miércoles, 19 de marzo de 2014

Parar

Días bulliciosos donde lo urgente quita tiempo a lo importante, donde atravesarlos es un reto casi heroico, donde sobrevivirlos una meta utópica; días repletos de actividades, acotados por el reloj, enmarcados por necesidades impuestas.
Qué banales son.
Hay lugares donde la vida se toma de otro modo, no con calma, sino con la conciencia de que se está vivo, que respirar y mirar y hablar o callar es más importante que hacer lo impuesto desde cotos ajenos.
A veces se ha de parar aunque el mundo se nos caiga, porque si no, quienes caen somos nosotros, en la vacuidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario