jueves, 3 de noviembre de 2011

Poema, ELLA


No era ella, ya no.
Ni su cuerpo ni su mirada opaca.
No es ella, ya no.

No se reconoce en su energía apagada,
transformada en qué.
Su pelo sin brillo,
su aliento sin vaho,
su boca sin palabras.

Nunca más seré yo en ella,
sus recuerdos se apagaron
rota para crear nuevos,
que ya no serán.

Es mentira.
Este cuerpo inerte
sin voluntad
no es ella,
aunque ayer lo fue.

La vida maneja los cuerpos
que la muerte desmadeja,
aborrecida por los vivos
hasta la náusea.

Lágrimas vertidas.
El vacío del cuerpo abandonado
de sí mismo,
crea estupor ante los ojos
que lo vieron vivo.


Ella nunca más será,
nada más, que un instante en mi vida
que también, un día me abandonará,
siendo yo, nunca más ella.

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