Tantas cosas olvidadas que se resisten a ese olvido y esperan salir de nuevo a la luz.
Encontrarlas es una jugada del tiempo, ese continuo discontinuo que siempre sorprende.
Cuando te topas con tu pasado, olvidas el presente para ir hacia atrás y mirar tu yo borroso de ayer. Recuperas sensaciones, te asalta el olor, la luz, revives lo que se hizo antes y después de ese tiempo apresado.
Te ves como alguien querido que ya no está, quedan esos recuerdos que testifican quien fuiste, que esbozaban quien serías. Quien eres. O no.
Los acaricias, les exiges que te cuenten cómo fue su vida contigo, que recuperen la viveza de cuando eran imprescindibles. Deseas volver a soñar como soñabas.
Trazos de un pasado que, por mucho que creas olvidado, está presente en ellos, lo inundan todo.
Y ahí estás, de pie en tu hoy, mirando tu ayer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario