sábado, 22 de diciembre de 2012

Retos que llevan a otros retos

Tener metas es necesario. Y duro. 
Necesario porque conseguirlas guía las horas, el esfuerzo, ilumina lo oscuro que sería dejar pasar las horas, los días, los años viendo cómo desaparecen sin más logros ni acumulaciones, sin haber materializado ningún deseo.
Y duro porque alcanzar la meta es un reto muchas veces agotador; dependiendo de lo ambiciosa que sea puede desesperar hasta llegar, incluso, a perder el sentido, por andarse entre frustraciones y fracasos.
Hay que entender que desear algo, intentar conseguirlo, está en regatear los acontecimientos, es el arte de procurar que encaje lo que queremos con lo que sucede. 
Uno quiere que las cosas ocurran como las ha ideado, pero las situaciones se dan independientemente de nuestros sueños. Solo suceden.
Aún así, mejor tener un porqué, siendo conscientes de que no es un fracaso cada vez que un intento no sale como se pensó. 
Lo realmente importante es seguir enfocando, superando, moldeando lo que se quiere.
Cualquier meta es un reto que lleva a otros retos.

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