jueves, 28 de enero de 2016

Tecnología

Teniendo toda la información posible al alcance de la mano, o del teclado, siendo privilegiados de la tecnología que nos acerca lo lejano, pudiendo ver en nuestras pantallas el mundo entero, tanto en tiempo como en espacio, con una facilidad para crear y mostrarlo, antes impensable, nos topamos con millones de gatos, cientos de millones de fotos banales donde el café que se está tomando cobra la relevancia absoluta, frases manidas, información parcial y falsa, situaciones innecesarias, arte en minúscula..., un muestrario para el olvido.
La mente no se abre sola, el esfuerzo para tener opinión propia no es solo teclear, la incapacidad de entender lo que se lee, la falta completa de rigor o de originalidad, la búsqueda de la propia identidad se pierde entre tanta imagen irrelevante y tanta palabra sobada.
La técnica que nos abre el mundo, no es la llave para entrar; somos nosotros. Un nosotros cada vez menos propio.
Menos mal que hay excepciones.

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