viernes, 5 de febrero de 2010

El dolor

El dolor es adaptativo, frase terrible, sobre todo, porque es cierta.
Si algo duele, es para que te apartes de inmediato del foco que provoca dolor, o puedas mirar por qué y atajarlo a tiempo. Cuanto más se sufre, mayor es el peligro. La naturaleza sabe cómo llamar la atención y preservar la vida.

Hay un raro trastorno médico en el que el síntoma más significativo es la ausencia de dolor. Ningún niño con este problema ha sobrevivido a la infancia. Al no notar nada, pueden quemarse, escaldarse, ir con un brazo roto, heridas infectadas o enfermedades sin que ninguna alarma les frene. Sus cuerpos no responden, así que no hay manera de curarles. No llegan a adultos.

Y sabiendo que el dolor físico es necesario, también estoy convencida que lo es el moral. Si no se sufriera, tampoco se avanzaría, no veríamos si estamos o no en un foco de infección, de si la vida nos funciona bien o mal. Sin la capacidad de llorar, de desesperarnos, de cambiar, de curiosear, de rasgarnos, acabaríamos átonos, sumergidos en una balsa calma, en una vida monocorde. Muertos, como esos niños. El alma no nos respondería.

Se acepta el dolor como ingrediente vital necesario, como indicador de que por ahí no es. Pero aún así, cuando duele, cómo duele.

1 comentario:

  1. A veces el dolor también es adictivo.
    No creo que tengamos una "capacidad" de llorar ni de desesperarnos. Lloramos y nos desesperamos porque somos humanos y porque estamos vivos.
    El dolor emocional nos socializa,( yo no lo llamaria moral, la moral no duele)y nos convierte en manada.
    Pero si, cuando duele...

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