martes, 3 de agosto de 2021

Fragmento de SOMBRAS

 

-¿Cómo conoces tantas historias?. 
-Yo solo las recuerdo, Aisha, los que se las saben son los libros. 
¿Te las cuentan ellos?. 
Nos paramos, como si andar y hablar de algo tan interesante fuera incompatible. Buscó una piedra cómoda cerca del camino, y me hizo sentar a su lado. “Mira”. Abrió un libro que sacó del bolso grande que siempre llevaba consigo. Era precioso, las hojas estaban cubiertas de signos bellísimos, como de olas y soles y arena. Oh, es hermoso, pero ¿qué dice?, no le oigo. Es porque aún no sabes cómo: se llama leer. Te enseñaré.
    Lo hizo.
    Aprendí. Era como soñar despierta, o como vivir dormida.
    No tuvo que decírmelo, pero intuí que esas lecciones que me fue dando mientras regresábamos a casa y parábamos un ratito para sentarnos y sacar ella ese libro maravilloso y asomarnos a él, no las debería conocer nadie.
    Para leer me escondía de todos. Sabía que a ninguno le gustaría, sobre todo a papá. A mi hermano Alí me dio miedo decírselo, porque podría chivarse cuando nos enfadáramos; ya había pasado. Además, esto era mío, mi refugio. Y es que cuando me apartaba de las palabras, de lo que me contaban, todos mis sentidos abiertos tenían que cerrarse: ya no veían paisajes ni oían voces, ni vivían otras vidas. Se apagaban. Regresaban a la normalidad. Qué limitada era entonces.
Echo de menos los libros. Solo me queda recordar.



https://www.casadellibro.com/libro-sombras/9788418183492/12452179

No hay comentarios:

Publicar un comentario