martes, 9 de febrero de 2010

Nuestro espacio

Cada persona ocupamos un lugar, y ese espacio sólo lo podemos llenar de nosotros. Ahí somos, y únicamente ahí, imprescindibles. Sin nuestra presencia ese cachito de realidad quedaría vacío por completo.
Y cuando nos relacionamos, los afectos o desafectos que creamos también son irreemplazables, es nuestra esencia la que está en juego; sin duda que no somos necesarios, pero sí imposibles de cambiar: somos únicos en lo que aportamos y aunque se nos dispute ese espacio, ese tiempo, a pesar de lo fácilmente sustituibles que somos, es indiscutible que lo que damos, lo que dimos, está ahí para siempre, sin más cambios.

Nuevos amigos, relaciones, empleados, profesionales se entrelazarán entre nosotros y nuestros afectos, pero nunca nos podrán apartar de ese espacio en el que nos movimos, nos movemos.
Las personas no se olvidan, se aprende a vivir sin ellas. Y nosotros, anclados en una realidad corpórea, ocupamos un sitio imposible de transferir. Es el espacio en el que creamos el mundo, donde el mundo nos crea a nosotros, desde donde aprendemos a ser y de donde nadie nos puede desalojar.

4 comentarios:

  1. Me alegro de que hayas dedicado un fragmento al espacio. Además de compartir lo que dices, creo que el espacio es un elemento esencial en la literatura posmoderna, incluso más que el tiempo.

    ResponderEliminar
  2. Lo único que no ocupa lugar es el saber, al menos eso dicen... los demas ocupamos espacios fisicos, mentales y emocionales cada vez que entramos en la vida de una persona. A lo largo de esa vida, nuestro espacio sera mayor o menor, pero nunca desaparecerá... so es que le hemos dejado mella...

    ResponderEliminar
  3. Gracias Eva por estos fragmentos.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Hay personas que ocupan mas espacio que otras , que hariamos nosotros sin ese espacio que ocupas tu gracias por estar hay.

    ResponderEliminar