martes, 26 de mayo de 2020

Unos más que otros

No hay nada seguro, lo que creemos tener no lo tenemos, lo que pensamos saber, no es tan cierto. La vida en sí misma es insegura. Nos agita y vapulea quitándonos y dándonos lo que ni imaginamos, todo es cambio: hemos de adaptarnos. Esa seguridad cómoda que como espejismo nos parece real, no lo es.
Nada bajo el sol lo es.
Los cambios continuos es la única variable inamovible. Lo que ahora es, no lo será un día cuando abramos los ojos y veamos que todo es distinto a lo soñado, planeado, vivido, y a pesar de eso, se ha de seguir, desde la incertidumbre de estar vivos.
Una puerta sin puerta que nos muestra, invariablemente, lo lejos que estamos de esa comodidad cotidiana que estalla en mil pedazos cada día. Unos más que otros.

martes, 19 de mayo de 2020

No ser

Hay veces en las que se vive fuera de la vida, una suerte de vida donde se observa la Vida, no se es activa; solo testigo de cómo los demás la viven. Una mirada atenta a esas acciones en las que por un motivo u otro no se forma parte. Quieta, te mueves como un fantasma corpóreo, comprobando cómo las personas van evolucionando, dando vueltas y recorriendo trechos, ilusionándose ante esas acciones realizadas que darán lugar a hechos creados desde ellas. Y ves, desde esa barrera, la evolución del tablero vital de esas piezas vivas. Y deduces las partidas, anticipando jugadas, finales, rodeos. Y aciertas porque no estás en él, no eres parte integrante del tablero, solo una pieza invisible que observa, entremezclada entre ellos, visibles y reales, lo que acabará siendo un juego cerrado. Lo que ahora solo es un movimiento tras otro. Vidas vistas tras el velo de la inacción. Solo así se logra comprender lo imposible; el dudoso privilegio de no ser siendo.

martes, 12 de mayo de 2020

Ventanas

Es entre fascinante y tonto, ver cómo las moscas quieren salir por una ventana cerrada, golpeándose continuamente a cada intento contra el cristal, sin lograrlo, pero ellas siguen. Y siguen. 
Da igual las veces que intenten avanzar por ese lugar imposible, como mucho, dan unas vueltas por la zona, y otra vez, sin remedio, se aplastan contra ese muro invisible, incomprensible, que les impide acercarse a lo que transparenta, esa libertad de afuera.
Y de ahí no se van. Pobres.
Las vemos golpearse contra esa realidad invisible.
igual que nosotros, que chocamos una y otra vez, contra paredes invisibles que nos prometen algo más, si las traspasásemos..., o eso creemos. 
Y seguimos, una y otra vez, embistiendo esas barreras que no vemos, pero están, sin que nadie haya aprendido aún a abrir la ventana.

martes, 5 de mayo de 2020

Se sabe

Siempre se sabe, porque se sabe aunque uno quiera olvidar, que la vida no es algo seguro, ni estable, ni complaciente, que se gasta unas bromas crueles, que, a veces, disimula regalándote algo, como para mantenerte a raya, contento, azuzando la esperanza como si fuese amable y te mimara. Hasta que muestra su verdadera cara y viene a quitarte lo dado, añadiendo algún que otro daño colateral para crear mayor impacto en su demostración de aquí quien manda soy yo.
Y cuando se manifiesta de nuevo, tras la recuperación, o no, del  golpe anterior, uno ya sabe que ha de afrontar, cómo hacerlo, y sin demasiadas quejas, escabullirse en lo posible a ese mundo que, con suerte, ha aprendido a crear paralelo a la realidad que llamamos vida. 
Y a esperar. Todo pasa. De todo se puede hacer un universo.