jueves, 2 de noviembre de 2017

Uno entre todos

La necesidad de ser parte de algo más grande que uno mismo, últimamente es hasta peligroso, porque se ha desvirtuado: ya no es una búsqueda interna donde se intenta acomodar inquietudes, ideas, modos de enfocar la vida con ese todo, no se busca el compromiso del individuo consigo mismo y con ese ideal, o grupo o forma de verlas cosas, es justo lo contrario: la absorción del yo por un todo que nunca se compromete, es más, cambia constantemente, lleva a los individuos de acá para allá sin más. 
Los que componen unos grupos, se trasvasan a otros con la misma facilidad con que se levanta: otro día, otras ideas. Da igual.
Lo que los define, no es esa peregrinación en busca de un algo mayor que les contenga, es el intento de no pensar por sí mismos y que una masa un tanto abstracta y turbia les vaya pautando qué hacer, decir, pregonar o pensar a cada momento. ¿Que cambia como el viento?, da igual, al fin y la cabo, lo importante es dejar de ser uno entre muchos, evitar la responsabilidad, diluirse en la nada que se crea entre todos.
Así nos va.

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