Más de una vez los sentidos nos engañan.
No conozco a quien no haya creído ver o escuchar figuras o voces que luego han resultado no estar.
Los más fantasiosos disparan la imaginación y ven en eso fantasmas, avisos, augurios.
Los más racionales buscan teorías sobre la captación del cerebro del entorno antes de que lo hagan a través de los sentidos.
Los imaginativos idean historias fantásticas.
Y todos lo comparten con los amigos cuando las conversaciones se vuelven esotéricas.
El ser humano no quiere estar solo en el universo, en la vida.
Los oráculos, los dioses, el mundo de los espíritus, los extraterrestres. Cualquier presencia que nos dé la sensación de que vivir no es un sinsentido de días inconexos incontrolables.
No nos gusta pensarnos solos en un planeta solitario.
Es una soledad inútil, atroz.
No conozco a quien no haya creído ver o escuchar figuras o voces que luego han resultado no estar.
Los más fantasiosos disparan la imaginación y ven en eso fantasmas, avisos, augurios.
Los más racionales buscan teorías sobre la captación del cerebro del entorno antes de que lo hagan a través de los sentidos.
Los imaginativos idean historias fantásticas.
Y todos lo comparten con los amigos cuando las conversaciones se vuelven esotéricas.
El ser humano no quiere estar solo en el universo, en la vida.
Los oráculos, los dioses, el mundo de los espíritus, los extraterrestres. Cualquier presencia que nos dé la sensación de que vivir no es un sinsentido de días inconexos incontrolables.
No nos gusta pensarnos solos en un planeta solitario.
Es una soledad inútil, atroz.
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