jueves, 2 de junio de 2016

Entrevista

EVA MONZÓN. ESCRITORA

Autora de la novela ‘El día a día’

"Somos lo que hacemos”

Así de rotundas y brillantes son las frases de Eva Monzón. Disecciona las palabras para hacernos sentir y reflexionar. Por eso sus novelas son siempre viajes al corazón. La última que acaba de publicar ‘El día a día’ ya va por la segunda edición y la ha editado Sargantana. En ella nos cuenta lo frágil que es la línea temporal de cualquier vida y partiendo de esa idea modifica el destino aparente de una familia. Sus personajes tienen que luchar contra sus recuerdos, a la vez, que deben conservarlos para no perder su identidad.


Sabes, tengo curiosidad porque tú me digas quien es Eva Monzón.

Esa es una pregunta compleja, de la que creo que cualquiera mejor que yo, te la podrá contestar; nadie es buen conocedor de uno mismo, ni de los demás si nos ponemos a ello, claro, pero quizá, al no vernos desde fuera, aún nos equivoquemos más con cómo somos, supongo que soy una mezcla de mil cosas, quizá soy lo que las une.


—De ti aprendí que escribir es también borrar, borrar, borrar…y corregir.

Sí, escribir es no tener miedo a borrar, corregir con criterio, enfrentarse al texto hasta que diga, al menos, la tercera parte de lo que se quiso poner en él. Y eso es lo que garantiza una cierta calidad, lo perfecto sería que los pensamientos no necesitaran de palabras para comprenderse; al escribir desvirtuamos bastante lo imaginado, pero aún no sabemos escribir sin ellas, así que hay que usarlas lo mejor posible.


—Y te he escuchado decir que escribir es un infierno que no una tortura pero cuéntame también que tiene de gratificante este oficio.

Cierto, es un infierno en cualquier disciplina artística, ese enfrentarse cada día a lo hecho, a lo que se quiso hacer, a lo que se quiere lograr, pero también es gratificante cuando algo de lo que se deseó plasmar, sale, surge, cobra vida sin ti; eso es lo mejor.


—Pues hablemos ya de tu última obra, de tu último libro. Segunda edición de El día a día…Enhorabuena. ¿Por qué ese título?

Gracias, Yolanda, sí, ahí va la segunda edición. Con respecto al título, que a simple vista puede parecer algo soso, en realidad, condensa la vida, que qué es si no que esas horas únicas de las que disponemos, ese día a día, y lo que hacemos con, y en ellos.


La adopción es un mundo de sentimientos y tú, a través de tus personajes, has querido adentrarte en él.

En realidad, más que en el mundo de las adopciones, he querido entrar en el universo de los desarraigos, tratar de mostrar cómo, sin humanidad, ninguna institución sirve, que los abusos hacia las personas más vulnerables, institucionalizados, con carta blanca, crean los horrores de los que, al tiempo, se avergonzará la humanidad, pero que mientras suceden, transcurren con una normalidad aterradora.


—No hay vida sin mutaciones y sí hay muchos destinos cambiados…

Sí, cada vida es el ajuste necesario que se ha de hacer para sobrevivir, para encontrar un sentido al sinsentido de estar vivos. Todo cambia, todo es un continuo elegir, a veces por imposiciones ajenas, sociales, culturales, otras por voluntad propia, pero a cada minuto se está eligiendo una acción que repercutirá en la siguiente y en los otros. No hay escape, es lo que es. Somos lo que hacemos.


—Y cuando alguien dice: yo tengo una vida estable...

Es algo de lo que se arrepentirá haber dicho al tiempo, seguro, cuando se le desbarate todo. La estabilidad es un equilibrio precario muy frágil, pero sé que pensar que se tiene, es reconfortante, evita sobrecargarse, sería como plantearse cada noche si el sol saldrá mañana, se supone que sí, pero no se conoce a ciencia cierta, aunque dudar de esa premisa diariamente no es aconsejable.


— ¿Por qué has utilizado la técnica narrativa fragmentada en esta novela?

Cada idea, cada novela, necesita una estructura sólida donde colocarla para que los personajes vivan lo mejor posible, en esta, que esas vidas estén fragmentadas para que el lector los recoja y vaya montándolas, es la perfecta; implica al lector y le hace sentir, de verdad, el porqué de sus elecciones.


—Mencionemos a tus lectores. ¿Qué te han comentado de ‘El día a día’?

Esta es otra pregunta que no puedo contestar yo, sino ellos; nunca soy lectora de mis novelas una vez publicadas. Ya no me pertenecen.


—Como lectora te diré que una de las frases me he apuntado de tu último libro es: “La mayor traición contra la vida es la vida misma”.

Eso creo, creo que la Vida está viva y que nos vive, nosotros hemos de aprender a ser en esa corriente vital y ser más fuerte que ella.


Eva, escribirías igual si no hubieras nacido en la familia que has nacido y no fueras psicóloga.

Sin duda, hago y he hecho muchas cosas distintas, lo único que se mantiene en el tiempo, invariable, desde los tres años, es mi pasión por las historias, las almas, la vida; escribir en una palabra.


—Después de leer ‘Errantes’ (Sargantana, en su segunda edición) me he preguntó alguna vez que habrá sido de alguno de tus personajes…

Ah, yo también me lo he preguntado a veces.



Por Yolanda Ibarra

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