viernes, 15 de agosto de 2014

Regresos

Cuando se regresa de cualquier sitio que no es el tuyo habitual, se recuerda con una nitidez límpida, dilatada en el tiempo; lo que duró tres horas, se guardará en la memoria como meses. 
Caminar arriba y abajo, buscar en el mapa lo que quieres ver en la realidad, no encontrarlo, dar vueltas, volver tras los pasos dados, observando lo que no se habría visto sin ese despiste, toparte con ello sin darte cuenta; reírte con un amigo que tiene la paciencia de hacer de Cicerone y que te ofrece, con una sonrisa, sus dominios, mientras te reflejas en los espejos de un famoso café, o eliges menú delante de un museo importante. 
No paras de caminar, de observar, de mirar viendo, de sentir pensando. Reencuentros entrañables, compañías nuevas y no tanto, levantarte casi cada día en una cama diferente, dormir apenas, respirar ambientes vertiginosos, procurando fijarlos bien para no perder detalle. 
Y al regreso, constatar en el calendario que solo fueron unos días, no unos años, que todo te espera tal y como lo dejaste, aunque tú no eres quien se fue, pero sabes que poco a poco, irás siéndolo. No te queda más remedio que encajarte de nuevo, pero eso sí, con tus nuevos recuerdos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario