lunes, 7 de abril de 2025

Privilegio

Hay veces que se vive fuera de la vida, una vida donde se observa la Vida, no se es activo, solo testigo de cómo la viven los demás. 
Una mirada atenta a esas acciones de las que, por un motivo o por otro, no se forma parte. 
Estamos quietos, nos movemos como fantasmas, comprobando cómo las personas evolucionan. 
Vemos, desde esa barrera, cómo se mueven esas piezas vivas en el tablero, deducimos las partidas, anticipamos las jugadas y acertamos porque no somos parte del tablero, observamos, no somos visibles pero sí reales.
Somos un juego cerrado.
Vidas vistas tras el velo de la inacción. 
Observar nos acerca a comprender lo imposible; el dudoso privilegio de no ser siendo.

jueves, 3 de abril de 2025

Gracias a Cristina Muñoz por la reseña de Tras la realidad

 


"Tras la realidad" de Eva Monzón 

Para comenzar, diré que no se me da bien hacer reseñas, pero lo voy a intentar porque esta autora y su libro , lo merecen.
Esta estupenda novela está escrita desde la sencillez aparente con una prosa fluida que te atrapa desde el inicio.
La novela tiene intriga, denuncia social y personajes que vamos conociendo psicológica y socialmente, a través de las acertadas definiciones de la autora y una trama, que de igual modo. nos va desvelando a través de ellos.
Eva Monzón nos hace meternos en las mentes de cada uno que ha vivido el drama: el niño, la madre Dos, la amiga, los padres ...
Desde el primer momento me he enamorado de Sam. Es increíble como Eva pone voz a un niño, a su mirada del mundo, no solo a él, sino a cada personaje, pero personalmente es el que más me asombra.
Igual de increíbles son sus frases con reflexiones tan precisas sobre la vida y las emociones: " Y mientras te escondes , la vida sigue, la mires de frente o no "   " Lo que cuesta empezar a vivir cada día ..." 
Y las decisiones, esas decisiones que somos incapaces de tomar, esos silencios que pueden tener consecuencias en la vida de otros y que llegan, a veces, cuando ya es demasiado tarde.
El conflicto moral de Samantha me parece un tema crucial en el libro por haber callado haciendo que no lo sabía, por tener que decidir en su momento y no haberlo hecho, y ahora, de nuevo, tiene que tomar otra complicada decisión que quizás alivie su alma (aunque ya mo sirva de nada,), pero tiene miedo y se siente incapaz de enfrentarse a su familia. Siempre sumida en la indecisión y en querer agradar a los demás.
La amistad, el amor, el desamor, el odio, el rencor, la familia, transitan por sus páginas mezclados como en la vida misma.
Además, el sentimiento de culpa de Samantha le hace vivir una vida sin vivirla, siempre por detrás, sabiendo, cuando ya la realidad ha llegado, lo que tenía que haber decidido y lo peor, lamentando sus consecuencias.
En definitiva, Eva nos muestra emociones con las que sentirnos identificados, en este libro de temática tan dura y actual, pero que se puede sobrellevar mejor gracias  a  los ojos de un niño, Samuel, que aporta una dosis de humor y una ternura inmensa.
Hay muchísimas reflexiones a lo largo de la novela,con muchos matices, tras la aparente sencillez que he comentado al principio.
Leer a Eva Monzón es un placer doble; por su modo dulce y directo de escribir y porque te lleva a una reflexión necesaria sobre ti mismo y sobre la sociedad.

Cristina Muño

https://www.casadellibro.com/libro-tras-la-realidad/9788412697209/14281317?srsltid=AfmBOop8Yj6wyKuQyEYCBsjISCFM56MTQgh-oytoe4-uCPQSXnTVMpYS

lunes, 31 de marzo de 2025

Días

Unos días uno se siente invencible, otros vencido.
El día se desenfoca, o se enfoca tan bien, que duele de lo nítido. 
Lo que miramos permanece igual, lo que varía es nuestra mirada.
Somos quienes ponemos o quitamos voz. Nos contamos o silenciamos. 
Puede que eso haga de nosotros unos invencibles vencidos. 
O unos vencidos invencibles. 
Depende del día.

lunes, 24 de marzo de 2025

Y

Esperas y nadie viene,
no hay respuesta.
Quieres y nadie ofrece 
ni nada encuentras.
Deseas y deseas todo
donde no hay nada.
Sueñas porque es libre
y es lo que aún queda.
Y cuando ya no esperas
ni quieres, ni deseas,
entonces vienen los que no vinieron
deseando que les des,
que los esperes,
que los sueñes.
Todo siempre a destiempo, 
a remolque de lo soñado.

lunes, 17 de marzo de 2025

Ventanas

Es entre fascinante, y algo tonto, observar cómo las moscas, o cualquier insecto volador, quieren salir de un recinto por una ventana cerrada, golpeándose continuamente a cada intento contra el cristal sin lograrlo, pero ellas siguen. Y siguen. 
Da igual las veces que han procurado avanzar por ese lugar imposible, como mucho, dan unas vueltas por la zona, y otra vez se aplastan sin remedio contra ese muro invisible, incomprensible, que las aparta de lo que transparenta, de ese exterior liberador.
Y de ahí no se van. Pobres, pensaba de niña, no saben.
Ahora de adulta las sigo observando, pero mientras las miro golpeándose contra esa realidad invisible, sé que no son las únicas, que nosotros chocamos también, una y otra vez, contra paredes invisibles que nos ofrecerían algo más si las traspasamos.
O eso creemos, y seguimos insistiendo una y otra vez: todos dándonos contra esas barreras que no vemos, pero están, sin que nadie haya aprendido aún a abrir la ventana.

lunes, 10 de marzo de 2025

Ya no

Cuando somos adultos
nos vemos igual que cuando 
fuimos niños.
Lo que cambia es la falta de fe
en los sueños que tuvimos.
En los sueños que ya
no soñamos.
Ya no somos 
quienes soñamos ser
aunque lo seamos.
Lo real del mundo anula la ilusión
que solo un niño entiende.

lunes, 3 de marzo de 2025

Nada

Cuando entramos en casa nos sentimos seguros, a salvo. 
Se necesita un refugio incondicional, una zona segura. Lo buscamos desde niños, ya sea haciendo casitas con mantas,  en árboles, en juegos, ese tocar mare que te salva de que te pillen. 
De adultos buscamos lo mismo, estar seguros en ese país, con esa pareja, en ese trabajo.
Y tampoco nos cuestionamos si son o no seguros de verdad, más allá de querer que lo sean, porque una vez en esa casa, ese país, ese amigo, en realidad, tampoco estamos más seguros que bajo las mantas o tras un árbol: solo somos unos seres minúsculos habitando un planeta pequeño  en equilibrio precario flotando en un universo inmenso y desconocido.
Somos nada sobre nada en la Nada.

lunes, 24 de febrero de 2025

Reseña de Laberintos por Elena Marqués para Estado crítico. Gracias.

 SIN OVILLO QUE NOS AYUDE

Si algo engarza los distintos relatos de Laberintos, de Eva Monzón, es, entre otras cosas, una voz en primera persona que lo recorre. Un narrador que no es siempre el mismo, pero que se expresa en algo parecido al fluir de conciencia, a un monólogo interno y atormentado sincopado en frases breves y a veces repetitivas como todo lo que nos obsesiona. De esta manera consigue la autora un estilo sencillo y a la vez profundo que no escatima en guiños líricos, en recursos más propios del lenguaje poético que del discurso narrativo, entre los que cabe destacar el inteligente uso de los adjetivos y el ritmo de sus frases.
Y si esa manera de contar nos acompaña en la lectura aún hay más elementos que hacen de este volumen una obra compacta, pues, aunque las escenas que dibuje sean muy distintas, se desarrollen en escenarios diferentes y revelen sensaciones muy diversas, todos los yoes que se expresan se sienten fuera del mundo, expulsados de la historia, enfadados con sus semejantes, y es así como se manifiestan: en una continua lucha sin resolver.
Enfrentados a la sociedad con sus imposiciones, al otro con sus mezquindades, cada uno de los narradores-protagonistas de estos relatos nos transmite, sobre todo, su rabia y una enorme soledad. Al menos Teseo contaba con la amorosa ayuda de Ariadna. Pero estos personajes no. Tienen la conciencia de ser distintos, de no encajar, de no entender, de no ser entendidos. Como si entre ellos y el mundo existiera una pared invisible, ese laberinto que ofrece un título común a las historias.
Por ello el tono (otro hilo que recorre el laberinto) nos resulta tan angustioso. Porque escuchamos continuamente la furia, el desengaño, la inquietud, la incertidumbre, el miedo. Porque solo nos llega ese interior palpitante y en alerta y en desorden, y a través de la palabra se nos oculta parte del contexto, que, sin embargo, termina mostrándosenos con claridad en cada uno de esos ejercicios marcados por la elipsis y el fragmentarismo. Aunque claridad precisamente es lo que les hace falta a esos personajes en lucha continua con el tiempo y con sus propios conflictos interiores, obligados a fingir o a salir a la guerra cotidiana; obligados, también, a asumir la cobardía, como leemos en «Mañana sin falta» o «Viajar», por poner dos ejemplos.
Y es que el laberinto al que se enfrentan todas esas voces es tan oscuro porque se encuentra en el interior, en el eco contradictorio en que suelen convertirse nuestras vidas. Es un laberinto plagado de encrucijadas. La habilidad de Eva Monzón es elegir el momento, la disyuntiva a la que se enfrenta el personaje, a través de la cual podemos conocer buena parte de su vida y lo que lo mueve o impulsa. Plantearnos qué hubiera pasado de elegir otro camino es siempre, aunque intentemos no pensarlo, un hecho dramático, como dramático es el acuciante paso del tiempo y los callejones sin salida a los que su andar lineal y velocísimo nos conduce.
Por eso un tema que también aparece en más de una ocasión es el de la huida. La huida en sus muchas formas, como, por ejemplo, alistarse a una misión imposible de la que no siempre es posible volver (léase «Interrogatorio»).
Creo que la fuerza de este dédalo al que Monzón nos conduce sin más armas que nuestros ojos reside en que en todos, incluso en los personajes que nos parecen más detestables (y algunos hay), podemos reconocernos. Sí, podemos reconocernos en esos tipos contradictorios y frágiles inmersos en la rutina, a la que en ocasiones vemos como una losa y en otros momentos como una bendición que nos da calma (la paz de no pensar en nada).
En fin, como se suele decir, de la Literatura nunca se ha de volver indemne. Es misión de un libro salir distinto a como se entró en él. Posiblemente con más preguntas y más dudas, pero otro.
A los que buscan ese tipo de epifanías van dirigidos estos cuentos, en cuyos Laberintos, con estas pocas líneas por mi parte, los invito a internarse.
Laberintos (Coleman, 2024) | Eva Monzón | 238 páginas | 19,90 euros



lunes, 17 de febrero de 2025

Islas

La soledad no es estar solo, uno la encuentra en compañía, a veces más que sin ella.
Las personas somos islas flotantes que nos acercamos unas a otras para crear continentes ficticios: cambiamos.
Hay islas que creen en la unidad eterna, en la geografía estática, hasta que se giran y comprueban que donde había una palmera ahora está el mar, donde estaba esa montaña hay arena.
Y no es malo. Ni es bueno. Es.
Lo terrible es creer en lo inmutable y no cambiar ni dejar cambiar.

lunes, 10 de febrero de 2025

Incapaces

Desde que los humanos supimos que vamos a morir, buscamos trascender, dejar algo detrás que recuerde que vivimos. Deseamos que esa muerte no sea definitiva.
Soportamos la idea insoportable de que algún día no seremos. 
Solo contamos con nuestras acciones. Y lo que hagamos con ellas será lo que seamos.
Esa carga es tan pesada que se crearon los Dioses y el Destino, porque si tuviéramos que caminar por el presente atentos a cada minuto, sin saber en cuál se decide nuestro futuro, no seríamos capaces ni de ser.

miércoles, 5 de febrero de 2025

Reseña de Las iras de Pilar Adón

Las iras, de Pilar Adón, nos muestra unas vidas comenzadas; cada relato nos sumerge en las mentes de las protagonistas haciéndonos partícipes de lo que ha sucedido.
En los relatos ya ha pasado todo, son acciones consumadas, y entramos en esas historias acabadas algo desconcertados, hasta que poco a poco vamos comprendiendo dónde estamos, cómo y quién es la protagonista, qué pasó, qué ha hecho, a qué temía; puede que a sí misma, puede que a quien dejo atrás, lo más seguro es que tema a las dos.
Los fantasmas de lo que hicieron las acosan, porque aunque la ira las domine, también van apareciendo la culpa, la tristeza, la añoranza, la desesperación, el triunfo.
Cada protagonista se reserva el derecho a ser contradictoria, a ser mala y buena, añorar a quien odió y al revés.
Todas ellas inmersas en unas vidas apartadas, salvajes, absolutas, donde el contacto con otros ha sido para mal, donde el amor se distorsiona hasta ser adoración, el odio se convierte en amor, la culpa en justificación. Los matices de las distintas personalidades varían dependiendo de las protagonistas y sus contextos, cada relato nos lleva a un universo, todos originales, que no quiero desvelar, porque es justo esto, comprender dónde y quién va contando su historia, lo que completa los relatos.
El lector escribe junto con Pilar para dar vida a esas vidas heridas por los fantasmas que ellas mismas crearon.
Leerlos nos atraviesa.
Gracias por Las iras.



lunes, 3 de febrero de 2025

Ahora es ayer

El presente es justo lo que no solemos vivir; estamos más pendiente de lo que haremos o hicimos. Ponemos los sueños en los minutos más allá y la nostalgia en los de más atrás.
Las palabras son las que lo unen todo, las que nos dictan lo que es, lo que fue, lo que será, o al menos, lo que se quiere que sea.
Y nosotros en medio, en ese presente que es lo que nos hace vivir y al que no hacemos caso, siempre en otra parte, lejos del ahora que solo se ve cuando fue ayer.
Reconocemos lo que vivimos cuando ya se vivió, cuando son recuerdos y nos refugiamos en ellos.
Mientras, vamos viviendo lo único vivible, el ahora, lo único que no vemos.
Es lo que tiene el presente, que no suele estar presente hasta que pasó.

lunes, 27 de enero de 2025

No queremos

Más de una vez los sentidos nos engañan.
No conozco a quien no haya creído ver o escuchar figuras o voces que luego han resultado no estar.
Los más fantasiosos disparan la imaginación y ven en eso fantasmas, avisos, augurios. 
Los más racionales buscan teorías sobre la captación del cerebro del entorno antes de que lo hagan a través de los sentidos. 
Los imaginativos idean historias fantásticas. 
Y todos lo comparten con los amigos cuando las conversaciones se vuelven esotéricas.
El ser humano no quiere estar solo en el universo, en la vida.
Los oráculos, los dioses, el mundo de los espíritus, los extraterrestres. Cualquier presencia que nos dé la sensación de que vivir no es un sinsentido de días inconexos incontrolables.
No nos gusta pensarnos solos en un planeta solitario.
Es una soledad inútil, atroz.

domingo, 19 de enero de 2025

La realidad

Lo que se cree tener no se tiene.
Lo que se sueña queda en sueño.
Lo que se anhela nunca llega.
Lo que se desea no es lo que es.

Se tiene lo que no se sabe que se tiene.
Se sueña lo que despiertos ni vemos.
Se anhela el revés de la realidad.
Se desea ser lo que no somos.

Todo es un espejismo que creamos para soportar la realidad de que nada es real, solo vivimos creándola.

lunes, 13 de enero de 2025

Ecos

El eco de un recuerdo, 
fantasma borroso que refleja lo que no fue,
que muestra transparente
lo que quisimos que fuese.
Los ecos del pasado permanecen,
retumban contra la memoria expandiéndose,
astillándose,
se nos clavan en la ilusión de lo que fue,
de lo que queremos que hubiese sido;
no es igual lo vivido que lo recordado.
Ese eco imaginario que nos recorre
esperando su momento para volver a ser 
el eco de un recuerdo.

lunes, 6 de enero de 2025

Gotas de tiempo

El tiempo es lo que se nos escapa, el que teje sin destejer, el que aúlla en silencio y jamás regresa. 
No se mide, nos mide.
Es lo único que tenemos y dejamos de tener. 
Llega tarde o pronto, nunca cómo ni cuándo nos gustaría 
Se va antes de llegar y sin nosotros.
Y mientras aprendemos a vivir, él nos va viviendo.
Gotas de tiempo que nos salpican y no sabemos recoger.