domingo, 1 de noviembre de 2009

La no acción

Según el Tao, el libro del Camino, la no acción es la más positiva; el hecho de saber esperar, no afanarse, da mejores resultados que ir a todas partes sin más.

"Cuando nada se hace, nada queda por hacer", también dice; "La verdadera sabiduría se alcanza, dejando que las cosas sigan su curso. Nada se logra interfiriendo".

Visto con los ojos de Occidente suena extraño, rozando incluso el desacato, codeándose con la pereza y el desánimo. Pero visto con los ojos rasgados de Oriente, no. Para nada es una incitación a la inactividad, a no ser dueños de nuestros destinos, a dejarnos en manos de quien sabe quien. No. Es más bien la serena certeza de que hay que saber que la realidad se nos escapa de las manos, la humildad milenaria de entender que el afán humano no depende sólo de nosotros, sino de todos, como fichas de dominó que se colocan una detrás de otra y que al tirar la última, por arrastre, hace que caiga la primera, que además, no sabe por qué cayó: No hizo nada. Sólo estaba allí. Como todos nosotros, que estamos donde estamos y hacemos lo que hemos de hacer, con todas nuestras fuerzas.

Pero hay un punto en el que hay que saber esperar, porque ya no depende de nosotros, sino del resto del juego. La no acción, en este caso, es aguardar serenamente, con sonrisa milenaria, a que las demás fichas caigan y nos vuelvan a situar para renovar fuerzas y seguir adelante con nosotros mismos.

Aquí, sin más poesías, se le llama suerte.


6 comentarios:

  1. A mi me gusta mucho el Libro del Tao.
    Ese libro es como el texto que ponías de que cuando uno tiene agobio de algún problema se pone a escuchar las conversaciones de los demás, pues yo hago esto leo el libro del Tao.

    Un abrazo.

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  2. totalmente de acuerdo hay veces que hay que saber esperar , aumque la espera se haga larga , pero siempre alerta pues la relajacion nos puede llevar a algun descuido que luego nos arrepintamos ,que mal suena esa palabra escribiendola ,hay que soltar pero flojo .besos

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  3. Eva, en esta primera intervención mía en tu blog a algo tan interior como el Tao, sólo quiero decirte que a veces me dan ganas de gritar muy alto que la vida está llena de arte y de belleza. Por eso, prefiero al Schopenhauer que estudió budismo, y no tanto al que escribió "El mundo como voluntad y representación", al Nietszche que estudió "El nacimiento de la tragedia", con la victoria de Dionisos sobre Apolo, y no al que escribió "Ecce homo", y por supuesto al Heidegger que habló de los "rumores de vida" para referirse a la poesía de Blake y Holderlin.

    Justo

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  4. Gracias, Justo,por tu comentario que espero no sea el último, y sí, la belleza puede, desde hacernos experimentar el síndrome de Stendhal hasta enriquecernos íntimamente, en silencio o a gritos, logrando que aprehendamos su esencia, enriquecíendonos con ella y en ella.

    Nos leemos.

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  5. Si no estas seguro de lo que hacer, no hagas nada.

    Por cierto, los gatos japoneses tienen los ojos rasgados...

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  6. Cuanta templanza y conocimiento hace falta para saber el tiempo justo en el que esperar.Ks

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