jueves, 3 de septiembre de 2015

De ventanas e insectos

Es entre fascinante, y algo tonto, ver cómo las moscas, o cualquier insecto volador, quieren salir de un recinto por una ventana cerrada, golpeándose continuamente a cada intento contra el cristal sin lograrlo, pero ellas siguen. Y siguen. 
Da igual las veces que han procurado avanzar por ese lugar imposible, como mucho, dan unas vueltas por la zona, y otra vez; sin remedio se aplastan contra ese muro invisible, incomprensible, que las aparta de lo que transparenta, de ese exterior liberador.
Y de ahí no se van. "Pobres"; pensaba de niña, no saben.
Ahora de adulta las sigo observando, pero mientras a la vez que las miro golpeándose contra esa realidad invisible, veo a los que estamos fuera, en ese lugar al que quiere ir donde las personas nos chocamos también, una y otra vez, contra paredes invisibles que nos ofrecerían algo más, si las traspasamos... o eso creemos. Y seguimos. Una y otra vez, todos embistiendo esas barreras que no vemos, pero están, sin que nadie haya aprendido aún a abrir la ventana.

2 comentarios:

  1. Puertas invisibles que unos intentan abrir y otros mantenemos cerradas, hasta que estalla en mil pedazos y entonces nos alarmamos. Si fuésemos capaces de traspasar nuestro propio YO, la humanidad, tal vez pudiese ser humanidad.

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  2. Si dejaramos de ser nosotros para ser en otros, sí habría un cambio, mientras ahí quedan las ventanas....

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