Tras la realiad, de Eva Monzón.
En apenas dos días, Samuel, un niño de pocos años, va relatando lo que vive. Al mismo tiempo, en otros capítulos, su madre de acogida cuenta su visión de lo que ocurre. La diferencia de narración parte de la ingenuidad del niño que imagina lo que no vive, pero vive lo que imagina frente a la de la madre que recuerda lo que sucedió.
La mirada del niño es limpia e inteligente: “La vida solo se cuenta una vez, hay que estar muy atento para no perderse”. Reflexiona, a su manera, sobre su situación, sobre las razones de tener una mamá Dos, de no ver a su padre, de observar cómo los adultos sienten pena por él.
Los pensamientos de la madre adoptiva y del niño se superponen en distintos capítulos sin que sea un impedimento para la lectura. Todo lo contrario, esa sutileza va ayudando a comprender lo que ha ocurrido. Vamos entendiendo a través de diálogos silenciosos entre los abuelos y la gente que les rodea qué fue lo que trastocó su propio mundo.
Los recuerdos de la madre adoptiva: su amiga Nuria, su hermano, los amores juveniles, la vida en el pueblo nos van dando las pistas de lo que sucedió y va a suceder.
A lo largo de la narración, la culpa, el miedo, la ceguera del amor maternal , la negación del pasado y la violencia de género a través de la mirada del niño, se van abriendo paso entre las páginas. La aceptación de la realidad de la que huyen, el temor a que la decisión final que ha de tomar la madre Dos sea comprendida.
Tras la realidad es una novela de silencios en la que la autora no juzga a los protagonistas.
“En casa no se habla, se calla, se disimula hasta que es imposible seguir ciego, entonces se chilla, se pierden las formas. Lo escondido estalla esparciéndolo todo de verdades, la falsa serenidad se rasga rompiendo el equilibrio entre realidad y su realidad”
La autora se mete en la piel de cada uno de los protagonistas: el niño, la madre Dos, los abuelos y la no-hermana y nos empuja a hacer lo mismo. Una cuestión de empatía.
“Lo que cuesta empezar a vivir cada día”
Dos días intensos, narrados con mucho oficio.