miércoles, 9 de abril de 2014

Viajar

Saber viajar no es tan solo irse a visitar países o paisajes cuanto más lejos, más exóticos, por lo tanto, mejor. Para nada. Creo que es acercarse a los detalles, perderse entre el ambiente, deambular erráticos, respirar los colores y asimilar cada rincón. Y lo más interesantes es que se puede lograr en la propia ciudad.
La de callejuelas, monumentos, cafeterías, esquinas, gentes que no conocemos en el mismo sitio donde vivimos. Despreciamos, por cotidiano, lo que tenemos bajo los pies y anhelamos caminar otras rutas, que es legítimo, cómo no va a ser interesante pasear al lado de las pirámides, escuchar el Big Ben dando las doce, asomarse a través de la Puerta de Brandenburgo, subir a la Torre de Pisa, bajar de la de Eiffel..., sería necio negarlo. 
Pero asimismo lo es creer que lo cercano es invisible.

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