lunes, 30 de septiembre de 2013

Renacer

¿Qué siente el fénix cuando arde?
Me pregunto si sabe que renacerá, o si por el contrario, se abandona, casi agradecido a las llamas porque ya hacía tiempo que estaba débil, apagado, apático, triste al comprobar sus plumas mustias, opacas. El final.
No sé si cada vez que ese incendio renovador le reduce a cenizas le duele, o lo espera con el ansia de la renovación.
Qué animal más extraordinario, renacer de sus cenizas, resurgir de su propia decadencia, levantar el vuelo aún más fuerte que antes de morir abrasado por un fuego que no quema, renueva.
Pero... ¿y si no lo sabe? Qué espantoso tiene que ser sentirse arder, no entender ni de donde salió el fuego, ni por qué le envuelve. Impotente protagonista de un proceso ancestral que le reducirá a un polvillo gris. A nada. Pero no para él.
Cómo será cuando cada una de esas partículas se busquen de nuevo, para unirse, recuperando la energía, la forma, la belleza imperfecta de la vida.
Desde lo inerte surgirá con más fuerza, más libre, porque ha vencido a la muerte.
Bella metáfora, bonito consuelo. O terrible maldición: depende de saber si el fuego te consumirá o te liberará.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Tao

Según el Tao, el libro del Camino, la no acción es la más positiva; el hecho de saber esperar, no afanarse, da mejores resultados que ir a todas partes sin más.
"Cuando nada se hace, nada queda por hacer", también dice; "La verdadera sabiduría se alcanza, dejando que las cosas sigan su curso. Nada se logra interfiriendo".
Visto con los ojos de Occidente suena extraño, rozando incluso el desacato, codeándose con la pereza y el desánimo. Pero visto con los ojos rasgados de Oriente, no. Para nada es una incitación a la inactividad, a no ser dueños de nuestros destinos, a dejarnos en manos de quien sabe quien. No. Es más bien la serena certeza de que hay que saber que la realidad se nos escapa de las manos, la humildad milenaria de entender que el afán humano no depende sólo de nosotros, sino de todos, como fichas de dominó que se colocan una detrás de otra y que al tirar la última, por arrastre, hace que caiga la primera, que además, no sabe por qué cayó: No hizo nada. Sólo estaba allí. Como todos nosotros, que estamos donde estamos y hacemos lo que hemos de hacer, con todas nuestras fuerzas.
Pero hay un punto en el que hay que saber esperar, porque ya no depende de nosotros, sino del resto del juego. La no acción, en este caso, es aguardar serenamente, con sonrisa milenaria, a que las demás fichas caigan y nos vuelvan a situar para renovar fuerzas y seguir adelante con nosotros mismos.
Aquí, sin más poesías, se le llama suerte.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Dichos

Se dice que hay que tener cuidado con lo que se desea, porque puede llegar a cumplirse. De niña esa frase siempre me inquietó; si se anhela algo, es precisamente para que se cumpla, pensaba yo. Y ahora, entiendo algo mejor lo que quería decir semejante contrasentido.
Es verdad, a veces, que el sueño realizado, no es lo que se pensaba; la realidad siempre es bien diferente a lo ideal, en la imaginación, pocas veces, se ven los inconvenientes de lo largamente acariciado. Y los tiene.
Aún así, sigo prefiriendo soñar y luchar por alcanzarlo, que no tener nada por lo que pelear. La motivación que da ese intento, la culminación de ese deseo es tan grande, tan arrolladora, que vale la pena arriesgarse a que su final no sea, en absoluto, el que se pensó tantas veces, de tantas maneras diferentes. La realidad ya se encarga de ir moldeando la idea pura, adecuándola a la vida real, y si sigue en pie, hay que ir a por ella.
Es verdad que cuando llega lo tantas veces acariciado, no es cómo se pensó ni viene en el momento correcto. Las circunstancias no son favorables, o los pasos ya van en otra dirección, o simplemente, ya es tarde para que lo podamos disfrutar como lo hubiéramos hecho cuando se comenzó a caminar en su búsqueda. Pero peor habría sido ni haber dado el primer paso.
A pesar de arriesgarse a encontrarse con ese sueño donde nunca se imaginó que podría estar, es bueno toparse, aunque sea de bruces, con él.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Deslunados

De chica me encantaban los deslunados, las terrazas, los garajes, esas partes de las viviendas a las que no se hacen caso, desvanes incluidos.
Recuerdo, cuando iba a visitar a mi abuela, su deslunado; era donde se tendía, y claro, caían cosas inevitablemente: pinzas, prendas de ropa, era lo normal pero había de todo; cacharros, escobas, juguetes..., y lo que más me gustaba era intentar pescarlos. 
Tras besar a mi abuela, intentaba que me dejara jugar en su desván sin conseguirlo, así que cuando los mayores empezaban a hablar, me despistaba e iba corriendo a pescar: recuperaba el hilo con pinza que siempre tenía guardado detrás de las macetas y procuraba coger lo que fuese que ese gancho precario agarrase.
Era divertidísimo, y encima estaban los gatos que creyendo que les daba comida atacaban la pesca, logrando muchas veces quedarse con la camiseta atrapada y mi decepción por no izarla tras haber estado tanto tiempo intentándolo. Valía la pena el esfuerzo cuando a pesar de los gatos y del equilibrio, subía la presa: un trozo de tela, un calcetín o una pelota desinflada. Qué tesoros. 
Por supuesto, el fruto de la pesca iba directamente a la basura cuando mi abuela me encontraba. "Pero qué le encontrará de bueno esta criatura a recoger estas porquerías": y es que los niños y los adultos no ven lo mismo cuando miran.

Aún me siguen gustando los deslunados, las terrazas, los garajes, los trasteros y los desvanes. Y si puedo intento recuperar lo que se ha dejado caer en ellos.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Otoño

Los colores del otoño, el ambiente más fresco, el olor de los ríos, de la tierra mojada, la lluvia. Es una estación mágica. Invita a largos paseos, a observar los cambios, a pensar, proyectar planes, realizar ideas, sin el revuelo que conlleva la primavera, ni el calor del verano, lejos de las nieves del invierno. 
Se respira color, cambio, melancolía, que no es mala. Solo que no se sabe apreciar. Esa tristeza poética que suele arrastrarse entre las hojas ocres es parte del otoño, y parte de las emociones más hermosas que tenemos porque nos hace abrir más los ojos a lo que nos rodea y sobre todo, a lo que llevamos dentro.
Esta estación donde se desnudan los árboles, se humedece la tierra y rebrotan las emociones es realmente hermosa.
Falta poco.

martes, 17 de septiembre de 2013

Deseos

La vida es un tanto inhóspita, nunca acaba de encajar con las aspiraciones, deseos, o simplemente un ir viviendo sin angustias. Ella se mueve por un lado, nosotros por otro. 
Los humanos además, hemos aprendido a vivirla fuera del momento, nos es posible anticiparla, atrasarla, retenerla, darle vueltas. Y eso es bueno y es malo, porque si lo usamos para liarnos, nos hundimos más de lo que el día a día lograría.
El haber aprendido a vivir fuera del tiempo nos ha abierto una puerta que es maravillosa si nos conduce al mundo de los sueños o terrible si es al de las frustraciones continuas.
Quizá el mejor modo de vivir sea ir viviendo sabiendo que una cosa es lo que sucede y otra la que, a base de intentos, caídas y subidas, nos deseamos.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Fechas claves

Mucha gente se me sorprende cuando contesto a la pregunta hecha por ellos mismos de si me gusta la Navidad o de con quién me reuno a comer o cenar ese día, o días, porque digo que en realidad, me da igual que sea o no Navidad, que yo vivo el tiempo a mi modo, siempre caótico, y en absoluto tiene que ver con el calendario, que no me siento a la mesa con nadie de mi familia, que suelo irme de viaje aprovechando los días libres, que no los voy a perder en compromisos a los que de niña no pude eludir, y que ahora, gracias a esto de crecer, sí puedo. Decido dónde, con quién y cuándo estar, comer y viajar.
Sí, algunos me miran con espanto, otros con pena, muchos con escepticismo. Pero pocos me comprenden.
Los días, las fechas deberían ser más íntimas, no tan todos-a-una. Yo celebro lo que quiero cuando quiero, ni la salida del año me interesa, ni comer con quienes no ves más que ese día ni sentir ese supuesto espíritu solidario justo, y solo, en estos días.
Nadie debería hacer nada por mandato del calendario, sino solo cuando verdaderamente se sienta. Huyo de las fechas impuestas, embutidas con calzador.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Elección

Dentro de la creación, innerente a ella quizá, cohabita normalmente una tendencia oscura que no se da tanto en otros parámetros.
Hay como una necesidad tirana que arrastra hacia la disciplina adecuada. El artista no es que sea diferente al no artista, teniendo en cuenta que todos tenemos en nuestras personalidades los mismos ingredientes, solo varían las cantidades, digo que el artista posee en su centro una necesidad vital de crear y que si no se canaliza, se malogra, se convierte en algo oscuro y no en la obra de arte a la que estaba destinada.
Por ejemplo, las mentiras. Los escritores han de fabular, inventar, crear con la realidad, es algo más fuerte que ellos mismos. Está ahí el mundo para ser reeinventado, y si no se lleva al papel, se lleva a la mentira, y desde ahí a sentirse culpables, estafadores, o simples infelices, en vez de cogerlas, moldearlas y crear.
Con las demás disciplinas sucede lo mismo: un niño que no para quieto, quizá sea bailarín; una persona que busca y rebusca el equilibrio, sería un buen intérprete; un exagerado, un actor... cientos de ejemplos.
El lado oscuro tiene también su lado luminoso. Solo hay que elegir.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Nuevo libro

En pocas semanas sale mi cuarto libro. Errantes.
Siempre da ilusión y respeto saber que lo que se ha escrito se va, se mueve para otros, ya no es de uno. 
Espero que os guste.
Antes de que salga pondré aquí un Fragmento del libro.
Palabras escritas que ahora dejan de ser mías para ser vuestras.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Ratitos

Qué pocas veces se puede retener el momento, qué poca gente puede llenar un espacio y convertirlo en eterno sin límites, vínculos más allá de los vínculos, vidas compartidas en la distancia, sin tiempo ni fin.
Qué difícil sentirse uno mismo con alguien a quien no vives a diario pero sí está cada día, desde más allá del comienzo, dentro, al lado, presente en la ausencia. Esas amistades que nos han configurado y regalado parte de lo que somos y seremos. Y que a veces, pocas, puedes compartir con ellas mismas, bajo un trocito de realidad. Son recuerdos vivos que ayudan a que la grisura de los días se iluminen durante unos instantes eternos, ayudando a sobrellevar el tedio del día a día, de la espera, de los sueños, de la realidad que siempre viene a poner las cosas en su sitio, pero que también, en ocasiones, nos permite experimentar esos momentos reales como pocos aunque imposibles.
Hay personas que son parte de nosotros sin ser parte de lo cotidiano. Y no por eso son menos importantes en nuestro andar diario. Quizá lo sean más.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Sobrevaloraciones

Se dice que en el hundimiento del Titanic, entre el caos; la búsqueda frenética de unos con otros, mantener el orden riguroso y privilegiado de las personas destinadas a intentar salvarse en esos botes salvavidas insuficientes, no por falta de dinero sino por exceso de orgullo en el diseño de un barco que se creó para no naufragar, se dice que los músicos nunca dejaron de tocar y los camareros jamás dejaron de servir los canapés en bandejas acercándose a las personas con su amable frase, tranquilizadora por lo cotidiano y nada extraordinario, de "¿quiere uno?".
Supongo que eso solo ocurrió, como la salvación, en la cubierta de los de primera clase, donde un cuarteto de cuerda y emparedados de pepino y crema de salmón eran la oferta. Abajo, con las puertas bloqueadas, los de segunda y tercera, no serían amenizados ni con cuerdas ni con delicatessen alguna.
Tampoco sobrevivieron muchos de esa zona para contar la crónica de ese accidente increíble, posible tan solo por la conjunción de varios elementos: la Naturaleza, que siempre esconde lo más terrible bajo la superficie; la falta de pericia y confianza del capitán y la soberbia humana que sobrevaloró su capacidad.
Una tragedia que repetimos a diario.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Poema; Momentos



Momentos hay en los que el sol no luce,
instantes en los que la luna dispone;
mientras luchamos
soñando que somos. 
Buscando lo incomprensible
anhelando lo imposible.

Encrucijadas hay en algún punto del camino
que nos desvían del resto.
Sendas engañosas, rutas que se zanjan.
Palabras mermadas, retumbos distorsionados,
sonidos que enmudecen, colores desteñidos.
Rememorando lo realizado
ansiando lo por hacer.

Nadie hay al otro lado,
no hay sueños que compartir.
Aislados en una sima oscura,
ensueño de luz, rechazo de las tinieblas.
Pugnando con las sombras
Intuyendo la claridad.

Sendas hay posibles,
andarlas las exhuma.
Olores, sabores, propósitos.
Esperanza. Presente. Pasado.
Olvidando lo vivido,
poniendo el alma en lo por vivir.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Tesoros intangibles

Se viven momentos intensos destinados a ser recuerdos, se sabe: hay instantes, incluso meses o años, que mientras se están experimentando se les reconoce, se les adivina que irán contigo siempre. Las imágenes se guardan desde el mismo segundo que suceden. 
Es como almacenar algo que te gusta en una caja sabiendo que lo volverás a encontrar ahí dentro cuando quieras verlo de nuevo.
Mientras lo vives, lo atesoras, para más tarde, sacarlo, acariciarlo despacio, recordando las sensaciones que se tuvieron y añadir las del presente al rememorar ese recuerdo ya vivido.
La experiencia acumulada, la que se queda entre la memoria y brilla, es lo mejor que nos dan los días.