Este mes, de nuevo, manipularemos el tiempo; los relojes
marcarán otra hora, nos situaremos más cerca del sol, oscurecerá igual,
pero en nuestra apreciación, se hará de noche más tarde. Qué fácil parece
así mover el Tiempo, es solo cuestión de ponerse de acuerdo. Aquí no
valen opiniones, se pueden tener, claro, pero acatando la orden. Se trastocan las manecillas y punto. Como con los semáforos, en rojo paras, o
las consecuencias son tan obvias que nadie cuestiona el no hacerlo.
Es triste que solo nos pongamos de acuerdo en normas tan básicas, en aquellas en las que ir en su contra nos perjudica: no se puede ir una hora, antes o después, desacompasado con el resto; no se debe tentar la suerte con los colores del tráfico...
Pero en cosas más vitales, importantes y trascendentes, las opiniones nunca se aunan; solo marcan más las diferencias.
Es triste que solo nos pongamos de acuerdo en normas tan básicas, en aquellas en las que ir en su contra nos perjudica: no se puede ir una hora, antes o después, desacompasado con el resto; no se debe tentar la suerte con los colores del tráfico...
Pero en cosas más vitales, importantes y trascendentes, las opiniones nunca se aunan; solo marcan más las diferencias.
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