héroes se definen por la lucha contra sus enemigos. Los grandes triunfadores del mal necesitan malos míticos, ya sea en leyendas -ogros, trasgos, brujas…-, en los clásicos o en los actuales. No hay historia interesante sin uno o más personajes oscuros. Y los mejores son aquellos o, muy inhumanos, o muy humanos. O los que van cambiando de signo a lo largo del escrito, como el mismo Macbeth. 
Construir un buen personaje es complicadísimo, pero crear un personaje cruel es aún más difícil porque los que son dignos de ser abatidos, están llenos de matices, los odiamos y tememos, pero, aun no queriendo, en el fondo, los comprendemos. 
Desde el conde Drácula, al capitán Garfio, hay un abanico de monstruos oscuros y a la vez, luminosos que no solo les dan sentido a sus héroes, sino que a veces, los eclipsan. Y eso es lo que vamos a ver, aunque sea brevemente en este taller: cómo crear un personaje oscuro que tenga una humanidad inhumana interesante.

martes, 9 de junio de 2020

Se va viviendo

Uno va viviendo
atravesando los días,
agarrado a las ilusiones,
luchando contra esa misma vida
que va viviendo
atrapado en un cuerpo,
esclavo de una mente
de la que no puede salirse
ni comprender más allá
de esa vida que va viviendo.

martes, 2 de junio de 2020

Huecos

Un pintor estaba explicando cómo dibujar; "¿ves ese árbol?, sus ramas, hojas..., si lo quisieras pintar tendrías que fijarte en ellas, esbozarlas. Eso es lo que nos enseñaron desde chicos: pinta lo que ves. Pues bien, se ha de ir más allá: se ha de pintar lo que no se ve también, sobre todo, lo que no se ve: el hueco que dejan las ramas, el cielo que permite ver la distancia entre las hojas. Se ha de aprender a ver lo que el objeto elegido libera, y a su vez, tapa".
Cierto. Se ha de aprender a vivir con lo que se tiene y con lo que se tuvo, con lo que se recuerda y con lo que se ha olvidado; la vida está hecha de tonos, de presencias y ausencias, de recuerdos y realidades inmediatas, de sueños y de logros. Pintar los días es saber ver lo que tienen y lo que justo por tenerlo, no tienen.
Las ausencias, el hueco de las presencias, también forman parte de la realidad, quizá son lo más real que hay.

martes, 26 de mayo de 2020

Unos más que otros

No hay nada seguro, lo que creemos tener no lo tenemos, lo que pensamos saber, no es tan cierto. La vida en sí misma es insegura. Nos agita y vapulea quitándonos y dándonos lo que ni imaginamos, todo es cambio: hemos de adaptarnos. Esa seguridad cómoda que como espejismo nos parece real, no lo es.
Nada bajo el sol lo es.
Los cambios continuos es la única variable inamovible. Lo que ahora es, no lo será un día cuando abramos los ojos y veamos que todo es distinto a lo soñado, planeado, vivido, y a pesar de eso, se ha de seguir, desde la incertidumbre de estar vivos.
Una puerta sin puerta que nos muestra, invariablemente, lo lejos que estamos de esa comodidad cotidiana que estalla en mil pedazos cada día. Unos más que otros.

martes, 19 de mayo de 2020

No ser

Hay veces en las que se vive fuera de la vida, una suerte de vida donde se observa la Vida, no se es activa; solo testigo de cómo los demás la viven. Una mirada atenta a esas acciones en las que por un motivo u otro no se forma parte. Quieta, te mueves como un fantasma corpóreo, comprobando cómo las personas van evolucionando, dando vueltas y recorriendo trechos, ilusionándose ante esas acciones realizadas que darán lugar a hechos creados desde ellas. Y ves, desde esa barrera, la evolución del tablero vital de esas piezas vivas. Y deduces las partidas, anticipando jugadas, finales, rodeos. Y aciertas porque no estás en él, no eres parte integrante del tablero, solo una pieza invisible que observa, entremezclada entre ellos, visibles y reales, lo que acabará siendo un juego cerrado. Lo que ahora solo es un movimiento tras otro. Vidas vistas tras el velo de la inacción. Solo así se logra comprender lo imposible; el dudoso privilegio de no ser siendo.

martes, 12 de mayo de 2020

Ventanas

Es entre fascinante y tonto, ver cómo las moscas quieren salir por una ventana cerrada, golpeándose continuamente a cada intento contra el cristal, sin lograrlo, pero ellas siguen. Y siguen. 
Da igual las veces que intenten avanzar por ese lugar imposible, como mucho, dan unas vueltas por la zona, y otra vez, sin remedio, se aplastan contra ese muro invisible, incomprensible, que les impide acercarse a lo que transparenta, esa libertad de afuera.
Y de ahí no se van. Pobres.
Las vemos golpearse contra esa realidad invisible.
igual que nosotros, que chocamos una y otra vez, contra paredes invisibles que nos prometen algo más, si las traspasásemos..., o eso creemos. 
Y seguimos, una y otra vez, embistiendo esas barreras que no vemos, pero están, sin que nadie haya aprendido aún a abrir la ventana.

martes, 5 de mayo de 2020

Se sabe

Siempre se sabe, porque se sabe aunque uno quiera olvidar, que la vida no es algo seguro, ni estable, ni complaciente, que se gasta unas bromas crueles, que, a veces, disimula regalándote algo, como para mantenerte a raya, contento, azuzando la esperanza como si fuese amable y te mimara. Hasta que muestra su verdadera cara y viene a quitarte lo dado, añadiendo algún que otro daño colateral para crear mayor impacto en su demostración de aquí quien manda soy yo.
Y cuando se manifiesta de nuevo, tras la recuperación, o no, del  golpe anterior, uno ya sabe que ha de afrontar, cómo hacerlo, y sin demasiadas quejas, escabullirse en lo posible a ese mundo que, con suerte, ha aprendido a crear paralelo a la realidad que llamamos vida. 
Y a esperar. Todo pasa. De todo se puede hacer un universo.

martes, 28 de abril de 2020

Fuera del tablero

Hay veces en las que se vive fuera de la vida, una suerte de vida donde se observa la Vida, no se es activa; solo testigo de cómo los demás la viven. Una mirada atenta a esas acciones en las que por un motivo u otro no se forma parte. Quieta, te mueves como un fantasma corpóreo, comprobando cómo las personas van evolucionando, dando vueltas y recorriendo trechos, ilusionándose ante esas acciones realizadas que darán lugar a hechos creados desde ellas. Y ves, desde esa barrera, la evolución del tablero vital de esas piezas vivas. Y deduces las partidas, anticipando jugadas, finales, rodeos. Y aciertas porque no estás en él, no eres parte integrante del tablero, solo una pieza invisible que observa, entremezclada entre ellos, visibles y reales, lo que acabará siendo un juego cerrado. Lo que ahora solo es un movimiento tras otro. Vidas vistas tras el velo de la inacción. Solo así se logra comprender lo imposible; el dudoso privilegio de no ser siendo.

martes, 21 de abril de 2020

Tiempo

El tiempo pasa. 
Nos pasa. 
Nos atraviesa y sigue.
Lo importante se queda con él.
Nosotros nos borraremos, 
lo que hicimos, puede que no. 
Al menos, durará un tiempo más 
del que nos atravesó. 
Tiempo es lo único que tenemos 
y dejamos de tener.

domingo, 19 de abril de 2020

Entrevista para La orilla de las letras

Entrevista: EVA MONZÓN


Queridos amigos de La Orilla de las Letras,

Este confinamiento nos está resultando tan largo, que casi nos parece eterno. Menos mal que nos quedan los libros. Y sus autores, que, de vez en cuando, se dejan caer por aquí para hablarnos de sus experiencias en el mundo literario. Como Eva Monzón, nuestra autora de hoy.
Eva Monzón es coordinadora de talleres de escritura creativa de Fuentetaja. Como escritora, ha publicado la novela corta Tiempo Muerto (Bartleby); la novela Entreactos (Algar), obra que resultó ganadora del certamen de Alfonso el Magnánimo de la ciudad de Valencia en su modalidad de narrativa en castellano del 2006; la novela Errantes (Paréntesis, en su primera edición, y Sargantana, en su reedición); El día a día (Sargantana) y la novela En esa delgada línea (NPQ). Por otra parte, ha traducido el diario, inédito en España, que llevó el premio Nobel de literatura, J. Steinbeck, durante el proceso de creación de “Al Este del Edén”. Diario de una novela: Las cartas de Al Este del Edén. También ha escrito guiones de corto y teatro y relatos. Actualmente, además, lleva el blog Fragmentos, www.evamonzonj.blogspot.com , con el que ganó el Liebster Award.
Y una vez dicho esto, comenzamos ya con la entrevista:

¿Qué libro recuerdas de tu infancia?
Lo primero que recuerdo son unos libros de leyendas enormes, casi más grandes que yo, que me leían para que me estuviera quieta. Luego aprendí a leerlos yo y desde esas leyendas me fui a otras, y de ahí a los libros de Verne, Barry, Lewis, Salgari, Dickens, Stevenson, H.G. Wells.
No fue solo un libro, fue el descubrimiento de que existen los libros lo que marcó mi niñez. Mi vida.

Como lectora, ¿qué crees que tiene que tener un buen libro?
Debe contener un universo único, uno que al lector le apasione descubrir.

¿Recuerdas cuándo comenzaste a escribir?
Antes incluso de aprender a unir palabras, llenaba libretas con los garabatos que yo creía que contaban las historias que iban saliendo del lápiz.

¿Y cuándo decidiste que además de escribir para ti tenías que hacerlo para los demás?
Con diez años, más o menos, mostraba cuentos que escribía a mi gente, pero no fue hasta mucho más mayor cuando busqué escribir para ojos que no me conocieran.


¿Cuánto tiempo sueles tardar en terminar una obra?
Depende de si es novela, relato, teatro, guion..., lo que más tiempo me lleva es la novela, normalmente, me atrapa entre un año y dos.

Has escrito relato, poesía, novela, guiones, biografías y hasta has traducido una obra inédita en España. Como escritora, ¿qué género crees que te falta por experimentar?
Los ensayos, quizá. Pero ahí has de ser un experto en lo que trates, y aún no me siento experta en nada.

Eres escritora y también enseñas a otros a escribir en los Talleres de escritura creativa de Fuentetaja. ¿Cómo compaginas estas dos labores?
Se complementa, porque es al enseñar cuando más aprendes.

¿Qué supuso para ti participar en Golem Fest en noviembre de 2019?
Fue divertido, hablar junto con compañeros escritores a un público con ganas de escucharnos tratar temas como los vampiros, la muerte, las leyendas, el miedo, y sin que nadie se extrañara, más bien al contrario. Eso no tiene precio.

De tus obras, ¿a cuál le tienes más cariño y por qué?
Eso es complicado, porque me gustan todas, y no me gusta ninguna. Siempre se pudo hacer mejor, pero me apasionó crear todos y cada uno de esos mundos.
Mejor que elija el lector. Yo nunca lee un libro mío una vez editado.


Y de los premios literarios que has recibido, ¿cuál te ha hecho más ilusión?
Todo premio da ilusión, pero el mayor fue el primero: Alfonso el Magnánimo, porque fue como si me hubiese dicho: Entra, eres escritora. Escribe.

En esa delgada línea es tu última novela publicada. ¿Qué nos puedes contar de ella?
Es una novela que está en el límite de los opuestos toda ella. Es y no es una novela, el protagonista está y no está vivo, lo que cuenta es y no es verdad. Está hecha en esa delgada línea entre los opuestos, y cada capítulo se mueve en ese equilibrio.

¿Qué nuevos proyectos literarios tienes en marcha?
Va a salir mi nueva novela, Sombras, en cuando estas circunstancias atípicas lo permitan.
Mientras tanto, estoy escribiendo una nueva.

¿Crees que seremos diferentes los escritores cuando este tiempo de confinamiento acabe? ¿Y los lectores?
La verdad es que no, nada será diferente mucho tiempo, todo volverá a su cauce, con más o menos facilidad. Se ha pasado por esto otras veces (peste, la gripe español, ébola...), y aquí estamos, estar vivos es estar expuestos a la vida.
Eso sí, durante un tiempo habrá libros, series y películas para rato.

¿Te gustaría añadir algo antes de terminar esta entrevista?
Agradecerte la iniciativa, tu trabajo, haberme invitado a tu espacio, las palabras son las que perduran.
Gracias.

Muchas gracias a ti, Eva, por tu tiempo, tus palabras y tus fotos personales. Esperemos que el confinamiento no se prolongue mucho más y tu nueva obra pueda ver la luz en breve.
Y a vosotros, amigos lectores, gracias, como siempre, por estar una vez más al otro lado de la pantalla.
Cristina Monteoliva

martes, 14 de abril de 2020

Entrevista para MAKMA


1) ¿Dónde y en qué situación te encuentras?
2) ¿Cómo te imaginas el escenario inmediato y cuáles serían, a tu juicio, las consecuencias a medio y largo plazo en lo social, cultural, económico y político?

3) Tras el decreto de estado de alarma, ¿de qué modo afrontas tu confinamiento? ¿Qué lecturas y/u otras actividades llevas a cabo?
4) Comentarios y conclusiones.


1) Estoy en Valencia, en casa, algo soso, lo confieso. Sé de casos donde les pilló el estado de alarma en situaciones difíciles: en medio del mar, de viaje, lejos para regresar; con lo que, en todo caso, la incertidumbre se suma a un exilio forzoso. Pero a mí, no; yo en casa, imaginado cómo sería este confinamiento si no estuviera en ella. Un modo como otro cualquiera de pasar el tiempo.
2) El escenario inmediato es fácil de imaginar: es tal cual está siendo ahora, la gente, el mundo, se ha unido para actuar juntos –cosa sorprendente y única–, respondiendo de un modo coherente, solidario y responsable en la mayoría de los casos. El mundo entero. Eso es algo grande. No sé hasta cuándo nos portaremos así de bien, supongo que hasta que pase el peligro y un poco más, como cuando un corredor llega a la meta pero no puede parar hasta que sobrepasa unos metros más.
Las consecuencias a medio y largo plazo serán duras, de ajustes, de pagar las facturas de la falta de facturas ahora. Dependerá de cómo lo gestionen los que están al mando, de cómo lo aceptemos los que los pusimos al mando. Se puede imaginar todo: desde el caos, hasta su contrario. Lo que creo que sucederá es que las aguas, tras varias turbulencias, volverán a su cauce, lo que no sé es el tiempo que necesitarán para aclararse del barro. La gente olvidamos pronto. Pero lo que sí tenemos es lo que se está haciendo. Lo que estamos haciendo.
3) La efectividad de acatar el estado de alarma se debe, creo, en gran parte a las redes sociales, a esa globalización y cercanía que nos ofrecen. Desde ellas se convocan muchos eventos, se manipula incluso –hay ejemplos recientes claros–, pero, en este caso, ha ayudado a entender el panorama de una manera rápida y eficaz. Internet ayuda, no solo a eso, sino a no encontrarnos solos, ni perdidos, a poder hablarnos, vernos, trabajar, mover el mundo aunque sea a distancia. Eso es grande. Sin Internet y lo que supone el confinamiento sería atroz, la soledad terrible y el caos económico mucho mayor de lo que es.
El confinamiento puede ser estupendo, pero puede ser un infierno, depende de con quién te haya tocado quedarte atrapado. Eso puede desesperar a cualquiera, no solo es no ver a quien quieras, sino ver a quien no quieres todas las horas del día, todos los días. Ahí hay un problema, una crisis grave, no solo global, sino particular. 
Yo, por mi parte, no lo llevo mal porque es como suelo vivir. En casa, con libros, creando palabras, dando clases online, contestando mails, viendo cine, codeándome con el arte, que no me suele fallar.

4) Creo que ya he comentado más de lo que se me preguntaba en las demás preguntas, tampoco es cuestión de que, como hay tiempo, o eso se supone, lo tengáis que usar leyéndome. Pero creo que estamos viviendo tiempos extraordinarios, ese proverbio chino entre aviso y maldición: “Que no vivas tiempos extraordinarios”. Y creo que, por ahora, lo estamos  haciendo bien, casi todos. Y espero que lo que vayamos haciendo nos permita, al tiempo, mirar atrás, cuando se haya terminado lo que ahora ignoramos cómo acabará, y digamos y digan: “Lo hicimos bien, lo hicieron bien”.