viernes, 29 de noviembre de 2013

Hoy

Hoy, en el día de las librerías, se presenta Errantes, va obteniendo buenas críticas, si la queréis, solo habéis de entrar en esta web.

Gracias a todos por todo.

 

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Nada

Es curioso, cuando a veces, entramos en casa, o estamos entre amigos, y nos sentimos seguros; es como cuando niños y se jugaba al escondite o cualquier juego de tensión, se tocaba mare, y si lo hacías, estabas a salvo; nadie podía hacerte nada.
De adultos también necesitamos ese refugio incondicional, y como de chicos, no cuestionable, porque a ver, ¿por qué detrás de ese árbol estás libre y más allá, no? era el lugar arbitrariamente elegido para ser zona segura. Como una frontera u otra cuando hay guerras. Es un gran juego también.
Y tampoco nos lo cuestionamos del todo, porque una vez en esa casa, ese país, esa familia, ese amigo..., en realidad, tampoco estamos más seguros que tras el árbol: tan sólo somos unos minúsculos seres habitando un planeta pequeño precariamente en equilibrio en un universo inmenso, desconocido, infinito....
Somos nada sobre nada en la Nada.

lunes, 25 de noviembre de 2013

Resonancias

La ilusión se alimenta de realidad, sin ella, languidece y muere.
Solo de sueños es difícil levantarse, cierto que sin ellos nunca lo harías, pero qué es una esperanza que no desee ser real. Nada. Mera distracción, o simple cobardía. A un deseo se le ha de conceder la vida. No es digno atraparlo y retenerlo como excusa; se tiene que trabajar para él, para que cobre vida.
Es compleja y contradictoria esa frase que te previenen contra lo que desees porque podría convertirse en realidad. Si no quisieras esa verdad, no lucharías al lado de esa ilusión.
Creo que un sueño sin despertar no es sueño, sino pesadilla. Los ecos que despierte en vida sí serán dignos de su vigilia: entonces empezará de verdad a soñar.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Respuestas a preguntas

Mi blog, gracias al de Universo Introito de Reyes García Doncel, está nominado para el Liebster Awards, en sus bases, dice que hay que contestar unas preguntas y proponer otras.
Hoy las contestaré, mañana, junto con mis nuevos nominados, plantearé las mías.

Hoy por lo tanto, hay doble entrada en el blog.


Estas son las preguntas:

1. ¿Cuál es tu palabra preferida?
Mi palabra preferida es aquella que tiene que venir a continuación, la que necesito para seguir escribiendo, la que me permite seguir y seguir creando, siempre. 

2. Si lo que escribes en tu blog sonara a música ¿Qué música sería?
La que cada uno querría escuchar en ese momento, tras esas palabras mías.  

3. ¿Cómo elegiste el nombre de tu blog?
Porque la vida en su totalidad es imposible de aprehender, así que me conformo con los Fragmentos que me encuentro cada día.  

 4. ¿Cuál es el comentario que mas te ha gustado de los que te han hecho en el blog?
Los que tienen que ver sobre cómo el Fragmento les ha hecho sentir.  

5. ¿Crees que la Literatura en papel morirá?
No. Y si me equivocase, daría igual, porque lo que jamás morirá es Ella, independientemente de su soporte.

6. ¿Crees que el pensamiento y el lenguaje se está deteriorando por el uso de internet?
No, creo que se está deteriorando por el uso de la gente.  

7. Si tu estilo al escribir se pareciera al de un escritor/a concreto ¿A quién elegirías?
Creo que si alguien  ha de definir mi estilo, ese, no he de ser yo en ningún caso. Erraría.  

8. ¿Te sientes capaz de escribir cualquier género literario?
Sí, capaz sí, con ganas, no.  

9. ¿Tienes alguna cita favorita de un escritor/a?
Seguro que sí, pero ahora no podría decir ninguna, me vienen a la mente cuando las necesito.  

10. ¿Crees que hay una literatura femenina?
No, no creo en la literatura ni femenina ni masculina, solo en La Literatura. 

11. ¿Qué libro, de los que ya están escritos, te gustaría haber escrito tú?
 En realidad, lo que me gustaría es escribir un libro que la gente quisiera haber escrito.

Objetos sin tiempo

A veces, las cosas más sencillas, más simples nos atrapan en su simplicidad, en su entrañable modo de ser, de entregarse.
Me refiero a esos objetos casi primitivos que ahora quedan relegados a museos etnológicos, o al fondo de los armarios de los abuelos. Me encantaba ver moler el café en esas cajitas cuadradas, de madera casi de café, tanto por el color, como por el olor de tantas veces moliéndolo, que se abría por una esquinita y entraban los granos fuertes, enteros y que con una manivela se les iba moliendo, reduciéndolos a polvo, y que parecía fácil y cuando insistías mucho para que te dejaran moverlo, se te cansaba la mano y no crujía con el mismo ritmo que a ella, o la chocolatera, que con la maza iba esponjando el chocolate, o ese ajetreo de palillos que se movían luchando para crear una puntilla, enganchados los hilos en alfileres y bailando un vals sólo conocido por la mano y los bolillos, de donde surgía una tira de espuma de hilos y vacíos... cómo sonaban, cómo olía el café, el chocolate, qué hermosos esos utensilios hoy tan lejanos, como el botijo, ese objeto de barro, que sudaba para que el agua viviera siempre fresca, siempre dispuesta a derramarse por tu boca abierta a la espera de ese chorro que nunca parece llegar y que luego se desborda por toda la cara..., y te da risa y lo dejas agradecido, hasta la próxima sed. Si es porrón, tendrá vino, como la bota, esa de cuero vuelto... o la navaja que servía para todo... esos objetos humildes que ya no están, que se extinguen con apenas un suspiro, sin querer molestar, los que fueron la tecnología de los abuelos de nuestros abuelos.
Qué entrañables objetos, ahora, imposibles.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Algo más

Un día cualquiera, normal, como todos, puede dejar de serlo de inmediato. Un accidente, un encuentro, una novedad, un giro insólito que ataca directamente la rutina, agitándola y despertándonos. Que el suceso sea bueno o malo es independiente, con que sea inesperado ya cumple.
A partir de él, se crearán nuevos movimientos, desajustándolo todo; horarios, ideas, sentimientos, acciones, pensamientos. Nada quedará indiferente, hasta que de nuevo, la normalidad lo suaviece, limando los cantos de lo extraordinario hasta que se domestique, sea manejable.
Lo bueno está en que no se necesite de un acontecimiento, feliz o no, que venga recordarnos lo que tenemos, que esa rutina no llegue nunca a ser una losa, que las horas no se repitan, que las pequeñas cosas se encarguen de diferenciarlas, recuperando esa capacidad infantil, incansable, de sorprenderse siempre con lo mismo, porque un niño jamás ve nada igual. Saben que cada piedra del camino cuenta una historia y que si las sabes escuchar, nunca es la misma.
Es convocar conscientemente el asombro, el descubrimiento y la añoranza que teníamos, o tenemos, cuando las circunstancias nos eran, o nos son, novedosas. Intentar ver lo viejo como nuevo. Las personas sentenciadas por una enfermedad mortal e inminente, apuntan que aquello que despreciaban por habitual ahora lo encuentran de lo más excepcional, ven lo que habían dejado de mirar. La vida.
Uno se habitúa solo a respirar y quizá eso sea el problema.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Fragmento de Errantes.

Hoy, como siempre que descubro algo que no supe distinguir ayer, me he asombrado ante el hecho inquietante de que me sigue una figura negra; es alarmantemente familiar y nunca igual, se alarga o acorta, va delante de mí, detrás, a los lados y todos esos ángulos a la vez. Nace de mis pies, me prolonga. No tarde mucho en darme cuenta de que la creaba yo. Intenté pisarla a ver si me dolía, pero no, y a ella tampoco pareció afectarle. Es muy escurridiza, cuando quieres cogerla no se deja. Te huye, es imposible atraparla. Lo intenté con otra, y así añadí a lo que sabía, que la mía no es la única, que todos y todo tienen una. Es entre divertido y frustrante jugar con ellas. Me pasé el día persiguiendo a las que vi, los demás me miraban y se sonreían, no sé si sabían exactamente lo que estaba haciendo.
 Rompí a llorar cuando, al ponerse el sol, desaparecieron. Mis nuevas amigas ya no estaban, y no tenía ninguna garantía de que volvieran; igual solo estaban hoy, mis sentidos cambiaban mientras aprendían a mostrarme el mundo. Mamá me cogió en brazos y trató de calmarme pero era inconsolable. Me entró dentro, encendió una luz y me callé en seco: ahí estaban de nuevo, mi sombra confundida con la de mi madre. Las manos se me iban tras ellas, y mamá sonriendo, comprendió.
Esa noche, le dio cuerda a la cajita de música, como siempre pero hizo algo que jamás había hecho antes: fue a por una sábana blanca y una vela; la encendió y la fijó delante de la tela, mi madre se puso entre ambas y con una habilidad mágica dominó, ante y para mí, lo que yo no había podido ni tocar: en ese cielo blanco vi pájaros volando, conejos que corrían, perros con las fauces abiertas; docenas de figuras surgían de la luz, para convertidas en sombras, fascinarme; se alargaban titubeantes cuando la vela derramaba más cera, oscilaban si el aire movía la llama, vivían más allá del reflejo que les daba forma. No podría decir cuándo dejé de verlas para soñarlas, los ojos se me cerraban sin quererlo.
A partir de esa noche, mi madre no dejó de interponerse entre la luz y la sábana, haciendo cada vez más complejas las sombras. Se pasaba tardes enteras recortando figuras que fijaba a unos palos largos, luego, mojándolas en luz, conjuraba a las tinieblas para que me contaran lo que ella no podía: yo oí en las luces y vi en la oscuridad domada, los cuentos que mamá había recortado esa tarde mientras renovaba la ilusión de niña ante la cercanía de la noche que los traería, y anticipaba la mía. Las sombras me trajeron sus palabras mudas y pude rescatar del silencio, burlándolo, lo que ellas me contaron y él me negaba.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Errantes ya se vende

ERRANTES, ya se puede comprar, si te interesa, en la Librería Viridiana, de Valencia. Debido a la crisis, que llega a todos, por ahora, será el único punto de venta en España. 
Si la queréis leer, podéis encontrarla ahí, y la mandan por correo si estáis lejos de Valencia.

El lunes pondré otro trocito de Errantes, para quien quiera asomarse a su universo.

Gracias por leerme.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Ternura y hambruna

Una de las cosas más terribles y tiernas de las que me he enterado hoy, como podía haberme enterado ayer o nunca, es un recurso de madre en tierras pobres, y de hambre, aunque más que de hambre, de hambruna.
El ingenio se agudiza cuando lo básico escasea, siempre. Los resultados pueden ser peligrosos, risibles, válidos, brillantes, pero éste en especial, me pareció de una ternura tristísima.
La madre pone a los pequeños sentaditos alrededor de un fuego, en el fuego coloca un puchero, lo llena con agua, y lo va removiendo con la cuchara de palo, rato y rato y rato, y les cuenta lo buena que va a ser esa sopa, y les enumera lo que echará en ella, y sigue moviendo la cuchara y los niños hambrientos siguen sus evoluciones, calentitos por el fuego, arrullados por la voz de la madre, dulce, envolvente, hipnótica... hasta que se duermen, y ya en los sueños, ella quita la olla y al despertar los niños están contentos porque soñaron que habían comido.


Sí, es un truco tierno, terrible, emocionante...


lunes, 11 de noviembre de 2013

Historias

Lo que nos une, desde el primer fuego hasta ahora, es escuchar historias, unos las cuentan, los demás escuchan y las vuelven a narrar.
Siempre nos han atraído: es la base de cualquier arte; todos cuentan, todos son historias de luz, color, palabras, melodías.
Nos movemos entre narraciones, las de la calle, los amigos, los libros, el cine, las nuestras que inventamos... no sabemos vivir sin ellas. Nadie ha pasado jamás ni un solo día sin un relato, nunca. La mente humana necesita de ellas, las emociones, los pensamientos, los sueños, los actos, todos son reflejos de esas historias, las que nos van configurando y dando pautas. Ellas nos crían, nos sostienen y nos acompañan. La red social está tejida de ellas. Nos encanta que nos sorprendan. Y aquí va un ejemplo.
Un día, dos padres, uno rico y otro pobre, llevaron a la cima de la montaña a sus hijos aún pequeños: el primero situándole donde pudiera ver bien, le dijo contento: Mira, un día de estos todo esto será tuyo.
El segundo, subió al hijo y asegurándose que viera bien, dijo feliz: Mira.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Liebster Award

Mi blog Universo Introito recibe el premio Liebster Award.Yo nomino a otros q también lo merecen.Quieres saber cuáles?http://t.co/eiUAoU895a
 
 
Con esto quiero,  primero, dar la ENHORABUENA, a mi amiga y escritora Reyes García- Doncel, no solo por el premio a su blog, sino por su escritura en general.  Y segundo, agradecerele, sinceramente, que haya nominado mis Fragmentos para el premio Liebster Award.
Somos muchos los que escribimos por la red, y esto es una gran empuje para que nos leáis.
 Gracias a vosotros, los lectores.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Para leer Errantes

Quien quiera leer Errantes, que se ponga en contacto conmigo, independientemente de donde viva; las palabras llegan a todo el mundo.

Por mensaje privado en facebook por ejemplo, quien no tenga mi mail.


miércoles, 6 de noviembre de 2013

Sueños

A veces, he hablado de los sueños como anhelos, ilusiones, esperanzas, pero hoy quisiera referirme a ellos como lo que vemos y sentimos mientras nuestra mente duerme.
Dejando a un lado a Freud y su interpretación de los sueños -que eso sólo daría para mil fragmentos-, sin meterme en las especulaciones científicas de si son impulsos eléctricos o asimilaciones necesarias para que el cerebro se desconecte y no estalle, sin ni siquiera nombrar que hasta los animales sueñan, o meterme en la polémica de en si son o no adaptativos, obviando el tema de sus fases; ondas alfa, beta, theta y REM, y sin extenderme en sus causas. Sólo hablar de ellos.
Hay personas que no los recuerdan, otros que sueñan sólo en blanco y negro, otros en color, los hay tan vívidos que a veces, te paras a recordar algo soñado y lo mezclas con recuerdos reales. Esas experiencias nocturnas, esa doble vida íntima y reconocible en otros.
Por ejemplo, la sensación de volar, o la de no poder escapar o correr, la de visitar lugares conocidos en los sueños de antes, como visitar una casa en la que ya estuviste en uno anterior, o reconocer a personas amigas de otras noches. Un universo con dimensiones acotadas y reconocibles. Un paseo por mundos familiares.
Una de las cosas que más me encantan de los sueños, es lo bien que te manejas en ellos -si no es una pesadilla, vamos-, me explico; ante una situación que durante la vigilia sería imposible de superar, en este terreno onírico, todo se puede. Si te preguntan algo que no sabes, dices cualquier cosa, sabiendo que no es la correcta, pero con la plena seguridad de que va a colar. Si has de hacer algo que no tienes ni idea, no te amilanas, lo haces, independientemente de que quede bien o mal. Puedes volar si te van a coger, cerrar los ojos y que no te vean, desaparecer o aparecer a placer..., eres libre y las férreas normas físicas del mundo real, aquí no rigen.
Qué liberación saber que estás soñando, que eres invulnerable, omnipotente y omnisciente; tu propio dios, tu mismo adorador.
¿Será por eso que son necesarios los sueños?

lunes, 4 de noviembre de 2013

Espacios

De un espacio a otro no hay tanto.
Aunque en el traslado te llevas contigo, sólo cambia el escenario. Eres más tú, quizá, fuera de tu propio ámbito. Has de moverte en un entorno diferente al acostumbrado, te pones a prueba. Es todo un reto.

Otro tiempo, otro momento, diferentes calles, idiomas, gentes. Visitar en horas, lo que antes constaba días, meses. Ir alegremente a lo que antes se enfrentaba con susto, y testamente hecho, es una de las ventajas de la técnica. Magia: ahora aquí, ahora allí.
Aún así, a ti no te dejas, sólo abandonas, por un tiempo, la rutina diaria, para al llegar, adornarla, mejorarla y soñar con el siguiente espacio, lejos de todo, menos de ti mismo.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Crear

Uno construye, otro viene y lo destruye. Y así van las cosas. A cualquier nivel. No es una queja, es una realidad. Lo que intentamos siempre, después de la destrucción es que no nos afecte demasiado, o ver por qué fue arrasado y empezar a crear de nuevo, lo roto o quizá otra cosa.
Desde la autoestima, hasta una ilusión, o un proyecto, un trabajo, un algo..., uno hace y otros deshacen. Y la primera vez que te enfrentas a eso, de niño, es cuando empiezas a entrar en el mundo del adulto. Dejas la ingenuidad, aprendes a defenderte, a entender que dejar, no es que te quiten las cosas, que a esperar de alguien algo, no es frustrarte porque no te lo den..., aprendes a que a pesar de que te destruyan, has de ser mucho más fuerte, y seguir creando.