lunes, 16 de octubre de 2017

Masas

Es una época de destrucción más que de construcción. 
Siempre es más fácil. Siempre abunda entre los que no tienen más norte que dañar para sentirse vivos. Siempre se ha dado y se da cuando no hay norte, ni esperanza ni necesidad porque existe el vacío, la ignorancia y la falta absoluta de personalidad. Muchos necesitan ser parte de algo, aunque ese algo sea dañino, irrespetuoso, criminal o locura. Les da igual, se crean redes donde sentirse nudos, eslabones y tener algo por lo que levantarse, por lo que sentirse único.
Qué contrasentido ser único en matar, incendiar, gritar premisas vacías, porque no se es único, se es lo más manipulable, peón, prescindible y sinsentido de lo que se sería solo, en esa soledad que les hunde en la masa más atroz que existe: la que ordena y arranca lo individual.

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