domingo, 10 de septiembre de 2023

Reseña: Las dos Adelaidas, de Elena Casero

 


                                  Las dos Adelaidas


    Elena Casero, con la sensibilidad que le caracteriza, escribe una historia de historias. 
    Las dos Adelaidas es una novela con una estructura de cajas, como esas muñecas Matrioskas rusas donde una cabe dentro de otra, siendo muchas en una sola.
    Juega con la memoria, las de sus protagonistas, todas mujeres, y juega con la realidad: la que se vive y la que se cuenta uno para seguir viviendo.  
    Todas ellas se agrupan alrededor de la madre, el eje. 
    La narradora es una de las hijas, la que vive cerca, la que no se marchó a Australia, la que se siente atrapada y le tiene algo de rencor por haberse ido.
El hilo de la trama, el que despliega los recuerdos, es la enfermedad de la madre, que al llevarla al olvido, paradójicamente, hace que los recuerdos afloren, que la narradora quiera saber y recuerde asimismo su propia vida.
    Es una historia hecha de espejos que reflejan esos pasados. Elena consigue que el tiempo fluya y a la vez, se detenga, lo hace a través de estas mujeres; consigue mostrar varios planos de realidad: la que fue y las hijas van leyendo en las libretas que escribió la madre; la que la hija narradora desea conocer y le pregunta antes de que pierda su memoria del todo,  y la que ella misma recupera de su infancia. Todo mientras la vida va sucediendo.
    La enfermedad de la madre le lleva a vivir en el pasado creando situaciones inquietantes, como creer hablar con Franco, o ver al marido muerto. Ella habla desde el olvido y desde lo que fue su presente por medio de las libretas que escribió de joven. 
    Con lo escrito, las hijas, las dos Adelaidas,  recrearán su vida, la que no sabían que tuvo, sabrán cómo era vivir en la dictadura, cómo su madre fue más de lo que parece, saben de su familia, dan vida real a las fotos, recuperan lo que jamás sabían que perdieron: su identidad, de quienes vienen. 
    Además de las hijas, está Berta, la cuidadora, que aporta equilibrio y su modo de mirar las cosas, que consigue que todo fluya.
    La novela nos abre el pasado haciéndolo presente y el presente arraigándolo en el pasado. 
    Todos sus personajes evolucionan a partir de esos recuerdos ignorados, antes de que el olvido se los lleve para siempre.
    Leer esas historias, leer Las dos Adelaidas, nos adentra en las raíces de estas mujeres y nos hace querer indagar en las nuestras.


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