miércoles, 4 de junio de 2014

Espejos

¿Los espejos son amigos o enemigos, cómplices o delatores, abismos a otros mundos o precipicios de este?
Creo que son todo eso y mucho más. 
Y qué pocos les han hecho el caso que merecen. 
En general, no hay casa sin uno o más, donde habitan infravalorados; los miras para recuperar una imagen, que si no gusta, deprime y si agrada, anima. Y poco más.
Excepto algunos usos geniales, como Alicia que supo traspasar su azogue, contados artistas han sabido utilizarlos para su arte: pintores, iluminadores, fotógrafos, cineastas, que atraídos por sus posibilidades han reconocido su embrujo, más allá, no les hacemos ni caso.
Qué error.
Ellos poseen la entrada a un universo de reflejos infinitos donde, si les dejamos, nos conducirán a la eternidad; a la repetición imposible de ideas, imágenes y rincones inexplorados a los que desde este lado del espejo, obviamos; ese ángulo imposible de visión caleidoscópica eclipsando lo cotidiano. 
Y qué es la eternidad sino el sinfin de lo limitado.
A eso nos acercan los espejos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario