lunes, 30 de junio de 2025

Testigos

Hay veces que se vive fuera de la vida, una vida donde se observa la Vida, no se es activo, solo testigo de cómo la viven los demás. 
Una mirada atenta a esas acciones de las que, por un motivo o por otro, no se forma parte. 
Somos un juego cerrado.
Vidas vistas tras el velo de la inacción. 
Observar nos acerca a comprender lo imposible; el dudoso privilegio de no ser siendo.
Estamos quietos, nos movemos como fantasmas, comprobando cómo las personas evolucionan. 
Vemos, desde esa barrera, cómo se mueven esas piezas vivas en el tablero, deducimos las partidas, anticipamos las jugadas y acertamos porque no somos parte del tablero, observamos, no somos visibles pero sí reales.

lunes, 23 de junio de 2025

No sabemos

El tiempo se escapa, 
teje sin destejer,
aúlla en silencio
no mira atrás.
El tiempo nos mide,
lo tenemos sin saberlo
y se va antes de llegar
por vivirlo a destiempo.

lunes, 16 de junio de 2025

Tiranía

Cada época tiene sus cadenas.
Un eslabón de la de ahora es ir retransmitiendo al segundo cómo vivimos. Se envían y se ven fotos como para montar millones de vidas distintas, aunque iguales: encuentros, comidas, anécdotas, lugares, logros, bromas. 
Somos testigos de cada paso, cada estado de ánimo, cada evento. 
Nos bombardean y contraatacamos bombardeando, no podemos quedarnos atrás o dejaremos de existir.
Convertidos en personajes de nuestra propia ficción diaria, nos vemos viviendo, nos reducimos a fotos, porque parece que recordar lo que vemos desde nuestros ojos ya no sirve: debemos vernos viéndonos mientras nos ven.

lunes, 9 de junio de 2025

Normal

No hay normalidad normal.
Somos distintos
a cada año
a cada minuto.
Somos las variaciones
de nosotros mismos.
No hay normalidad 
que no sea anormal.

lunes, 2 de junio de 2025

Bloques

Si miramos de una vez cualquier todo, este pierde individualidad; se convierte en una masa donde los detalles desaparecen.
Se dice que si alguien pudiese ver cómo será su vida de golpe, se suicidaría. 
Me lo creo.
Es un todo, ahí quedaría lo absurdo, la amalgama sin detalle de unos hechos, el sinsentido de recorrer las horas sin más. Quizá, por eso, nadie tiene ese don maldito, porque el ir despacio, segundo tras segundo, sin saber lo que sucederá en el siguente, nos anima o engaña, nos da la esperanza de que existe ese sueño que deseamos. Porque todos queremos que el minuto que sigue al eternamente presente, sea mejor.
Es terrible ver el futuro ya empaquetado, rutinario, inamovible y estancado. 
Es mejor desmenuzarlo, llegar a él de puntillas sin romper la ilusión de que no es un bloque, sino que está compuesto de miles de fracciones interesantes.