viernes, 21 de febrero de 2014

Cuando una puerta...

"Cuando una puerta se cierra, cientos de abren".
Mira que he escuchado esa frase veces, y mira que cada vez que me topo con ella me desazona. Porque siendo verdad, no lo es. 
No es cierto que se abran: las tienes que abrir tú. 
Niego que sea algo azaroso, o un regalo del destino, no es eso para nada; se abren por la voluntad del que quedó fuera, por decidir que quiere entrar de nuevo, aunque sea por otro lada, en otro lugar, desde otro espacio.
Es la constancia de la búsqueda, el saber llevar el desánimo, la frustración, el nuevo estado de cosas las que abren puertas. 
No se desbloquean ante ti por que sí.
Lo que no haces, no se hace; así de fácil.

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