viernes, 7 de febrero de 2014

Esa idea y no otra.

Lo difícil no es tener ideas o proyectos, sino elegirlos porque en ellos se va invertir parte de nuestro tiempo; se luchará contra viento y marea mientras la vida irá a su lado: es tener la certeza de que si escoges esa, dejas apartadas las demás. Eso siempre da vértigo.
Cuando se está en esta parte de la creación, revolviendo los pensamientos para seguir a uno único, el temor a fallar hace que nos diluyamos mucho, que paseemos entre cientos, que todos nos parezcan válidos. Hasta que nos arremangamos, firmes: hay que agarrar uno, abandonar los otros, avanzar.
Y lo hacemos.
Por lo que sea, un esbozo brilla más, nos atrae, nos engatusa; lo adoptamos, le vamos dando forma; nos dejan de importar los demás. 
Nos lanzamos al vacío para enfrentarnos de nuevo a la primera página, la primera pincelada, la primera nota. Si responde, si aguanta la prueba, lo tenemos; tenemos lo que será gran parte de nuestro camino; ya no estamos solos.

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