miércoles, 26 de agosto de 2009

Fragmentos

¿Por qué llamar a este blog “Fragmentos” con la de nombres que se le puede dar? Pues por que creo que la vida esta hecha de ellos; miles de piezas que se van encontrando y guardando en la memoria para construir luego con ellas un todo, o al menos un intento, ya que la peculiaridad que tienen estos fragmentos es que cambian constantemente, son pocos los invariables y fijos. Nosotros los vamos recogiendo, sin darnos cuenta a veces, y con ellos creamos nuestras opiniones, memoria, nuestro “yo” tal y como nos gusta reconocernos, pero si miramos atrás, vemos que ni esas opiniones tan férreas quizá en un tiempo, ni lo que recordamos, ni siquiera nosotros mismos somos los que éramos, ni los que seremos.


Esos fragmentos vivos se revuelven contra el inmovilismo, odian lo inmutable, por lo tanto su esencia misma cambia, haciéndonos cambiar con ellos; así cuando leemos un libro por segunda o tercera vez, no es el mismo que leímos la primera vez; nos sorprendemos al descubrir en él palabras, frases, pensamientos que se nos pasaron por alto entonces; cuantos recuerdos creíamos ciertos y se han derrumbado ante la evidencia de una foto, otro recuerdo ajeno o simplemente nuestro propio pensamiento al que quisimos atrapar en papel y ahora, desde la hoja, nos muestra lo equivocados que estábamos. Hay un hecho constatado; cuando nos creemos al cien por cien seguros de algo, como mucho, sólo lo estamos realmente al ochenta por ciento, por eso los testigos en cualquier juicio son falibles, endebles: la memoria humana no es fiable, los fragmentos de los que está hecha son demasiado emocionales, espúreos e independientes, tienen vida propia más allá de la nuestra a la que dan forma.


Así que en este blog, lo que pretendo es ir anotando esos Fragmentos con los que nos encontramos a diario en los sitios más insospechados, en los momentos más inoportunos, y como su naturaleza es caleidoscópica y múltiple, se pueden presentar en forma de libros recomendados o encontrados en una estantería ajena; o como conversaciones oídas al azar mientras se va caminando y que nos muestran impunemente a quienes la sostienen; o una imagen fugaz de un hombre enorme, negro, desparramando su humanidad sobre el asiento de un taburete que no se sabe bien cómo le sostiene, dormido y repleto de joyas en cuello, brazos y dedos; o bien intentando coser con palabras esos momentos fugaces que dejarían de existir sin ellas.

3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. ¡Enhorabuena por este cuaderno, Eva! Aquí estaré, siguiéndote.

    Un abrazo,

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  3. Hola Eva. Tu blog es muy bonito, espero leerte muy amenudo y visitarte.

    Te dejo mi email aqui también. Contactamos por email y ya hablamos de conocernos. Estaría encantada de ello.

    lola621@hotmail.com

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