sábado, 29 de agosto de 2009

Juegos

Cinco niños jugando en un parque, cada uno al lado del otro en sus cosas, pero juntos, como si en realidad estuvieran compartiendo el juego; uno canta mientras mueve un palito en el suelo, y de vez en cuando, mira al compañero que remueve el contenido de un cacharro con un cuchara sucia, y que al sentirse observado se retira un poco, chocando con una nena más pequeña que ellos que se conforma con estar ahí, sentada sobre su pañal, inmune a la dureza del suelo, mirando con sus ojos grandes y asombrados el árbol que tiene enfrente; las hojas se mueven y eso parece gustarle. El cuarto y quinto niño deben ser hermanos, se les ve que están acostumbrados a estar juntos y su comunicación es menos rudimentaria, están sentandos enfrentados y el más mayor va hablando, no se sabe si para él o para el hermano, ya que no espera respuesta y el otro no le hace demasiado caso.

Los adultos que los vigilan, un tanto aburridos, intentan pasar el tiempo; hay una anciana, dos madres y un padre, y entre ellos también parece que están compartiendo algo, aunque si te acercas un poco te das cuenta de que como sucede con los hijos, cada uno va a su ritmo y las frases que se intercambian son rutinarias e intercambiables, no una verdadera conversación; la abuela, directamente, ni entra en el simulacro, se ha llevado la labor, un jersey rojo presumiblemente para la nieta, y va murmurando el número de puntos que lleva para no perderse, pero bien podría incluirse en el todo; "¿Cómo fue el domingo, entonces?"; "Ya te digo, pero es que es para no creerlo, tú fíjate"; "Sí, claro, no, no siéntate tú, yo de pie estoy bien"; "cuatrotresdosunocambiocincocuatro".

Tres generaciones en un parque pasando la tarde, fragmentos de conversaciones, juegos, miradas, y si se busca con más profundidad se puede intuir lo que no se oye, el lenguaje del cuerpo: cómo el padre mira con más interés a una de las madres, la abuela suspira recordando cuando venía con su hijo hace tanto; las dos amigas disimulan que el marido no las acompañe y hablan de los hijos sin tocar el tema de la soledad.


1 comentario:

  1. Buenísimo. Acabo de hacerme seguidor de tu blog y dejar algunos comentarios.

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