miércoles, 14 de enero de 2015

Lo desconocido

Un nuevo giro, un nuevo camino. Lo normal ante la novedad suele ser pararse, una alarma salta: precaución. Lo nuevo, hasta que no se conoce, como poco asusta. Uno se queda quieto ante la opción y mira y remira, hasta el mareo, cada caso en el que se tuvo que plantear ir o no, seguir hacia lo desconocido o dar media vuelta y largarse buscando lo habitual, refugiándose en lo domesticado.
Lo nuevo atrae pero a la vez tiene un halo de desconfianza que no nos permite relajarnos, ir alegremente a su encuentro; los ancestros nos cuidan, años de evolución para que aprendamos a temer lo no conocido, evitando ingestas mortales, caminos sin regreso, lugares peligrosos. La conservación de la propia seguridad, la desconfianza atávica ante lo desconocido es buena, pero en extremo, como todo, deja de serlo. Entonces el miedo ancestral a lo incierto nos evitaría evolucionar, crear, descubrir nuevos mundos, nuevas fórmulas, inventos, caminos. Dejaríamos de encontrarnos con lugares nuevos si la cobardía ganase por completo.
Sin el atrevimiento, sólo habría ante nosotros cosas conocidas, caminos seguros, confianza en los pasos a dar. Sería terrible; no existiría ni la duda, ni el ir más allá, ni el error, ni la curiosidad. Montañas de seguridad que nos enterrarían en sus cavernas sin sombras ni luces del exterior porque también nos daría miedo mirarlas.

6 comentarios:

  1. Es difícil pensar que la cobardía elimine la duda del mundo. Se es cobarde ante las dudas de tus propias fuerzas, de tu propio yo.

    ResponderEliminar
  2. Sí, la cobardía es la madre de la duda, en miedo a enfrentarse y no acertar, la falta de valentía para asumir las equivocaciones propias, y eso es lo que nos hace cada vez menos valientes....

    ResponderEliminar
  3. pero el miedo no es tan grave siempre y cuando no nos lleve al odio, ¿no?. El miedo, todos los miedos se pueden superar. El problema es la pereza o la desidia, el no ir más allá no porque nos de miedo sino que sea la desidia la que no nos lo permita. Ahí estamos perdidos. Creo.

    ResponderEliminar
  4. El miedo puro existe, el odio también, la desidia es la falta absoulta de reacción o por comodidad o por miedo a fallar... , hay miedos insuperables que nos anulan, y crean un odio hacia uno mismo que rompe cualquier intento de ser... los odios, son expresiones de frustración, falta de cultura o necesidad de afirmación extrema y equivocada... en todos estamos perdidos!

    ResponderEliminar
  5. Y qié nos salvará? ¿La curiosidad, el movimiento?

    ResponderEliminar
  6. El movimiento es lo que conlleva la curiosidad... nos salvaremos nosotros en ellos, si queremos...

    ResponderEliminar