Uno construye, otro lo destruye.
Así van las cosas. A cualquier nivel.Es la iniciación del niño al mundo adulto: ha de dejar la ingenuidad atrás, aprender a defenderse, a entender que, a pesar de que te destruyan, has de ser más fuerte y seguir creando.
Que, aunque vengan a destruir, nunca han de destruirte.
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