El presente es justo lo que no solemos vivir; estamos más pendiente de lo que haremos, o hicimos. Ponemos los sueños en los minutos más allá y la nostalgia en los de más atrás.
Las palabras son las que lo unen todo, las que nos dictan lo que es, lo que fue, lo que será, o al menos, lo que se quiere que sea.
Y nosotros en medio, en ese presente que es lo que nos hace vivir y al que no hacemos caso, siempre en otra parte, lejos de lo que pasa.
Solo reconocemos lo que vivimos cuando ya se vivió, cuando son recuerdos que vale la pena recordar.
Mientras, vamos viviendo lo único vivible, lo único que no vemos hasta que pasa, lo que, aunque nos dé pie a soñar, ni vemos.
Es lo que tiene el presente, que no suele estar presente hasta que no pasó.
Que difícil estar "presente", y qué bonito a la vez!!
ResponderEliminarCierto, y es que, si no estás presente, no vives del todo.
ResponderEliminarQué cierto y triste a la vez... El pasado no se puede cambiar y el futuro es tan incierto. Y así vivimos basculando entre lo que fue y será, mientras se nos escapa la vida entre los dedos de las manos...
ResponderEliminarEs quizá el modo de vivir sin vivir, contándonos lo vivido, pero habría que aprender a vivir viviendo el momento.
ResponderEliminarDisfrutar del ahora, estar presente en el presente para darle existencia antes de que pase. ¡Qué díficil es!
ResponderEliminarLo es, porque la mente va más deprisa aún que el tiempo.
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