De un espacio a otro no hay tanto.
Aunque
en el traslado te llevas contigo, sólo cambia el escenario. Eres más
tú, quizá, fuera de tu propio ámbito. Has de moverte en un entorno
diferente al acostumbrado, te pones a prueba. Es todo un reto.
Otro
tiempo, otro momento, diferentes calles, idiomas, gentes. Visitar en
horas, lo que antes constaba días, meses. Ir alegremente a lo que antes
se enfrentaba con susto, y testamente hecho, es una de las ventajas de
la técnica. Magia: ahora aquí, ahora allí.
Aún así, a ti no te
dejas, sólo abandonas, por un tiempo, la rutina diaria, para al llegar,
adornarla, mejorarla y soñar con el siguiente espacio, lejos de todo,
menos de ti mismo.
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