jueves, 12 de noviembre de 2015

Imágenes sin alma

Hoy todos disponemos sin mucho esfuerzo de esos quince minutos de fama que señaló Warhol. No es malo ni bueno. Es.
La tecnología nos da acceso a mostrar nuestras vidas, creaciones, momentos, pensamientos, o lo que creamos conveniente, de un modo fácil e inmediato; nos da el poder de ser lo que no somos o ratificar lo que soñamos ser.
Como siempre llegan los abusos y banalidades de ese poder, de esa fama inmerecida y efímera que nos sube a una nube cada vez más endeble, inestable, torpe.
Las vidas de los demás se nos señalan como magníficas, entretenidas, repletas de viajes, momentos intensos, buscando la envidia, quizá, o puede que escondiendo las frustraciones diarias: un disimulo o engaño de lo que no tenemos.
Lo interesante es comprobar que esos momentos que se nos ofrecen geniales están hechos de lo que vemos cada día por la calle: personas pendientes de fotografiar en su móvil lo que es imposible que vivan porque lo están despersonalizando ellos mismos. 
O vives el momento para luego rememorlo, o lo apresas sin vivirlo ni recordarlo, dando como resultado imágenes sin alma. 


2 comentarios:

  1. Recuerdo una vez que le propuse a varias personas pagarles un fin de semana en París, todo pagado. La única condición era no hacer ni una sola foto en todo el viaje. Nadie quiso acompañarme

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