lunes, 31 de marzo de 2025

Días

Unos días uno se siente invencible, otros vencido.
El día se desenfoca, o se enfoca tan bien, que duele de lo nítido. 
Lo que miramos permanece igual, lo que varía es nuestra mirada.
Somos quienes ponemos o quitamos voz. Nos contamos o silenciamos. 
Puede que eso haga de nosotros unos invencibles vencidos. 
O unos vencidos invencibles. 
Depende del día.

lunes, 24 de marzo de 2025

Y

Esperas y nadie viene,
no hay respuesta.
Quieres y nadie ofrece 
ni nada encuentras.
Deseas y deseas todo
donde no hay nada.
Sueñas porque es libre
y es lo que aún queda.
Y cuando ya no esperas
ni quieres, ni deseas,
entonces vienen los que no vinieron
deseando que les des,
que los esperes,
que los sueñes.
Todo siempre a destiempo, 
a remolque de lo soñado.

lunes, 17 de marzo de 2025

Ventanas

Es entre fascinante, y algo tonto, observar cómo las moscas, o cualquier insecto volador, quieren salir de un recinto por una ventana cerrada, golpeándose continuamente a cada intento contra el cristal sin lograrlo, pero ellas siguen. Y siguen. 
Da igual las veces que han procurado avanzar por ese lugar imposible, como mucho, dan unas vueltas por la zona, y otra vez se aplastan sin remedio contra ese muro invisible, incomprensible, que las aparta de lo que transparenta, de ese exterior liberador.
Y de ahí no se van. Pobres, pensaba de niña, no saben.
Ahora de adulta las sigo observando, pero mientras las miro golpeándose contra esa realidad invisible, sé que no son las únicas, que nosotros chocamos también, una y otra vez, contra paredes invisibles que nos ofrecerían algo más si las traspasamos.
O eso creemos, y seguimos insistiendo una y otra vez: todos dándonos contra esas barreras que no vemos, pero están, sin que nadie haya aprendido aún a abrir la ventana.

lunes, 10 de marzo de 2025

Ya no

Cuando somos adultos
nos vemos igual que cuando 
fuimos niños.
Lo que cambia es la falta de fe
en los sueños que tuvimos.
En los sueños que ya
no soñamos.
Ya no somos 
quienes soñamos ser
aunque lo seamos.
Lo real del mundo anula la ilusión
que solo un niño entiende.

lunes, 3 de marzo de 2025

Nada

Cuando entramos en casa nos sentimos seguros, a salvo. 
Se necesita un refugio incondicional, una zona segura. Lo buscamos desde niños, ya sea haciendo casitas con mantas,  en árboles, en juegos, ese tocar mare que te salva de que te pillen. 
De adultos buscamos lo mismo, estar seguros en ese país, con esa pareja, en ese trabajo.
Y tampoco nos cuestionamos si son o no seguros de verdad, más allá de querer que lo sean, porque una vez en esa casa, ese país, ese amigo, en realidad, tampoco estamos más seguros que bajo las mantas o tras un árbol: solo somos unos seres minúsculos habitando un planeta pequeño  en equilibrio precario flotando en un universo inmenso y desconocido.
Somos nada sobre nada en la Nada.