Ya me he terminado de leer tu novela y, como dijo la escritora que te la presentó menudo pedazo de novela… La verdad es que tuve que desacelerar mi ritmo de lectura para poder disfrutarla porque es tal el caudal de historias y personajes que para degustarlos has de tomártelo casi como una novela por entregas, poco a poco porque, al menos yo, corría el riesgo de no asimilarlos… Es tu “Cien años de soledad", realismo mágico incluido. Eso sí, con estructura de misterio, casi de whodonit y final sorpresa… sorpresa sobre todo porque al final te das cuenta de que, en el fondo, el libro es una gran metáfora del proceso del escritor, de cómo la fabulación o el hecho de fabular mantiene con vida.
Debería repasar un poco para decirte cuáles son mis historias favoritas aunque, a bote pronto te diría que las más truculentas, como la del hombre que sabía leer los cráneos. Pero lo que tienen todas en común y que es ya una cuestión de estilo en tu caso, es la capacidad de proponer retratos humanos de forma muy sintética sin menoscabo del calado, al contrario, resultan hondos, poéticos, contundentes en su (o por su) concreción… No sé si me explico… Esa fecundidad de ideas, personajes, pensamientos filosóficos, esa estructura de ecos entre pasado, presente, el acá o el más allá, recuerdos propios, inventados, ajenos o finalmente, transmutados, convierte a la novela en una obra mayor en cuanto a derroche de imaginación y recursos (está pero que muy bien escrita, con lenguaje siempre rico, medido, certero) pero que, como te decía, obliga a tomármelo con calma para degustarla, no es fast food precisamente sino bocato di cardinale… Bueno, que enhorabuena.
Debería repasar un poco para decirte cuáles son mis historias favoritas aunque, a bote pronto te diría que las más truculentas, como la del hombre que sabía leer los cráneos. Pero lo que tienen todas en común y que es ya una cuestión de estilo en tu caso, es la capacidad de proponer retratos humanos de forma muy sintética sin menoscabo del calado, al contrario, resultan hondos, poéticos, contundentes en su (o por su) concreción… No sé si me explico… Esa fecundidad de ideas, personajes, pensamientos filosóficos, esa estructura de ecos entre pasado, presente, el acá o el más allá, recuerdos propios, inventados, ajenos o finalmente, transmutados, convierte a la novela en una obra mayor en cuanto a derroche de imaginación y recursos (está pero que muy bien escrita, con lenguaje siempre rico, medido, certero) pero que, como te decía, obliga a tomármelo con calma para degustarla, no es fast food precisamente sino bocato di cardinale… Bueno, que enhorabuena.
Gracias.
https://www.casadellibro.com/libro-en-esa-delgada-linea/9788417257149/6545570
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Magnífica reseña que comparto completamente.
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ResponderEliminarGracias, tu reseña también llega al fondo de la novela, repito, lo mucho que me gustó. Nos leemos.
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