miércoles, 3 de abril de 2013

Cerrar

Cerrar los ojos, relajarse, permitir que el tiempo transcurra, por el mero placer de dejarlo marchar sin necesidad de más, es tan necesario como aprovecharlo, mimarlo... hay tan poco. La soledad así convocada se llena de uno, acaparando la totalidad del instante.
La mente libre vuela recorriendo caminos ya hollados o se aventura por sendas desconocidas, buscando aquello que ni nosotros sabíamos que queríamos encontrar, pasos etéreos que recorren atajos imposibles de ver con los ojos abiertos, distraidos por la vida, atareados en ella, sorprendiéndos con imágenes imposibles que vienen a tocarnos el hombro, suavemente, despertándonos inquietudes, renovando posiciones, ayudando en esa oscuridad intima a ver lo que la luz nos ciega.
La armonía de la soledad buscada, de los sentimientos libres, del intento de comprender el absurdo coherente de un tiempo, del Tiempo que tenemos, que hemos de tejer con sueños realizados. Pero primero los hemos de desear.
Cerrar los ojos, escucharnos desde dentro, saber que solo ahora, solos, estamos más cerca de todo. De nosotros.

2 comentarios:

  1. Tenemos que aprender a escucharnos a nosotros mismos para luego tener práctica y hacerlo con los otros, lo que pasa es que la mayoría teme oir su interior.
    Tus entradas nos llevan a un punto de reflexión interna que nos todos están dispuestos a recorrer.
    Besos abiertos.

    ResponderEliminar
  2. Puede ser, lo de que no todos quieran reflexionar, pero ahí quedan... besos bien abiertos para ti también

    ResponderEliminar