miércoles, 26 de diciembre de 2018

Tiempo

El tiempo pasa. Nos pasa. Nos atraviesa y sigue.
Lo importante se queda con él.
Lo banal se borrará.
Nosotros nos borraremos, lo que hicimos, puede que no. 
Al menos, durará un tiempo más del que nos atravesó. 
Tiempo es lo único que tenemos y dejamos de tener.

miércoles, 19 de diciembre de 2018

Soñar

Detrás de una puerta hay otra que abres y que da a un pasillo largo y eterno que comienzas a recorrer, las piernas se cansan pero la mente insiste y no las deja flaquear, las distrae pensando en cualquier cosa, y cuando menos te lo esperas, cuando ya iban solas, llegas al final de ese interminable corredor donde quizá hayan transcurrido años, siglos mientras lo recorrías. Te encuentras con que hay otra puerta. La intentas abrir pero no cede. Estás un rato maniobrando el pomo y hasta la golpeas con el cuerpo, pruebas con los insultos, pero no hay caso: no se abre. Miras a tu alrededor pero solo están las paredes que crean el pasillo por donde viniste. Se te pasa por la mente regresar. Los pies aún duelen, la mente rechaza la idea. Te sientas, después de haber intentado de nuevo abrir la puerta que impide que avances. Puede que hasta caigas en un duermevela que te sumerja en la sensación lejana de que habías abierto una puerta que conducía a otra y que esta daba a un pasillo kilométrico que terminaba a su vez en una puerta cerrada donde te acurrucabas a soñar.

miércoles, 12 de diciembre de 2018

Menos de ti

De un espacio a otro no hay tanto.
Aunque en el traslado te llevas contigo, sólo cambia el escenario. Eres más tú, quizá, fuera de tu propio ámbito. Has de moverte en un entorno diferente al acostumbrado, te pones a prueba. Es todo un reto.
Otro tiempo, otro momento, diferentes calles, idiomas, gentes. Visitar en horas, lo que antes constaba días, meses. Ir alegremente a lo que antes se enfrentaba con susto, y testamente hecho, es una de las ventajas de la técnica. Magia: ahora aquí, ahora allí.
Aún así, a ti no te dejas, sólo abandonas, por un tiempo, la rutina diaria, para al llegar, adornarla, mejorarla y soñar con el siguiente espacio, lejos de todo, menos de ti mismo.

miércoles, 5 de diciembre de 2018

De todo

Siempre se sabe, porque se sabe aunque uno quiera olvidar, que la vida no es algo seguro, ni estable, ni complaciente, que se gasta unas bromas crueles, que, a veces, disimula regalándote algo, como para mantenerte a raya, contento, azuzando la esperanza como si fuese amable y te mimara. Hasta que muestra su verdadera cara y viene a quitarte lo dado, añadiendo algún que otro daño colateral para crear mayor impacto en su demostración de aquí quien manda soy yo.
Y cuando se manifiesta de nuevo, tras la recuperación, o no, del  golpe anterior, uno ya sabe que ha de afrontar, cómo hacerlo, y sin demasiadas quejas, escabullirse en lo posible a ese mundo que, con suerte, ha aprendido a crear paralelo a la realidad que llamamos vida. 
Y a esperar. Todo pasa. De todo se puede hacer un universo.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Historia de historias

La Historia está escrita con las grandes vidas y hechos de grandes personas y acciones, pero no solo con eso, también entran, y sin ellas no existiría, esas historias mínimas repletas de la vida diaria de todos nosotros, los que hacemos hueco a los grandes que traen los cambios. 
Esas historias de cada día, brillantes en su cotidianidad, son el entramado real de la Humanidad. 
No hace falta irse a encontrarlas en los libros, se ven a cada paso, a cada momento, en cada esquina: ese mendigo que monta una especie de mercadillo hecho con trozos de lata en forma de bicicletas o ceniceros, con libros desechados, juguetes rescatados a la basura, con la dignidad intacta porque vende, no pide. Los que no han tenido tanta suerte con la inteligencia y se pasean por las calles luciendo su manía, como uno que se disfraza cada vez de algo diferente, ya sea mariachi, médico o ejecutivo. pero muy bien arreglado, tanto que su hermana se queja de lo que les cuesta los trajes, la ruina. Esas mujeres que antes de comprar para la familia comentan a su modo doméstico de entender la política lo que sucede. Los ancianos que miran pasar desde los bancos a los jóvenes que no saben si van o vienen.
Las historias que somos.
La Historia que hacemos.

martes, 20 de noviembre de 2018

Invencibles

Unos días uno se siente invencible, otros vencido.
No se tiene muy claro por qué unos sí y otros no, pero pasa, varía el cómo vemos y sentimos las cosas, las pequeñas y las grandes. 
El enfoque se desenfoca, o enfoca tan bien, que duele de lo nítido. 
Es cómo las miramos lo que cambia, es evidente, ellas siguen igual, indiferentes a nuestra mirada. 
Aun así, sabiéndolo, comprendiendo que somos nosotros quienes ponemos voz a nuestras emociones, las dejamos mudas muchas veces.
Puedo que eso haga de nosotros unos invencibles vencidos. 
O unos vencidos invencibles, depende del día.

martes, 13 de noviembre de 2018

Dar miel a los cerdos

Dar de comer miel a los cerdos, siempre ha sido una expresión que me ha llamado la atención, incluso la veía divertida. Hasta que la entiendes realmente. Entonces, no solo deja de hacerte gracia, sino que angustia.
Ese dar algo precioso para uno y ver cómo lo desprecian con una indiferencia olímpica, cansa. Aunque hasta llegar a ese cansancio hay que pasar por varias etapas. 
La primera es de estupor, crees que no comprenden bien el sabor, la textura, con lo que insistes en el tema.
La segunda, con mucha miel ya desperdiciada, te sitúas y comienzas a plantearte que, simplemente, no les gusta, así que empiezas a cambiar alimentos, por si encuentras algo que les agrade.
La tercera etapa te acerca más a ese cansancio porque compruebas que hagas lo que hagas, da igual, el rechazo es el mismo.
Ya en ese estadio, repliegas velas y les dejas solos.
Ni miel ni zanahorias. Te vas.
Y es entonces cuando gruñen de lejos echando de menos lo que les dabas. 
Pero tú ya estás, efectivamente, lejos y fuera.

miércoles, 7 de noviembre de 2018

Hacer haciendo

Hacer y deshacer. 
Es fácil realizarlo todo en la mente, en un instante, en una tarde; qué alto se llega, qué bien sale, cuánto reconocimiento se obtiene. Lo que se idea es siempre ventajoso. 
Ahora hazlo.
Ni se hace en un instante, ni sale perfecto, ni te lo alaban, ni te lo reconocen, ni te gusta, ni es lo que pensaste. Pero es el único modo de hacer. Haciendo, ajustando realidad a proyecto ideal, independizándote del aplauso ajeno, ir en equilibrio entre tu expectativa y tu criterio. Hacer independientemente de que se vaya deshaciendo entre la realidad.
Es la meta, es el camino, es la conciliación del pensamiento, siempre rápido y perfecto, con la realización, siempre lenta, obtusa, coja y desagradecida. Pero si no es real, no es nada. Una idea flotando en la nada, es eso: nada.

martes, 30 de octubre de 2018

Pasan

Las cosas suelen suceder, tanto las buenas como las malas, a destiempo, nunca al gusto, jamás cómo se pensaron, simplemente pasan.
El equilibrio entre lo que se pensó y lo que acontece es lo que marca nuestros días, es donde está nuestro control: en el caos que viene a ser esto de estar vivos. Y no es fácil. 
Vamos cambiando el ritmo de nuestro propio cambio al enfrentar lo que nos va pasando.
Somos lo que surge de esa lucha.

martes, 23 de octubre de 2018

Humor

Cada vez falta más el sentido del humor, el saber reírse de uno mismo, el que ayuda a no tomar demasiado en serio la vida.
Todo son grandes problemas, grandes blancos y negros, o conmigo o contra mí. 
Hay falta absoluta de perspectiva, de verlas venir, todo son ofensas de las que antes acaban en duelo al amanecer.
Si se toma en serio lo que sucede, hasta el punto de olvidarse de lo que ha pasado por verlo como ofensa personal, ya sea por el destino o por los demás, jamás solucionaremos nada, ni aprenderemos a dar un rodeo para conseguir lo que deseamos; nos atascamos en nosotros mismos sin ver más allá.
Sin sentido del humor que abra miras es más complicado salir indemne de los días.

miércoles, 17 de octubre de 2018

Nada

Nada es real.
Es cómo lo vemos.
Nada existe
sin que lo hagamos existir.
Y siendo lo mismo, 
a veces, nos gusta,
otras, lo odiamos:
solo cambia cómo lo vemos,
si llegamos a verlo.
Nada es, pues, real.

martes, 9 de octubre de 2018

Dudoso privilegio

Ser uno mismo está mal visto, siempre lo ha estado. 
Solo si se trasciende, una vez muerto, o encumbrado por los medios, se admira esa originalidad, esa valentía por haber seguido las pautas propias.
Un reconocimiento que siempre llega tarde, los ánimos se necesitan en la duda, en la incertidumbre.
Hay iconos, porque ya no son personas, que por lo que sea, se inmortalizan, se adoran, se tratan como ejemplos. 
Un modo de asimilar esa vida a contracorriente a la normalización cómoda de todos.
Un privilegio dudoso del que, puede, los adorados renegaran si pudieran.

martes, 2 de octubre de 2018

Tiempo

El tiempo es lo que se nos escapa,
el que teje sin destejer,
el que aúlla en silencio
y jamás vuelve atrás.

El tiempo no se mide,
nos mide.


El tiempo es lo único que tenemos
y desaprovechamos.
Llega tarde y pronto, 
jamás como queremos.
Se va antes de llegar,
se marcha sin quererlo.


El tiempo nos manda:
no hemos aprendido a vivirlo.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Prisión

Siempre he pensado que el tiempo es una cárcel y que los primeros barrotes se colocan cuando empiezas a aprender a medirlo.
De niños da igual hoy que ayer que mañana, y más aún el mes pasado o el año que viene; se vive al instante, con todo lo de hermoso y terrible que tiene, ya que se vive de manera absoluta, es lo que hay aquí y ahora; aún no hay recuerdos o si existen son difusos y vagos.
Con el lenguaje comienza a forjarse la jaula, pero todavía queda el concepto tiempo, la experiencia de anticipar, de recuperar, de soñar.
Pero llega y con ella, se cierra la puerta. Ya está, estamos dentro del paso inexorable del segundo a segundo, sin poder saltarnos ni uno, quizá, el sueño, la necesidad de que esas gotas de tiempo se aceleren, sea una liberación vital del goteo diario, un descanso de la rutina carcelaria temporal.
Pero dentro de esa prisión, la que nos separa de lo deseado con lo real, estamos libres para movernos, para romper rutinas si es necesario, o para crearlas, para vivir en el tiempo, acortando el espacio que media entre nuestros sueños y sus metas.

lunes, 24 de septiembre de 2018

Reseña: Ulises con alma ajena


ULISES CON ALMA AJENA




Esta novela de la autora sevillana Reyes García- Doncel nos mete, como suele hacer la escritora, dentro de la realidad, es decir, como todos sus libros anteriores, atrapa un fragmento de la vida real, lo disecciona y lo convierte en palabras. No es algo fácil, pero leyéndola no lo parece.
En este caso, la realidad a la que se asoma, es la inmigración, pero no a la que podría parecer más dramática a simple vista, venida de guerras o hambrunas, siendo familias enteras o miembros de estas que van a probar suerte las que se van, sino de la gente joven; los que en sus países no ven futuro, los que intentan buscarlo fuera, lejos de todo lo que conocen. 
Cierto que al ser tan jóvenes se puede pensar que no les ha dado tiempo a echar raíces, pero como vemos en Ulises con alma ajena, los problemas son igual de profundos, la nostalgia duele igual y el desarraigo pesa lo mismo; esa juventud les ayuda por un lado y les lastra por otro: les ayuda a lanzarse, con algo de inconsciencia, hacia lo desconocido, pero al irse tan tiernos, las dificultades les pueden marcar o romper con más facilidad.
Esta es la premisa que nos muestra: los jóvenes que han de irse porque no ven para qué quedarse.
La crisis económica marca esa huida hacia adelante, ese viaje incierto donde tampoco tienen muy claro si encontrarán lo que buscan, porque ni saben qué es.
Ulises con alma ajena es el viaje de su protagonista, Candela, hacia tierras escocesas para ver si ahí puede desarrollarse como persona, como profesional, o simplemente, si hay algo para ella.
La novela está escrita íntegramente como si fuese un diario, el de ella, y a través de las entradas que va haciendo, asistimos junto con ella a todo su periplo, desde los preparativos hasta ese final donde, más que terminar la novela, ese diario, empieza de verdad su vida, su ilusión de ser, su regreso a Ítaca ya completa: sabe qué quiere y quién es.
A lo largo de esas entradas del diario -una técnica difícil porque solo se escuchará su voz y aún así, la autora sabe mostrar a los demás personajes que se irá encontrando en su búsqueda-, vamos viendo las distintas etapas de ese viaje, sin ahorrarnos nada: la soledad; la ilusión truncada tantas veces; lo precario; las amistades nuevas; la nostalgia de las viejas; la nueva ciudad, Edimburgo, que la acoge, y en el proceso, cobra vida; la familia y cómo relacionarse con ella en la distancia; la reflexión de quién fue y en quién se está convirtiendo..., un viaje con sirenas, cíclopes, tormentas, guerras, traiciones: una Ulises moderna con los mismos riegos, aunque con distinta forma.
El final es esperanzador, esa llegada a su Ítaca, ese saber quién es, apoyada siempre por la gente que la quiera y la espera, aunque no tejan y destejan, da sentido a la premisa en este caso, aunque también tiene un momento para hablar de todos los Ulises, los que encuentran lo que buscan y los que no, los que regresan y los que se quedan, ella quiere testimoniar ese porqué han tenido que emprender ese viaje desde el alma. 
Y lo hace.


Título: Ulises con alma ajena
Autora: Reyes García- Doncel
Editorial: Triskel Ediciones
Número de páginas: 354



martes, 18 de septiembre de 2018

Modas antiguas

Leyendo cómo estaban las cosas hace tiempo, se constata que lo que sucede ahora no es nuevo, para nada.
Las crisis son cíclicas, las variables históricas dan, quizá, el tono diferente, aunque siempre el mismo, y las gentes nos movemos exactamente igual: están los que se dejan mover, los que protestan porque les guían, los que no hacen nada porque se inhiben, los que sí lo hacen pero a su modo, los que ayudan a que se agrande el problema, los que lo ven venir de lejos y se quedan para testimoniar o se van porque no creen poder con ello.
Ahora veo gente iluminada que se lo traga todo, o se sorprende con cosas básicas, o sigue premisas de lo más facilonas o simplemente se tira a la calle porque no tiene nada mejor que hacer y se siente parte de un algo, pero pocos miran más allá del bombardeo informativo, desde un lado y desde el otro. Pocos analizan, razonan y buscan un sentido último, útil y razonable.
Saldremos de esta, como salimos de las demás, pero eso sí: esta historia aún no está escrita, la marcaremos nosotros.

martes, 11 de septiembre de 2018

Diseños

Unos días donde la rutina ha cambiado, donde los paseos han sido otros, luces, gentes, estímulos distintos, donde buenos amigos han compartido su tiempo, sus risas, sus palabras, sus juegos y días conmigo. Un caos ordenado, un orden caótico que ha modificado rutas, al estar donde no debería haber estado, se han entrecruzado momentos que no habrían sido posibles sin esos kilómetros de tinta, de caminos, de ideas.
Empieza un nuevo año pero solo para el calendario, los años los comenzamos cada día, cada hora, cada segundo. Este lo cierro con folios blancos, cuartillas manchadas, una nueva pluma, varios libros esperando, muchos ya viajados. Un año que entrará sin grandes esperanzas pero con pequeñas ilusiones.
Son días retales; los restos que quedan de lo que se esperó, esperando que el nuevo tejido tengo un diseño más luminoso.

miércoles, 5 de septiembre de 2018

Tiempos

Los años pasan, se escurren; lo vivido nunca es lo que se deseó; se mira atrás con cierto recelo, añorando lo que se hubiese realizado mientras se barajan esos "si hubiera..", atascados en esa certeza de equivocación, aliviada al intuir que no todo se hizo mal.
El tiempo tiene eso, que no regresa, que amordaza cualquier nuevo intento de vivir lo mismo. Nos deja el recuerdo de lo que creemos que se hizo, porque ni siquiera es lo que fue.
El tiempo, esa cárcel que nos atrapa desde que aprehendemos que nos gobierna, y del que hay que procurar un modo de escapar: solo encontré la imaginación.

miércoles, 29 de agosto de 2018

Esperar

No actuar. Esperar.
A veces, hay que saber darle tiempo a las acciones emprendidas, dejar de ir de un lado para otro. Con ese ajetreo no se acelera nada, en todo caso, hasta se tiene la sensación de ir más lento.
Esperar, no amontonar acciones.
No es posible, muchas veces, cerrar lo empezado, terminar como uno quiere lo que quiere. Es complicado y difícil tener que sentarse y esperar. Esperar a lo que se hizo y se empujó desde la cima de la ladera, baje rodando solo, y que alguien, al otro lado, lo reciba, lo sepa entender y lo complete. Los proyectos, igual que nosotros, dependen de muchos factores.
No se puede hacer todo, ni ser todos, ni pretenderlo todo.
Aunque se quiera.
No se puede.
Actuar, esperar, desear, soñar. Vivir.

martes, 21 de agosto de 2018

Cada día

No hay nada seguro, lo que creemos tener no lo tenemos, lo que pensamos saber, no es tan cierto. La vida en sí misma es insegura. Nos agita y vapulea quitándonos y dándonos lo que ni imaginamos, todo es cambio: hemos de adaptarnos. Esa seguridad cómoda que como espejismo nos parece real, no lo es.
Nada bajo el sol lo es.
Los cambios continuos es la única variable inamovible. Lo que ahora es, no lo será un día cuando abramos los ojos y veamos que todo es distinto a lo soñado, planeado, vivido, y a pesar de eso, se ha de seguir, desde la incertidumbre de estar vivos.
Una puerta sin puerta que nos muestra, invariablemente, lo lejos que estamos de esa comodidad cotidiana que estalla en mil pedazos cada día. Unos más que otros.

martes, 14 de agosto de 2018

Menos de ti


De un espacio a otro no hay tanto.
Aunque en el traslado te llevas contigo, sólo cambia el escenario. Eres más tú, quizá, fuera de tu propio ámbito. Has de moverte en un entorno diferente al acostumbrado, te pones a prueba. Es todo un reto.
Otro tiempo, otro momento, diferentes calles, idiomas, gentes. Visitar en horas, lo que antes constaba días, meses. Ir alegremente a lo que antes se enfrentaba con susto, y testamento hecho, es una de las ventajas de la técnica. Magia: ahora aquí, ahora allí.
Aún así, a ti no te dejas, sólo abandonas, por un tiempo, la rutina diaria, para al llegar, adornarla, mejorarla y soñar con el siguiente espacio, lejos de todo, menos de ti mismo.

martes, 7 de agosto de 2018

El sentido

El sentido de la vida no tiene sentido si se lo buscas.
Creo que es cuando no se está pendiente de si se tiene o no sentido, de si se hace o no se hace lo que se supone hay que hacer, cuando algo comienza a cuajar.
El sentido puede estar en cualquier parte, nunca donde nos dicen, normalmente alejado de donde nos indican. 
Es versátil y no es universal, cada uno tiene uno: Lo que se desprecia por un lado puede ser lo que necesita otro.
El primer paso, quizá, para encontrarlo es aprender a saber que solo nos servirá a nosotros, a nadie más. 
El segundo, puede que esté en comprender que está muy sepultado bajo todos los otros sentidos, los de los demás, los que nos quieren imponer.
Una vez encontrado, mejor atarlo fuerte, y tener el sentido de saber que no tendrá sentido para nadie más.

martes, 31 de julio de 2018

Pie tras pie

Paso a paso, pie tras pie, mirando a lo lejos, fijándonos en lo cercano, a veces, girando para echar una última ojeada a lo que dejamos atrás, recorremos segundo a segundo lo que será inamovible.
Y solo una vez. 
Y solos. 
Que nadie venga a decirnos que es ahí o allá donde tenemos que pisar, porque nadie lo sabe, ni los que nos lo indican, ni nosotros. Solo andamos dependiendo de lo que vamos aprendiendo o acumulando, será nuestro error y nuestro acierto, ser o dejarnos llevar; andar o parar; quejarnos o no hacer demasiado caso, el justo, el necesario para no parar, porque aunque nos dejemos caer, los segundos siguen, aunque nos detengamos el tiempo no lo hace. La vida sigue sin nosotros. Y no debería ir sola, las expectativas del camino son a veces el mismo lastre, otras el motor. Qué difícil acompasar el ritmo de los sueños, realidades, desilusiones y esperanzas al paso de un camino hecho de tiempo. El nuestro.

martes, 24 de julio de 2018

Nueva reseña de En esa delgada línea de Reyes García- Doncel Hdez. Gracias


UNIVERSO INTROITO
Reyes García- Doncel Hernández


Eva Monzón Jerez
NPQ Editores
Un enfermo en estado de coma, como consecuencia del tiroteo de un asesinato múltiple, escribe mentalmente la novela de su vida. Además de las historias de los asesinados —cada víctima tiene la suya—, nos cuenta también la de aquellos que vienen de visita —ya sea a él o a otros enfermos —, la de sus familiares, la de los vecinos de su pueblo… siendo cada cual más original, curiosa o disparatada, en algunos casos raya el realismo mágico, y en otras no falta el humor negro, aunque: “Reírse, sin cuerpo que te acompañe, da tristeza”, nos dice el narrador.
La novela —o deberíamos decir el conjunto de relatos— es una declaración de amor al acto de narrar, siendo la curiosidad del protagonista la excusa para encontrar historias, ya que éste sigue a la gente por la calle para averiguar su vida, se cuela en notarías, entierros y funerales para oír los testamentos, suplanta personalidades, se hace amigo del cartero…, relatos en los que disfruta de su infancia y libertad de movimientos perdidos. Invariablemente vuelve al ahora, a su cama de hospital, donde vegeta entre tubos y respiradores, y desde donde investiga el autor del crimen que lo dejó postrado, por lo que podemos considerar que “En esa delgada línea” es también una novela de intriga detectivesca.
El enfermo percibe olores, colores, sonidos, tiene nostalgia de la cotidianidad y, desde ese observatorio “privilegiado”, se convierte en un estudioso de la especie humana. Los personajes toman vida, las historias son reales y a la vez inventadas: “En sueños, o a través del viento, o cuando menos lo espero, escucho de nuevo esa palabra susurrada” o, por lo menos, el lector es incapaz de distinguirlas, e incluso duda de que hayan pasado -como si desde su cárcel hubiera poseído los recuerdos de los demás-, se relatan unas dentro de otras en un magnífico ejercicio de cajas chinas, a veces en orden cronológico y a veces no —de hecho la edad del niño, joven o adulto en coma, no está bien definida, lo que casa a la perfección con ese ambiente onírico entre lo real y lo inventado, cuestión que al final de la trama se descubrirá su porqué—. La autora utiliza microrrelatos, leyendas, la misma historia contada por personajes distintos en forma de espejo, juegos de palabras, todo con una prosa clara donde no faltan pasajes poéticos, como la preciosa descripción de los cambios en el pueblo según la hora del día; y siembra la intriga, la duda sobre si el narrador e víctima o asesino, porque: “La verdad de toda muerte, por muy intrincada que parezca, está escrita en los actos de la víctima”.
Entre los relatos más sugerentes señalaré: Rosario la portera, cotilla por condición congénita: “Que gran inquisidora se perdió el mundo, es lo que le pasa a los genios cuando el destino, impertinente, los desubica”; Federico, el viajero sin moverse de su casa; Leopoldo, médico de muñecas y juguetes, incluso con horario de urgencias, lo que todos habríamos querido tener cerca cuando niños; Andrea, la hija del sepulturero, cuyos muñecos son los bebés muertos y recién embalsamados; Josete el peluquero que viene al hospital para asearlo y le cuenta las historias que ve en las casas, incluso las más truculentas, las que no quiere oír nadie; Sebastián, el enterrador, en su huerto junto al cementerio recolecta muy buenas hortalizas y limones, pero nadie se las compra; y Elena, la policía encargada de resolver el asesinato múltiple, aunque hay una Elena real, un poco torpe, y otra que él inventa, más lista y segura de sí misma.
También visitan al narrador muertos recientes, desorientados que no encuentran el camino de salida, y suicidas, lo que le permite a la autora reflexionar sobre la vida y la muerte, porque la narración nace de un ser que habita en esa delgada línea, que participa de ambos mundos: “Un segundo eterno en el que todavía estás vivo pero vas para muerto, en el que ya muerto aún sigues vivo: esa frontera donde los recuerdos se agolpan desesperados” Entre los muertos, con humor negro y socarrón, se mantienen las mismas rencillas y trifulcas que cuando estaban vivos, porque: “Ser fantasma no te libra de tu personalidad”, nos viene a decir la autora. Y de nuevo —como ya vimos en su novela anterior “El día a día”— Eva Monzón muestra una gran percepción del mundo de la infancia, de ese momento en el que el miedo, las decepciones y contradicciones de la existencia hacen que ya siempre “crezcas torcido”.
Interesante novela —a la que también me atrevo a calificar de divertida—, donde se reflexiona sobre si nuestra experiencia vital, lo que denominamos realidad, puede ser comprendida sin ser narrada; es más: se duda de si los hechos existen antes de ser narrados, porque: “Somos nuestras propias ficciones. Yo soy mi propia ficción”.

https://universointroito.wordpress.com/2018/07/24/en-esa-delgada-linea/

jueves, 19 de julio de 2018

Elecciones

¿Tenemos la posibilidad de vivir a la carta? Es decir, ¿podemos manipular la vida, acoplarla a nuestro gusto, mover las variables que queramos para estar cómodos en ella?
Las palabras ayudan, son la materia prima de los pensamientos, y éstos son los que nos enfocan los sucesos, tanto internos como externos.Somos un organismo vivo que ha de sobrevivir al entorno, depende de cómo lo asimilemos, actuaremos. La mente, cambiante, nos guía. Está comprobado.Las palabras moldean los pensamientos, dan nombre a las emociones, ayudan a construir nuestro universo, encarrilan los sucesos. También recogemos las de los otros, que mezclándose con las que tenemos, nos garantizan mejores pensamientos, emociones, universos.

miércoles, 11 de julio de 2018

Ser

Somos muchos los que intentamos dejar algo detrás de nosotros, una huella que perdure, un intento de que lo que llevamos dentro sirva para otros, que lo que pensamos se materialice en ideas móviles, compartidas, como si así, trocitos nuestros se esparcieran y completaran junto con otros, un trazo mayor; una manera de sentirnos útiles.
Lo que somos, es lo que hacemos, lo que pensamos podría convertirse en actos, por lo tanto en nosotros, y si pudiéramos lanzarnos al viento llegando a los cuatro puntos cardinales, sería como si cumpliéramos un poco con la necesidad que tenemos todos de trascender, de sentir que nuestra vida no es completamente irrelevante ni vacía.
Si somos porque hacemos, mejor hacer algo con lo que somos.

jueves, 5 de julio de 2018

Dos caras

Escuché de un pintor una frase que no creo que olvide nunca. Estaba explicando cómo dibujar; "¿ves ese árbol?, sus ramas, hojas..., si lo quisieras pintar tendrías que fijarte en ellas, esbozarlas. Eso es lo que nos enseñaron desde chicos: pinta lo que ves. Pues bien, se ha de ir más allá: se ha de pintar lo que no se ve también, sobre todo, lo que no se ve: el hueco que dejan las ramas, el cielo que permite ver la distancia entre las hojas. Se ha de aprender a ver lo que el objeto elegido libera, y a su vez, tapa".
Cierto. Se ha de aprender a vivir con lo que se tiene y con lo que se tuvo, con lo que se recuerda y con lo que se ha olvidado; la vida está hecha de tonos, de presencias y ausencias, de recuerdos y realidades inmediatas, de sueños y de logros. Pintar los días es saber ver lo que tienen y lo que justo por tenerlo, no tienen.
Las ausencias, el hueco de las presencias, también forman parte de la realidad, quizá son lo más real que hay.

lunes, 2 de julio de 2018

Entrevistada por Ginés -Gonzo magazine

Gracias por la entrevista y porque sigáis leyéndome.

Aquí la tenéis más los enlaces.


“EL DOLOR DE LA AUSENCIA ES LA PEOR SOLEDAD”

EVA MONZÓN
Entrevistamos esta semana a la psicóloga y escritora Eva Monzón. Nació en Santander, pasó su infancia en Palma de Mallorca y, actualmente, vive en València. Estudió música, idiomas, y psicología. Ha publicado relatos cortos y poesía en diversas revistas. Su novela Entreactos resultó ganadora del certamen de novela Alfonso el Magnánimo en castellano en 2006. Ha publicado, así mismo, Tiempo Muerto (Bartleby), Errantes (Paréntesis, y Sargantana) y El día a día (Sargantana). También ha escrito guiones, tanto de cortos como de largometrajes, y varias adaptaciones de ópera de cámara. En teatro, ganó el certamen de Crono Teatro con La pelea, en 2014. Le preguntamos en esta ocasión por su reciente novela En esa delgada línea(NPQ editores). GINES J. VERA
Quiero empezar preguntándole por la voz narrativa de En esa delgada línea. Y lo hago extrayendo una frase en la que el protagonista reflexiona acerca de que “no hay mejor oyente de lo que tenemos que decir que uno mismo”. ¿Qué opina?

Que es cierto, y a la vez, no lo es. Es decir, tras decirnos a nosotros mismos lo que queremos entender, o ignorar, nos sabe a poco; necesitamos más, queremos que los otros nos escuchen para dar a lo contando un voto de realidad.

En otro pasaje de la novela, el protagonista habla (a sí mismo) sobre la infancia. Dice que esta es la “zona donde somos quienes seremos”. Eso de que la infancia nos condiciona sobre lo que seremos de adultos suena… freudiano, ¿me equivoco?

Ja ja ja, Freud habla del subconsciente, de cómo nos ocultamos traumas, sucesos impactantes en él que luego repercuten en nosotros para mal. Cierto que en la infancia es donde más pueden darse choques así, pero no es parcela única para los golpes. Lo que sí es cierto, es que el niño aprende a ser adulto, y el adulto habría de aprender a recordar cómo fue de niño.

De soledad también se nutre esta historia, como descubrirán pronto los lectores de En esa delgada línea. Curiosamente, encuentro esta sugerente frase al hilo de ello para que nos la comentes: “No hay peor soledad que la que espera a quien no está”.

Es que realmente creo que la soledad más terrible es la que nace de la separación de quienes nos hicieron los días mejores. El dolor de la ausencia es la peor soledad.

Y junto a la soledad, se alían el recuerdo, la necesidad de recordar y, de alguna forma, de narrar, como leemos en cierto pasaje de la novela: “Narrar implica acercarse a la zona imprecisa de los recuerdos, recuperar lo olvidado”. ¿Nos lo comenta?

La memoria es selectiva, recordamos lo que queremos, y no siempre es lo mismo. A medida que crecemos, o cambiamos, o cambian nuestras circunstancias, solemos rememorar de modos diferentes.  De hecho, muchas veces, recordamos lo que nos hemos narrado de lo que fue, no lo que ocurrió de verdad,  porque incluso cuando lo estamos viviendo, no somos objetivos con lo que nos pasa, en absoluto. Imagina, encima, recordándolo. La memoria es un borrón que enfocamos a nuestro gusto dependiendo del momento.

No sé si se atreverá a tildar de intriga a En esa delgada línea. Lo comento por cierta frase que leemos del protagonista: “Cuando pienso en Elena, la narración se me amotina, alejándose de mi esquema, para jugar a ser novela de intriga”.

Esta novela es un juego de espejos, es y no es novela, es y no es la vida que se narra, es y no es una historia negra, son y no son vidas reales las que se cuentan. Toda ella está en esa delgada línea que separa dos extremos, cada relato, incluido el hilo principal, está en ese centro mismo donde se puede estar vivo o muerto, se puede odiar o amar, ser malo o bueno, inocente o culpable. Es el juego con el que está construido todo el libro.







miércoles, 27 de junio de 2018

Abusos

Existe una necesidad enfermiza de comunicar,  cada cinco minutos, con fotos, frases, afirmando o negando algo, cada cinco minutos. 
Como si se tuviese que constatar que se hace, piensa, opina, afirma o niega sin cesar, como si al no hacerlo, uno desapareciera en la nada.
Un nadar contracorriente perpetuo, indicando, sea interesante o no, lo que se vive a cada segundo.
Una gran red global nos acerca unos a otros, lo que es bueno. Lo malo, como todo, es el uso abusivo del recurso.
Cada vez es más difícil encontrar un espacio de paz, soledad real, sin exigencias, donde estar sin que le crean a uno desaparecido, muerto, o peor; fuera del sistema donde dejas de existir.

martes, 19 de junio de 2018

Universo solitario

Más de una vez los sentidos nos engañan.
No conozco a quien no haya creído ver o escuchar, figuras o voces que luego han resultado no estar.
Los más temerarios y fantasiosos disparan la imaginación y ven en eso fantasmas, avisos o augurios. Los más científicos y racionales, buscan teorías sobre la captación del cerebro de impulsos más allá de los conseguidos a través de los sentidos. Los imaginativos, idean historias, completan cuentos de miedo, algunos memorables. Y muchos más, lo comparten con los amigos cuando las conversaciones se vuelven más esotéricas.
Desde el déjà vu, hasta las figuras fantasmales, desde los sueños recurrentes hasta los avisos o premoniciones, el ser humano no quiere estar solo, no quiere creer en la soledad terrenal de las criaturas.
Los oráculos, los dioses, el mundo de los espíritus, los extraterrestres, los santos. Cualquier presencia, con o sin explicación, que nos dé la sensación de que todo tiene sentido, de que algo superior a nosotros tiene la clave. Un clavo ardiendo al que aferrarnos desde un sinsentido absurdo diario y unas vivencias inconexas a las que no podemos ni controlar ni dominar.
No nos gusta estar solos en este universo.
Es una soledad devastadora, inútil y espantosa.

viernes, 15 de junio de 2018

Reseña de En esa delgada línea. Estupenda, por cierto.

Magnífica reseña de Rosa María Vendrell sobre mi última novela. Os paso el enlace porque así no solo tendréis esa visión de mi novela tan certera, sino a ella.

Gracias.


https://roventa5.blogspot.com/2018/06/la-muerte-en-vida-y-la-vida-en-la.html

martes, 12 de junio de 2018

Pensar

Eso de usar la mente nunca ha estado bien visto. 
Pensar equivale a tener distintas opiniones, defender otras teorías aparte de las vigentes, cuestionar lo establecido, escuchar sin convencer ni convencerse, si no es convincente lo oído. 
Tener la mente activa molesta al resto. Es un hecho. 
Incomoda por muchos motivos, quizá el más obvio sea porque estorba, rompe lo homogéneo, crea resistencia a la corriente suave sin esa voz que destaque, o denuncie, o informe, o muestre lo erróneo de lo normalizado, que no lo normal.
Es de lo primero de lo que se deshacen los que quieren dominar: de los que piensan, analizan y saben. Y ocurre a cualquier nivel, en cualquier época o circunstancia. 
Es odioso topar contra una voluntad distinta, humillante sentirse expuesto; irrita chocar contra ideas distintas, y sobre todo, amarga saberse lejos de ser uno mismo, con lo que se arremete con quien sí lo es.

martes, 5 de junio de 2018

Arte

Es curioso que se diga que un artista llega a la cima de su creación cuando alcanza, por ejemplo: un pintor, un cuadro en blanco; un escritor, una frase mínima con la quintaesencia del todo; un músico, tres notas condensadas en ellas la música de las esferas.., es decir cuando lo que creas roza la Nada: la esencia del todo dicho con nada.
Puede ser, sí, a lo mejor la búsqueda de uno mismo, de la vida a través de la disciplina elegida, del porqué de las cosas, nos lleve de la ilusión de crear, a crear investigando y desplegando todas las etapas, para acabar donde se empezó: en nada. `
Quizá el recorrido valga la pena, porque ciertamente, no se vuelve al mismo punto, se ha dado la vuelta al mundo, al propio universo, y si se parte sin nada para regresar con nada, no se puede negar lo mucho que se vio de todo.

sábado, 2 de junio de 2018

Nueva crítica de En esa delgada línea


Ya me he terminado de leer tu novela y, como dijo la escritora que te la presentó menudo pedazo de novela… La verdad es que tuve que desacelerar mi ritmo de lectura para poder disfrutarla porque es tal el caudal de historias y personajes que para degustarlos has de tomártelo casi como una novela por entregas, poco a poco porque, al menos yo, corría el riesgo de no asimilarlos… Es tu “Cien años de soledad", realismo mágico incluido. Eso sí, con estructura de misterio, casi de whodonit y final sorpresa… sorpresa sobre todo porque al final te das cuenta de que, en el fondo, el libro es una gran metáfora del proceso del escritor,  de cómo la fabulación o el hecho de fabular mantiene con vida. 
Debería repasar un poco para decirte cuáles son mis historias favoritas aunque, a bote pronto te diría que las más truculentas, como la del hombre que sabía leer los cráneos. Pero lo que tienen todas en común y que es ya una cuestión de estilo en tu caso, es la capacidad de proponer retratos humanos de forma muy sintética sin menoscabo del calado, al contrario, resultan hondos, poéticos, contundentes en su (o por su) concreción… No sé si me explico… Esa fecundidad de ideas, personajes, pensamientos filosóficos, esa estructura de ecos entre pasado, presente, el acá o el más allá, recuerdos propios, inventados, ajenos o finalmente, transmutados, convierte a la novela en una obra mayor en cuanto a derroche de imaginación y recursos (está pero que muy bien escrita, con lenguaje siempre rico, medido, certero) pero que, como te decía, obliga a tomármelo con calma para degustarla, no es fast food precisamente sino bocato di cardinale… Bueno, que enhorabuena.


Gracias.

https://www.casadellibro.com/libro-en-esa-delgada-linea/9788417257149/6545570

https://www.amazon.es/ESA-DELGADA-L%C3%8DNEA-EVA-MONZ%C3%93N/dp/8417257144/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1527945337&sr=8-1&keywords=en+esa+delgada+linea&dpID=41wj0ZyJKvL&preST=_SY344_BO1,204,203,200_QL70_&dpSrc=srch

martes, 29 de mayo de 2018

Todo pasa

Los años pasan, se escurren; lo vivido nunca es lo que se deseó; se mira atrás con cierto recelo, añorando lo que se hubiese realizado mientras se barajan esos "si hubiera..", atascados en esa certeza de equivocación, aliviada al intuir que no todo se hizo mal.
El tiempo tiene eso, que no regresa, que amordaza cualquier nuevo intento de vivir lo mismo. Nos deja el recuerdo de lo que creemos que se hizo, porque ni siquiera es lo que fue.
El tiempo, esa cárcel que nos atrapa desde que aprehendemos que nos gobierna, y del que hay que procurar un modo de escapar: solo encontré la imaginación.

martes, 22 de mayo de 2018

Ser

Cuando puedes pasarte una tarde entera observando cómo unas hormigas se ajetrean, o te abismas en el agua de un río mientras fluye, o el cielo se oscurece mientras escuchas, desde un lugar fijo, lo que los que se mueven van contándose, o las horas transcurran pensando en vidas que no existen porque las imaginas. 
Si tu tiempo se abre a otras dimensiones, tu mente está ocupada en traspasar la capa de realidad y las ideas no son las habituales. Cuidado. Estás en el límite del ser, de crear o destruir. 
Pensar es lo único que tenemos.
Y dudar de lo pensado.

jueves, 17 de mayo de 2018

Todo

Es gratificante intercambiar palabras, pero aún lo es más compartir el silencio. Sentirse plenamente comprendido sin necesidad de diálogo, a gusto con la ausencia de cualquier estorbo que amenace romperlo. Sólo se podría admitir un suave contacto, un leve roce, una ligera presión. Nada más.
Esos momentos blancos dicen más y son mas profundos que horas de conversaciones, planes, caminos, imágenes. Sólo cerrar los ojos y escuchar lo inaudible, lo que ni uno sabe que lleva dentro ni se dice; el ruido diario lo enmudece.
Silencio en compañía. Sin tensión. Sin tiempo.
El lujo de oír tu silencio escuchando ese otro silencio igual de mudo y vital, nos confiere la sensación de entenderlo todo sin necesidad de explicar nada, lo que no logran las palabras, eternas liantas. Pueden pasar minutos, segundos, horas o años, en la misma posición sin hablar, intercambiando sensaciones conocidas, recuperadas o nuevas: un transvase ancestral de paz, tranquilidad.
Puede que nuestros antecesores se sintieran así hace tanto, no hace nada, ante el fuego, recogidos, sin apenas modo de hacerse entender por un lenguaje incipiente pero ya hermanados en las emociones, lucha, curiosidad, afán por estar juntos; necesidad de ser unos en otros. Quizá ese silencio atávico sea el que se convoca cuando encuentras con quien compartirlo.

Y en ese silencio se dice todo.

martes, 15 de mayo de 2018

Reseña de En esa delgada línea

RESEÑA DE TINO PERTIERRA


El juego de las memorias que Eva Monzón emprende con “En esa delgada línea” un atrevido viaje literario de narraciones cruzadas.
Todo un desafío. Eva Monzón muestra en En esa delgada línea “cómo nos narramos lo que sucede, lo que nos pasa, dando así sentido a lo vivido, aunque no sea lo que ocurrió, de hecho, no suele serlo. Inventamos sobre la realidad, una que se nos revela como real al contárnosla y contarla. La necesidad de dar sentido al sin sentido de la vida es tan humana como falsa: nunca somos los mismos, como pasa con los ríos de Heráclito en su devenir, pero necesitamos crearnos una identidad donde sentirnos reales, sentirnos yo. La memoria es un juego de narraciones auto contadas que nos va configurando, y que vamos cambiando”.
Ese laberinto está llevado al límite y, además, intenta también “mostrar que existe un lugar, más allá de los opuestos, que los contiene a ambos, es decir, existe esa delgada línea donde aún se es de noche y de día, se odia y se ama, se vive y se está muerto. El narrador de la novela está inmerso en varios opuestos, y junto con él, su memoria es un caos de historias prestadas que confunden lo que se quiso contar para evitarse enfrentarse a él mismo”.
Somos lo que nos contamos, atención, “aunque lo que nos contemos, no haya sido. El protagonista tiene unas características muy peculiares, y pronto nos enfrentamos, junto a él, a sus dudas, sus necesidades, sus historias, porque necesita entender, situarse. Comienza contando las vidas de las víctimas que un asesino mató a tiros hasta que lo pararon. Desde ellas, se va creando un entramado donde vienen otras a trenzarse, siendo el narrador el receptor de todas, porque al estar en coma, ni aquí ni allí, hace las veces de un aparato receptor libre para sintonizar las historias de los que no quieren desaparecer, de los que quieren contarse, ser, aunque sea a través de él”.
Ese juego de memorias, “donde él mismo no sabe bien quién es, ni que hace allí, se abre desde las reflexiones que va haciéndose al escribir sin escribir, porque no puede físicamente, sobre lo real y lo irreal, sobre la verdad y la mentira, sobre quienes somos sin nosotros, sin nuestras historias, sin la memoria que nos une en una consciencia supuestamente conocida y familiar: el yo. Él pasa de la ficción a la realidad con facilidad, crea personajes basándose en personas que son o fueron reales, porque lo que busca es saber quién es,
por qué está en coma, por qué no recuerda”.
Por eso “decide escribir sin hacerlo lo que ahora tiene como verdadero, y vamos viendo mientras se desarrollan esas historias cómo va dudando, cómo manipula, y cómo, cuando finalmente descubre lo que parece la verdad, busca esconderse de nuevo en la mentira de los recuerdos no recuperados. Un poco lo que hacemos todos, versionar nuestras vidas para salvaguardar la imagen que tenemos de nosotros mismos, una que intentamos elevar y embellecer a toda costa. La verdad duele tanto que no se la suele mirar a los ojos. En este caso, la mira a través de las historias de otros".


lunes, 14 de mayo de 2018

Reseña de la novela


Reseña de Tino Pertierra en La Nueva España de En esa delgada Línea.

Gracias.




martes, 8 de mayo de 2018

Solos

Paso a paso, pie tras pie, mirando a lo lejos, fijándonos en lo cercano, a veces, girando para echar una última ojeada a lo que dejamos atrás, recorremos segundo a segundo lo que será inamovible.
Y solo una vez. 
Y solos. 
Que nadie venga a decirnos que es ahí o allá donde tenemos que pisar, porque nadie lo sabe, ni los que nos lo indican, ni nosotros. Solo andamos dependiendo de lo que vamos aprendiendo o acumulando, será nuestro error y nuestro acierto, ser o dejarnos llevar; andar o parar; quejarnos o no hacer demasiado caso, el justo, el necesario para no parar, porque aunque nos dejemos caer, los segundos siguen, aunque nos detengamos el tiempo no lo hace. La vida sigue sin nosotros. Y no debería ir sola, las expectativas del camino son a veces el mismo lastre, otras el motor. Qué difícil acompasar el ritmo de los sueños, realidades, desilusiones y esperanzas al paso de un camino hecho de tiempo. El nuestro.

jueves, 3 de mayo de 2018

Días y días

Unos días donde la rutina ha cambiado, donde los paseos han sido otros, luces, gentes, estímulos distintos, donde buenos amigos han compartido su tiempo, sus risas, sus palabras, sus juegos y días conmigo. Un caos ordenado, un orden caótico que ha modificado rutas, al estar donde no debería haber estado, se han entrecruzado momentos que no habrían sido posibles sin esos kilómetros de tinta, de caminos, de ideas.
Los años los comenzamos cada día, cada hora, cada segundo. Este lo cierro con folios blancos, cuartillas manchadas, una nueva pluma, varios libros esperando, muchos ya viajados. Un año que entrará sin grandes esperanzas pero con pequeñas ilusiones.
Son días retales; los restos que quedan de lo que se esperó, esperando que el nuevo tejido tengo un diseño más luminoso.

domingo, 29 de abril de 2018

Literatura para oír

Esta entrada es diferente, porque radio Bolivariana, me ha elegido como protagonista de un programa suyo en su radio, en la sección "Literatura para oír"; así que os paso el enlace.
Lo bueno de esta iniciativa es que dan ganas de leer lo que se lee, al escucharlo.

Os dejo con ellos. Conmigo.

http://www.ivoox.com/literatura-para-oir-990-una-fe-erratas-audios-mp3_rf_25624239_1.html

martes, 24 de abril de 2018

Presentación

Mañana presento la nueva novela, es una sensación siempre extraña, es dar a mostrar lo que ha estado oculto durante meses, a veces, años.
Las palabras que han sido el vehículo entre los dos, obra y autor, ahora han de pasar a otro terreno, al de obra, lector, donde el autor ya no tiene nada que decir. Ahora es vuestra.
A  partir de mañana.
Que os guste si llegáis a leerla.


martes, 17 de abril de 2018

Sinopsis nueva novela

Como os dije, pongo la sinopsis de la nueva novela, En esa delgada línea.
En nada estará en las librerías y se presentará el 25 de abril a las siete en el Pío V, en Valencia. Todos invitados.
Que os guste.



EN ESA DELGADA LÍNEA


En esa delgada línea es una novela donde el narrador, que no sabe si está vivo o muerto, va escribiendo sin escribir lo que recuerda de ese último instante lúcido antes de entrar en coma y quedar inmóvil, en un intento de entender y entenderse.
En el proceso, no solo cuenta lo que cree que son sus recuerdos, sino los de todos aquellos que se le acercan en ese presente, dentro de esa habitación de hospital, donde su vida es más de las máquinas que lo sustentan, que suya, y de los que conoció en su pasado, o de los que lo vienen a usar como un receptor útil para escapar del olvido: vidas fronterizas, como la suya propia, que habitan en esa delgada línea entre la vida y la muerte.
La novela se mueve en varios planos, siendo un asesinato múltiple el hilo conductor en el que el protagonista no tiene claro si fue víctima o verdugo; ignora si sus recuerdos son suyos o de otro. Mientras va escribiendo para recuperar su memoria, recuerda muchas otras vidas que le ayudan, o confunden más aún, en ese intento de desentrañar su verdad, donde todas ellas tienen en común discurrir en esas zonas ambiguas, justo en medio de los opuestos, en las que no se definen por ninguno de los dos, siendo ambos a la vez.
El protagonista hace un esfuerzo en narrar lo que es, porque quiere comprender quién fue.