miércoles, 15 de enero de 2014

Emociones

La gente le tiene miedo a las emociones, por lo tanto no aprende a manejarlas: si son buenas, se dejan llevar, como si vivieran en una nube sin saber que precisamente por ser nube es fácil caer de ahí, y si son malas, las niegan o buscan remedios para no atravesarlas.
Sea como fuese, las tratamos como si fueran cargas pesadas, y no como lo que son: nosotros mismos porque somos, lo que sentimos, cómo lo sentimos y superamos, es nuestra base para ser, crear, reaccionar y crecer.
No las tenemos en cuenta, como las  hermanas pobres de la personalidad y de la inteligencia. Es un error que nos cuesta caro.
Convivir con ellas, manejarlas, disfrutarlas nos ayudaría a comprendernos, a entender ese pozo negro que siempre hay oculto en cada uno de nosotros.

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