lunes, 19 de febrero de 2024

Soñar

Detrás de una puerta hay otra que abres; da a un pasillo largo y eterno que comienzas a recorrer, las piernas se cansan, la mente insiste y no las deja flaquear, las distrae pensando en cualquier cosa, y cuando menos te lo esperas, cuando ya iban solas, llegas al final de ese interminable corredor donde quizá hayan transcurrido años, siglos mientras lo recorrías. 
Te encuentras con otra puerta. La intentas abrir, no cede. Estás un rato maniobrando el pomo, la golpeas con el cuerpo, te impulsas gritando: no se abre. Miras atrás, solo ves el pasillo por donde viniste. 
Se te pasa por la mente regresar. Los pies duelen, rechazas la idea. 
Te sientas derrotado tras haber intentado de nuevo abrir la puerta que impide que avances. 
Caes en un duermevela que te sumerge en la sensación lejana de que has abierto una puerta que conduce a otra que da a un pasillo eterno que termina a su vez en una puerta cerrada donde te acurrucas a soñar.

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