jueves, 1 de febrero de 2018

De golpe

Todo suele llegar de golpe.
Lo normal es vivir bajo una calma existencial, incluso demasiado tranquila, normalmente hecha de esperas, ilusiones, proyectos, más o menos hilvanados, más o menos realistas, donde los días nacen y mueren como suelen hacer: ajenos a cualquier intento, por nuestra parte, de acelerarlos o ralentizarlos, depende. 
Y en el momento menos oportuno, hale, todo de golpe: lo que querías, lo que no, lo que ya no esperabas, lo que recuerdas lejanamente que tenías prisa por saber hace tanto...,  en esas pocas horas se condensa lo que se ha estado aguardando meses o años.
Sin dramatizar, así va la vida, a golpes, a veces para bien, otras para no tanto.
Lo que es invariable es que siempre aparecen sin que se les espere, y a la vez. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario