lunes, 24 de noviembre de 2014

Amistad

No hacía sol, pero la compañía lo iluminaba todo.
Buscando un buen banco, bajo los árboles, haciendo crujir las piedras, oliendo el césped mojado, mirando un cielo no muy azul no muy gris, se han intercambiado palabras, emociones, recuerdos, mientras se comía una ensalada preparada con cariño, saboreada como merece, cortada entre prisas y rutinas extenuantes, pero no incapacitantes, ya que se está aquí, mejor que en ningún otro lugar, compartiendo años en un instante, intentando averiguar si se ha evolucionad algo durante el paso de los años, si se es quien se fue, cosa imposible, o más bien se es quien se quiere ser; sin la timidez de antes, con la fuerza de la experiencia.
Con el sabor del aceite duro y sabroso, tomando infusiones, no al sol, pero sí bajo él. Hablando de nada, de todo, de ser, de soñar, de esperar que mañana surja otro rato donde eternizarse y poder compartir sonrisas, comida, años y amistad.
Gracias, siempre.

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