miércoles, 28 de octubre de 2009

Paseo

Vas caminando. Es el recorrido habitual; mismos árboles, semáforos que te hacen esperar siempre a esa hora, los cruces que tomas y los que no, casas que ya ni miras. Es igual cada día, pero no lo es, dependiendo de tu humor, de lo que vayas pensando o en lo que te haya sucedido, verás el paseo diferente; si el pensamiento es oscuro, te fijarás más en las grietas, en lo sucio, en los obstáculos urbanos. Si es negro, ni se ve; absorbida por esa negrura llegas a destino sin haberte dado cuenta del trayecto.

Si las emociones son alegres, lo que te encuentras es bello, limpio, directo y hasta novedoso, si además vas cantando al caminar -en casos extremos de contento-, te fijas en el cielo, las nubes y observas ese paseo desde arriba, como si estuvieras caminando por encima de todo, realidad incluida.

Pero lo normal, es oscilar entre las emociones medias, así que lo que se descubre en cada ocasión suele ser menos espectacular, más cotidiano y sencillo: ese árbol de hoja tan verde, la tienda nueva que ya se inauguró, un desconchado con forma divertida, esa fuente que hubieras jurado que no estaba allí. Percepciones de la realidad cotidiana, que por rutinario, habías dejado de ver.

Cuando hiciste ese camino por vez primera, te fijaste en él minuciosamente para paulatinamente, retirar tu atención abandonando los detalles por habituales. Para reencontrarlo hay varios modos: o lo dejas de recorrer un tiempo o lo miras desde los ojos de otro o los cambios emocionales te mostrarán lo que la normalidad dejó de enseñarte.

El hábito es necesario, si no, nos colapsaríamos, seríamos incapaces de aprender nada si cada día tuviéramos que deslumbrarnos por lo de cada día -dudoso placer de los amnésicos-, pero hay que hacer un esfuerzo y detenerse algunas veces a revisar y a apreciar lo que tenemos delante, ya que si no, caemos en el error de no valorarlo como se merece.


2 comentarios:

  1. Hay veces que miras un objeto que lo has tenido a la vista siempre y te paras , lo observas y piensas que bonito ,es nunca me habia fijado de esta manera en el .Totalmente de acuerdo que vemos lo que queremos ver ,y oimos lo que queremos oir . Quien tenga oportunidad de dar paseos sobre todo por el campo , se deberia de sentir afortunado Aunque andando por la calle y encontrandote a ti no tiene precio. GENIAL SIGUE NO NOS ABANDONES

    ResponderEliminar
  2. Que vértigo nos da en ocasiones, cuando vemos de manera diferente algo que ya conocíamos y al apreciarlo de nuevo nos sobrecoje, al darnos cuenta de que lo habíamos olvidado y que en ese momento no lo recordamos en su totalidad.La mente es la hostia. Kisses

    ResponderEliminar