lunes, 25 de agosto de 2025

Ayer

    A veces, te das de bruces con objetos del pasado, te encuentras contigo misma, la que eras, la que recuerdas y ya no eres. 
    Tantas cosas olvidadas que se resisten a ese olvido y esperan salir de nuevo a la luz. 
    Encontrarlas es una jugada del tiempo, ese continuo discontinuo que siempre sorprende.
    Cuando te topas con tu pasado, olvidas el presente para ir hacia atrás y mirar tu yo borroso de ayer. Recuperas sensaciones, te asalta el olor, la luz, revives lo que se hizo antes y después de ese tiempo apresado. 
    Te ves como alguien querido que ya no está, quedan esos recuerdos que testifican quien fuiste, que esbozaban quien serías. Quien eres. O no.
    Los acaricias, les exiges que te cuenten cómo fue su vida contigo, que recuperen la viveza de cuando eran imprescindibles. Deseas volver a soñar como soñabas.
    Trazos de un pasado que, por mucho que creas olvidado, está presente en ellos, lo inundan todo.
           Y ahí estás, de pie en tu hoy, mirando tu ayer.

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