Más
de una vez, y más de dos, nos enfadamos con nosotros mismos, nos
sorprendemos haciendo o diciendo justo lo contrario de lo que nos
habíamos prometido hacer o decir. Nos pillamos los dedos aceptando algo
que no queríamos, o realizando lo que nos dijimos que ni de broma
haríamos.
Pero
no es porque seamos imprevisibles, es que aunque no queramos,
dependemos del contexto en el que nos movemos, no somos solos, somos
entre y con gente.
Es como una broma pesada, si te mantienes inflexible llevando a ultranza lo que crees que eres y piensas, tampoco te sientes satisfecho, y si te vas demasiado de los parámetros en los que te crees moverte, menos.
Y es que creo que somos quienes somos a pesar de lo que creemos que somos.
Es como una broma pesada, si te mantienes inflexible llevando a ultranza lo que crees que eres y piensas, tampoco te sientes satisfecho, y si te vas demasiado de los parámetros en los que te crees moverte, menos.
Y es que creo que somos quienes somos a pesar de lo que creemos que somos.
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