martes, 6 de marzo de 2012

Acechos

Lo cerca que se pasa al lado de las desgracias.
Casi siempre solo nos rozan; un coche que maniobra tan cerca de ti que te vuela la ropa, un tropiezo que te habría precipitado escaleras abajo, una tapa de alcantarilla medio rota vista a tiempo y salvada, un golpazo de manillar que te evita una caída grave... cientos de ejemplos que vienen a confirmar que aún se te quiere entero.
Pero al contrario también sucede, cuántas veces, al explicarnos alguien el accidente tonto ese, cuando se rompió una pierna o aquel otro que lo dejó casi muerto, nos damos cuenta de que tampoco tiene lógica ninguna: No se sabe por qué los accidentes acechan a diario y algunas veces logran su propósito y otras no.
Lo llaman, azar, o no era tu hora, o destino, o lo que quieran, pero nadie sabe aún el porque de esas amenazas reales emboscadas por las esquinas de la vida cotidiana.
Puede que sea simplemente la cuenta atrás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario