jueves, 13 de agosto de 2015

Captura

El tiempo no se para, ¿o si?, quizá no hemos probado a vivir sin su cálculo, evitando ese rigor, ese marcarnos la vida. 
Su medida existe desde las civilizaciones más remotas; de siempre se buscó pautarlo, acompasarlo al ritmo de producción, encasillando las estaciones para reconocer cuándo cosechar, cuándo recolectar, anticipando riadas, fríos, inundaciones.
Actualmente, en esta parte del mundo autonombrada civilizada, lo medimos a la milésima de segundo, no hay gesto vital libre de su vigilancia. La sensación de que nos dirige es agobiante.
Pero puede que no sea el Tiempo quien lo haga, sino nosotros mismos al haber querido apresarlo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario