miércoles, 7 de mayo de 2014

Miedo a ser

A nadie le gustan las emociones negativas, los momentos bajos, los sucesos duros. 
Normal. 
Lo que no lo es tanto es ese intento desesperado de negarlas, de barrerlas bajo la alfombra, de no enfrentarse a ellas. 
Es más perjudicial cerrar los ojos y lanzarse a la más absoluta banalidad, a ese hedonismo blando donde se quieren diluir, que encararlas, enfrentarlas, pasarlas. 
En este nuevo sistema social, donde lo políticamente correcto impera, donde las anáforas trastocan los nombres reales, donde la realidad se aparta, dejando solo la cara base, fácil, bobamente feliz, se crean mentes débiles, personalidades pusilánimes, metas irreales, frustraciones perennes, blanduras agrietadas y una falta completa de gente real, con vidas vivas, emociones intensas, obstáculos que superar, sueños sólidos, seres enteros.
Se busca la huida hacia lo inconsistente, abandonando la substancia esencial de ser.

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